Redacción (ALN).- Según las previsiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en 2050, el 63% de la población chilena pertenecerá a la tercera edad. Este cambio demográfico, sumado al descenso de la natalidad, representa un desafío para las políticas públicas.
Chile está entre los países de la región en los que su población está envejeciendo más rápido y, además, consta con la mayor esperanza de vida de Iberoamérica, que representa una media de 80,5 años. Para el año 2050, se calcula que el 63% de la población chilena pertenecerá a la tercera edad, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Por otro lado, las estadísticas de fecundidad en Chile han descendido significativamente, pasando de cinco hijos por mujer en 1962 a un promedio de 1,77 en 2013. Los cambios demográficos de esta naturaleza representan un desafío para las políticas públicas ya que deben enfrentar el reto planteado por extensos y prolongados cuadros patológicos de los adultos mayores, clasificados en general como enfermedades comunes de la tercera edad, como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y cáncer. “Gracias a los avances médicos, llegar a la ‘cuarta edad’ es cada vez más factible, pero aún hay mucho miedo y prejuicio acerca de ser viejo”, señala la psicóloga de la universidad chilena Diego Portales, Vania Kuzmanic, al diario local La Tercera. De acuerdo a la encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional, el 0,1% de la población chilena tiene más de 100 años; esto es, 3.305 personas. Otras 18.386 personas tienen entre 95 y 99 años (0,6% de la población). Hasta hoy se conocen cinco regiones del planeta donde habitan la mayor población de mayores de 100 años: las islas de Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Loma Linda (California, EEUU), la isla Ikaria (Grecia) y Nicoya (Costa Rica).