Daniel Gómez (ALN).- China quiere “impulsar a Venezuela a un proceso de solución política inclusiva lo antes posible”. Esto le dijo en la mañana del jueves el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, a su par, Jorge Arreaza, de visita oficial en Pekín hasta el domingo. El canciller de Maduro también conversó con el vicepresidente, Wang Qishan. Repasaron la relación bilateral, pero no anunció créditos, ni nuevos proyectos.
Elliott Abrams, enviado especial para Venezuela del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viene diciendo que el apoyo económico de China a Nicolás Maduro “está disminuyendo, no creciendo”.
El motivo, agregó este miércoles, es que el régimen “es un desastre”. Que se lo admitieron en privado funcionarios de Pekín. En una conferencia a finales de 2019 dijo que China y también Rusia -el otro aliado de Maduro- no le dan dinero al régimen “porque se lo roba”. Pero el Ministerio de Relaciones Exteriores chino tiene otra versión:
“China y Venezuela están deteniendo o ralentizando parte de nuestra cooperación, principalmente por sanciones y otros factores”, dijo la Cancillería a la agencia Reuters. “Las sanciones son la causa fundamental del deterioro de la vida cotidiana del pueblo venezolano. China insta a los países relevantes a detener de inmediato las sanciones unilaterales contra Venezuela”.
Mientras China reconoce que la cooperación con Venezuela se está frenando, el canciller de Maduro, Jorge Arreaza, trata de darle un nuevo estímulo reuniéndose con altos funcionarios de Xi Jinping. En la mañana de este jueves conversó con el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, y con el vicepresidente, Wang Qishan.
Wang Yi le dijo a Jorge Arreaza que la crisis en Venezuela se tiene que resolver con el fin de las sanciones de Estados Unidos, pero también con una negociación. No lo dice pero el único interlocutor reconocido internacionalmente para Maduro es Juan Guaidó.
“China siempre ha defendido la solución pacífica de los problemas actuales de Venezuela a través del diálogo. Los hechos han demostrando que la Doctrina Monroe está desactualizada, las sanciones son impopulares y no hay forma de imponer soluciones externas. China cree que el gobierno y el pueblo venezolanos tienen la capacidad y la sabiduría para manejar sus propios problemas. China continuará apoyando firmemente a Venezuela para salvaguardar la soberanía y la dignidad nacionales, y salvaguardar sus derechos e intereses legítimos”, dijo el canciller.
Wang Yi agregó que China “está dispuesta a trabajar con la comunidad internacional para continuar promoviendo la paz y conversaciones de acuerdo con las normas básicas de las relaciones internacionales, desempeñar un papel constructivo e impulsar el tema venezolano a un proceso de solución política inclusiva lo antes posible”.
En la conversación con el canciller no se abordaron asuntos económicos, aunque Jorge Arreaza insistió en su interés por “profundizar la cooperación pragmática con China, fortalecer la comunicación y la coordinación”.
Lo económico sí se abordó en la reunión con el vicepresidente, Wang Qishan. El contenido de la reunión no fue reportado por el gobierno chino. Sí por la Cancillería de Maduro. “Durante el encuentro ambas partes dialogaron sobre los avances y posibles desafíos que supone la Asociación Estratégica entre China y Venezuela, de igual manera realizaron una revisión de las relaciones bilaterales que sostienen sus gobiernos”, informó.
Por su parte, Jorge Arreaza dijo que la cooperación Pekín-Caracas “ha sido exponencial desde el año 2001, superando 500 proyectos conjuntos, fondos binacionales, producción energética y en las más diversas áreas de nuestras economías”.
Bonitas palabras, pero sin anuncios concretos. Recuerda a lo ocurrido en octubre cuando Nicolás Maduro visitó Moscú. Allí el presidente, Vladímir Putin, le brindó apoyo político, pero también le dejó bien claro que tenía una deuda de 3.000 millones de dólares que pagar. No hay que olvidar que con China el régimen mantiene una deuda de poco más de 20.000 millones.