Patricia J. Garcinuño (ALN).- El comercio de bienes entre Latinoamérica y el gigante asiático, que alcanzó su máximo histórico en 2013, ha experimentado tres años de caídas. Desde CEPAL apuntan que la inversión extranjera directa también ha disminuido considerablemente en los últimos años. ¿Adiós al idilio entre América Latina y China? Aunque el gigante asiático es y sigue siendo desde hace años un socio comercial de primer orden para la región, el vínculo entre ambos parece cambiar de rumbo. Los datos lo dejan claro: el comercio de bienes de América Latina y el Caribe con China, que en 2013 alcanzó su máximo histórico, ha experimentado tres años consecutivos de caídas.
En 2015, el valor del comercio entre ambas partes alcanzó 230.905 millones de euros (aproximadamente 247.000 millones de dólares), 11% menos que en 2013.
Para Tania García-Millán y Sebastián Herreros, oficiales de Asuntos Económicos de la División de Comercio Internacional e Integración de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), esta disminución se explica porque China crece a un ritmo menor. “Esto ha repercutido en una menor demanda y pronunciados descensos de los precios de las materias primas que componen la canasta exportadora regional a dicho mercado”, explican al diario ALnavío. En contraste, las importaciones desde China solo cayeron 3% en el mismo periodo.
La región aún no ha establecido una agenda de trabajo con China para maximizar sus oportunidades”
Por otro lado, la inversión extranjera directa (IED) en América Latina procedente de China tocó techo en 2010, cuando el flujo chino duplicó la cifra acumulada hasta entonces, acercándose a los 13.087 millones de euros (14.000 millones de dólares). En los años posteriores la cuantía ha ido descendiendo a un nivel de entre 5.600 y 9.300 millones de euros (6.000 y 10.000 millones de dólares) anuales.
Pese a tales descensos, la historia reciente entre ambas potencias ha estado marcada por la progresión. Mientras que en 2000 solo 1% de las exportaciones de Latinoamérica se dirigían hacia China, en 2015 la cifra se disparó hasta 10%. Algo similar ocurrió con las importaciones. De 2% del inicio de la década se pasó a 18% en 15 años.
Además, la nación asiática ya es el primer o segundo destino de las exportaciones que realizan varios países suramericanos y uno de los tres primeros importadores para casi todas las naciones de Latinoamérica.
El comercio de bienes de América Latina y el Caribe con China alcanzó su máximo histórico en 2013 / Foto: Wikimedia
De hecho, China es actualmente el quinto país con mayores montos de inversión anunciados en América Latina y el Caribe, por detrás de Estados Unidos, España, Francia y Japón. La inversión extranjera directa del gigante asiático hacia Latinoamérica se dirige principalmente a recursos naturales e industrias extractivas y se concentra en pocos países, principalmente en Brasil, Perú, Argentina y Venezuela.
Más específicamente, en la extracción de petróleo y gas, es uno de los inversionistas extranjeros más importantes para Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Gran parte de las adquisiciones en este sector corresponden a las cuatro grandes compañías petroleras chinas (CNPC, Sinopec, CNOOC y Sinochem). En la minería, la mayoría de las inversiones chinas se concentra en Perú y en menor medida Brasil.
La paradoja de que China represente cada vez más en la economía de América Latina pese a invertir menos se debe, según la División de Comercio de CEPAL, a las ambiciosas estrategias de amplio alcance que el país asiático ha llevado a cabo para estrechar vínculos con la región, como el nuevo y actualizado Libro Blanco publicado en noviembre de 2016 que coincidió con la visita del presidente Xi Jingping a Chile, Ecuador y Perú.
La necesidad de una estrategia común
Sin embargo, desde el organismo apuntan que aún quedan muchos desafíos por delante en esta relación. “Al contrario de China, que ha definido de manera constante su estrategia y prioridades en América Latina, la región aún no ha establecido una agenda de trabajo con China que le permita maximizar las oportunidades que presentan diversos modelos y planes de cooperación”, explican.
CEPAL apunta que el menor intercambio comercial entre China y América Latina se debe a que el gigante asiático crece a menor ritmo
Para solventar esto, CEPAL insiste en la importancia de aumentar la integración entre los países de América Latina: “La región debería elevar el diálogo sobre temas económicos, desde el actual nivel esencialmente bilateral por lo menos a subregional, a través de los distintos esquemas de integración como la Alianza del Pacífico, Mercosur, etc”. Con ello, según García-Millán y Herreros, sería más sencillo hacer frente al desafío de diversificar la canasta exportadora regional a China, que actualmente está extremadamente concentrada en las materias primas.
También señalan desde el organismo de la ONU que ampliar la cooperación china sería muy útil para promover la participación de Latinoamérica en la revolución digital y la transición hacia una economía verde, algo en lo que el país asiático ha conseguido notables avances.