Oscar Medina (ALN).- Cada día China consume más vinos. De momento los prefiere franceses, pero se trata de un mercado enorme con muchas ganas, curiosidad y dinero. La apetencia por los australianos y chilenos va en ascenso. Se espera que para 2021 ya China sea el segundo consumidor de vino del planeta, detrás de Estados Unidos.
China, el motor que impulsa la economía global, es un gigante con sed. Y le ha tomado gusto al vino. Las proyecciones son abrumadoras: se espera que a lo largo de los próximos cinco años el valor del consumo de esta bebida aumente a 23.000 millones de dólares. Es lo que se estima hasta 2021, según el más reciente informe International Wine and Spirit Research de Vinexpo, y representa un aumento de 53,3% en relación a 2016, fecha del estudio anterior.
Para ese año los chinos habrían pasado de 162 millones de cajas (de nueve botellas) consumidas en 2016 a 192 millones de cajas de vinos tintos y blancos. De concretarse este panorama, China se convertiría en el segundo mercado consumidor del globo, detrás de Estados Unidos, que registró 33.870 millones de dólares en 2016 y más de 36.000 millones en 2017. Y ocuparía el mismo lugar en el ranking en materia de vinos premium con una proyección de crecimiento de 13 millones de cajas en el transcurso del quinquenio.
Los vinos australianos llegarán a 19 millones de cajas en 2020, lo que representa un crecimiento de 121%. Los chilenos, por su parte, podrían alcanzar cuotas por encima de los 16 millones de cajas
El optimismo con respecto a China es absoluto. Los expertos de Vinexpo, la firma organizadora de uno de los eventos más importantes sobre vinos y bebidas alcohólicas, ponderan no sólo el poder adquisitivo de una gigantesca nación cuya economía crece incluso en los peores años -en 2016 la expansión fue de 6,7% y en 2017 de 6,9%-, también entra en juego la curiosidad de un público con ganas, el desarrollo de una afición y el hecho de que se asuma como una virtud social el conocimiento, la educación y la sofisticación. Y el vino, como sabemos, fluye en esa narrativa.
China dio la mayor muestra de su creciente sed por el vino justamente en 2016, cuando el consumo pasó de 1.290 millones de dólares a 15.240 millones. Sin contar la categoría de vinos espumosos, hoy ocupa el quinto lugar después de Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia en términos de valores. La apuesta no es sólo a que salte a la segunda casilla: se considera que Estados Unidos y China generarán un repunte importante en las ventas porque mientras en otras naciones disminuyen, en estos dos países siempre están en aumento.
El pronóstico del estudio de Vinexpo indica que en 2021 se llegará a un valor récord por encima de 224.000 millones de dólares. Y los números muestran el peso de los dos grandes: China lograría 23.000 millones y Estados Unidos crecería a más de 45.000 millones. En total el mercado global podría crecer 40%, lo que se traduce en 2.666 millones de cajas comercializadas.
Copa servida
Las preferencias chinas apuntan al vino francés, especialmente el Burdeos: Francia es y seguirá siendo el principal exportador a China pese a que probablemente ya alcanzó su techo y experimente alguna ligera caída. Para estos años entrarán con fuerza otros actores: Australia y Chile.
Los vinos australianos, tras un acuerdo de libre comercio que entró en vigencia en 2015, llegarán a 19 millones de cajas en 2020, lo que representa un crecimiento de 121%. Los chilenos, por su parte, podrían alcanzar cuotas por encima de los 16 millones de cajas.
Durante los últimos tres años China ha sido el principal comprador de vinos chilenos, desplazando a Estados Unidos e Inglaterra. El gusto por los caldos sureños es cada vez mayor. En 2017 se exportaron a China 8,2 millones de cajas de vinos chilenos por un total de 254 millones de dólares. Esto es como para chocar copas: representó un incremento en las ventas de 29,3% en volumen y 30,1% en valor.
Chile pasa por un gran momento y se lo debe al crecimiento de la demanda de China y Brasil. Las ventas totales de 2017 llegaron a 869,7 millones de litros y poco más de 1.850 millones de dólares.
¿Y qué pasa con los productos españoles? España exporta principalmente a Estados Unidos y a los vecinos europeos, con Italia, Alemania y Francia alternándose a la cabeza de la lista. Pero aunque tiene trabajo por hacer en ese mercado, China también está entre sus mayores compradores.
China dio la mayor muestra de su creciente sed por el vino en 2016, cuando su consumo pasó de 1.290 millones de dólares a 15.240 millones
El año pasado las ventas internacionales de España crecieron 8,9% al ubicarse en 3.186 millones de euros. Y China pasó a ser el quinto mejor cliente al crecer 25,6%, con un consumo de 17 millones de cajas por un total de 190,2 millones de euros.
