(EFE).- La Florida International University (FIU), con sede en Miami, anunció este lunes que un equipo de sus investigadores encontró una posible nueva forma de contrarrestar los efectos de la osteoporosis a partir de activadores de moléculas pequeñas administrados por vía oral.
El descubrimiento, publicado recientemente en el medio Communications Biology, es el primer paso hacia tratamientos más baratos, efectivos y fáciles de tomar para la osteoporosis y otras enfermedades asociadas con la pérdida ósea, según la universidad.
Los medicamentos actualmente disponibles solo detienen la pérdida ósea y requieren costosas inyecciones diarias.
Los investigadores de la Facultad de Medicina Herbert Wertheim de FIU, junto con un equipo del Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Traslacionales (NCATS) y la Universidad de Ciencias Médicas de Arkansas, identificaron un método que puede tomarse por vía oral y ayuda a las células productoras de hueso a producir más.
Los huesos están esencialmente siempre en proceso de renovación pues las células productoras construyen tejido óseo, mientras que las que se alimentan de huesos lo reabsorben para evitar que se vuelvan demasiado grandes o voluminosos.
«Es un proceso delicado y sale mal durante la osteoporosis cuando las células que fabrican huesos se vuelven más lentas y las células que comen huesos mantienen un ritmo constante», explicó FIU.
Para ayudar a las células productoras de hueso a mantenerse al día, los investigadores se centraron en un receptor hormonal: el receptor 2 del péptido de la familia de la relaxina (RXFP2), conocido por desempeñar un papel en la formación de los órganos reproductivos.
«Cuando evaluamos por primera vez a pacientes con criptorquidia o testículos no descendidos, encontramos que en algunos de ellos este receptor estaba mutado», dijo Agoulnik.
El equipo de NCATS usó robots para detectar moléculas pequeñas, entre más de 80.000 compuestos diferentes.
Luego, los químicos probaron cientos de variaciones más hasta que encontraron la combinación correcta.
«Esto abre una nueva área de estudio que permite la aplicación clínica para prevenir o revertir la osteoporosis», dijo María Esteban López, quien trabajó con Agoulnik en esta investigación como aspirante a doctora en ciencias biomédicas de FIU.
Los investigadores creen que un nuevo tratamiento podría cambiar la vida de millones de personas y esperan con ansias la siguiente fase de la investigación.
«Sin la colaboración, nunca hubiéramos encontrado el vínculo entre nuestros genes y el desarrollo óseo. Y la colaboración con NIH fue crucial porque son los mejores en el campo para buscar los compuestos correctos», dijo Agoulnik.
Esta investigación fue apoyada por el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (Niams) de EE.UU.