Los aficionados locales –de acuerdo a Vinexpo- se inclinan por los caldos tintos: en 2016 coparon 84% del mercado, mientras que los blancos totalizaron 13,7%. A medida que el consumidor se haga más sofisticado la demanda de vinos premium y espumosos (que hoy son apenas 1% del mercado) se incrementará igualmente.
La clave para triunfar en este mercado tan grande y complejo es simple, aunque también constituye un reto. En 2016, durante una conferencia sobre el caso chino, Xavier Pignel-Dupont de la casa Castel Frères, la esbozó: “Los consumidores compran a personas o distribuidores que conocen. Los consumidores necesitan esa experiencia en el vino, para conocer y sentir la historia de las marcas. Pero los consumidores en China no siempre saben a dónde ir, por lo que las grandes marcas los guían, por ejemplo, a través de la educación del vino para ayudarles a cambiar de vinos fáciles y baratos a vinos de mayor valor”.
Judy Chan, copropietaria de la bodega familiar china Grace Vineyard, también apuntó en esa ocasión: “Tenemos que encontrar formas de conectarnos con los consumidores. En China las conexiones personales son importantes, por lo que hacemos eventos íntimos, personalizados, con interacción directa del consumidor”.
Otro elemento diferenciador está en el comercio electrónico. Chris Tung, del coloso del comercio electrónico Alibaba, advirtió que entre 2016 y 2018 las ventas en línea de vino y licores en China se duplicarán cada año en 12.000 millones de dólares. “Los canales físicos de distribución pueden ser complejos, pero las personas han desarrollado un hábito constante para comprar en línea, que ahora representa el 30% de todas las ventas de consumo en China”, dijo Tung. “Dentro de cinco años, esperamos que las ventas de productos alcohólicos en varias plataformas en línea representen alrededor de 70% de las ventas totales de vino y licores en China”, agregó.
La de Wang Yang es otra opinión a tomar muy en cuenta. Es presidente de Yesmywine, el minorista de vinos más grande de China, con una activa presencia en línea a través de su propio portal web y diferentes aplicaciones para dispositivos móviles. Pero también es enorme en la calle, con más de 200 tiendas en el país. En una entrevista para Vinexpo realizada en 2016 presentó una caracterización de las tendencias de consumo: “A los consumidores regulares les gustan las marcas famosas porque brindan satisfacción psicológica, porque estos vinos usan algunos símbolos de la cultura o estrellas del pop para propagarse rápidamente. Ese tipo de vinos son muy amigables para el consumidor. El otro polo es el amante del vino profesional. Valoran cada vez más la calidad del vino y comprenden cada vez más cómo apreciar y seleccionar el vino. Por lo tanto, habrá más marcas internacionales que ingresen a China con su reputación mundial y sus mejores productos. Por lo tanto, el futuro del mercado de gama alta o de los mercados de entusiastas estará orientado a la marca y, al mismo tiempo, la rentabilidad será otro factor importante”.
Joven y adinerado
Entre enero y agosto de 2017 las importaciones de vinos en China aumentaron 15,76% en volumen y 8,48% en valor, en relación al mismo periodo de 2016. Esto es 474 millones de litros y 1.723 millones de dólares. Los datos de la Asociación China de Importaciones y Exportaciones de Vinos y Licores ubicaron en ese lapso a Francia como el principal proveedor, con 42,5%, seguido de Australia, Chile, España, EEUU, Nueva Zelanda, Suráfrica y Portugal.
Entre enero y agosto de 2017 las importaciones de vinos en China aumentaron 15,76% en volumen y 8,48% en valor, en relación al mismo periodo de 2016
En este momento, por todos los puertos de China pueden arribar los cargamentos de vino, cosa que no sucedía en el pasado reciente cuando estaban limitados sólo a cinco. Y desde 2017 se eliminaron los aranceles al vino que llega vía Hong Kong, la mayor puerta de entrada al mercado chino.
El próximo gran impulso que ayudará a concretar y quizás expandir las expectativas es la gran feria Vinexpo, que se realizará en Hong Kong entre el 29 y el 31 de mayo. Vinexpo –una iniciativa de la Cámara de Comercio e Industria de Bordeaux Gironde– es la empresa que lidera los eventos en esta materia en Asia-Pacífico (también opera en Francia y Estados Unidos) y este año celebra la vigésima edición de su feria de Hong Kong con un programa que contempla la participación de 1.300 exhibidores y 50 conferencias y catas dirigidas.
La edición de este año tiene un invitado especial: Australia. La selección no es caprichosa: China es el principal comprador internacional de vinos australianos, con 848 millones de dólares. Y contando. Las oportunidades son enormes: China es un mercado “joven”, de apenas unos 20 años. Y es mucho el vino que le falta por tomar.