Carlos Moreno (ALN).- Si Chevron es forzada a salir sus espacios serán ocupados por empresas que no son estadounidenses, dijo Ray Fohr, portavoz de la compañía. La empresa diseña estrategias para sortear las sanciones de Washington al régimen de Maduro que les dan oportunidad de negociar con PDVSA sólo hasta el 27 de octubre. ¿Continuará la exención como estrategia de EEUU o terminará definitivamente? Ahora Chevron ha tenido que suspender la mezcla de crudo en conjunto con PDVSA dada la acumulación de petróleo que no puede exportar.
A Chevron se le acaba el plazo para operar en Venezuela. Tiene poco más de un mes para renegociar con Washington su estadía en los campos petroleros venezolanos, donde lleva al menos 100 años operando.
El gobierno de Donald Trump le permitió mantener operaciones con Petróleos de Venezuela (PDVSA) hasta el 27 de octubre. Las sanciones contra el régimen de Nicolás Maduro, reforzadas el 5 de agosto pasado, la llevaron a este escenario de incertidumbre, y Estados Unidos promete ser más implacable aumentándolas.
Pero Chevron es también una punta de lanza estratégica de EEUU en suelo venezolano. La petrolera, con desarrollos históricos en el país, es un dique que evita que otras empresas no estadounidenses se apoderen de los campos que explota.
Chevron negocia con socios en Venezuela la “terminación anticipada” de proyectos como un mecanismo de defensa ante la culminación de las exenciones aprobadas por Estados Unidos pautada para el próximo 27 de octubre. Aún no se conoce cuál será el proceder del gobierno de Trump respecto a Chevron. El vocero oficial Ray Fohr también ha comentado a Bloomberg que aún “no preparan su salida”.
“Si Chevron es forzada a abandonar Venezuela, empresas no estadounidenses llenarán el vacío y proseguirá la producción petrolera”, le dijo a BBC Mundo el portavoz de la compañía, Ray Fohr, lo que demuestra que la empresa no quiere abandonar el suelo venezolano.
Y el panorama se le complica aún más mientras Maduro se mantiene en el poder. Ahora PDVSA debió detener la mezcla de crudo de Petropiar (Faja Petrolífera del Orinoco), uno de los cuatro mejoradores del Orinoco para producir crudos sintéticos dulces de 16º API, y que operaba en conjunto con Chevron (30% de participación) con una capacidad promedio de 210.000 barriles diarios, pero por el momento la planta se encontraba mezclando crudos extrapesados Orinoco con grados ligeros para producir el grado Merey, de alta demanda en refinerías de China e India, informó el portal especializado en energía Argus.
El motivo: las sanciones de EEUU que han estrechado el cerco comercial de PDVSA y del régimen de Maduro. Hay petróleo para exportar, pero nadie quiere comprar. Los tanqueros están atracados esperando que se negocie su carga, y claro, ya no hay espacio para almacenar.
Francisco Monaldi, investigador del Instituto Baker de la Universidad Rice, de Texas, advierte que el terreno que abandone Chevron será tomado por Rusia y China.
“Hoy, la mayoría de los taladros que están operando en Venezuela son de los chinos, de los rusos o de PDVSA, por lo que, si no se renueva la autorización a Chevron, se mantiene el gobierno de Maduro y se terminan de ir las empresas europeas, al final van a quedar Rusia y China operando todo”, señaló Monaldi a la BBC.
Pero Chevron quiere resistir, como negocio y como estrategia a futuro. Si ya han estado casi 100 años produciendo petróleo en Venezuela, un régimen que lleva 20 años y ahora está más debilitado no tendría por qué ser el fin.
“Chevron ha estado presente en Venezuela casi 100 años, apoyando al país en sus esfuerzos por lograr el progreso económico y social a través del desarrollo responsable de la energía. Tenemos comprometidas inversiones y una gran fuerza de trabajadores que dependen de nuestra presencia allá”, dice Ray Fohr.
La empresa plantea igualmente su estrategia de cara a la expiración de los permisos del gobierno de Estados Unidos para operar junto con PDVSA y actualizó contratos con socios en Venezuela para “permitir la posibilidad de terminación anticipada de proyectos”, dijeron a Bloomberg fuentes de Chevron, y aseguraron además que en esos planes se contempla que no se incurriría en penalidades desde la petrolera pudiendo prorratear los pagos adeudados.
Fuentes en las oficinas de Chevron en Venezuela advierten al diario ALnavío que, pese a todo el esfuerzo que hace la empresa por mantenerse en pie entre el caos del régimen de Nicolás Maduro y las sanciones impuestas por Estados Unidos, grupos de trabajadores en los campos “manifiestan cansancio” y prefieren que Chevron se retire y los liquide.
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Además de Petropiar, que se ha paralizado, Chevron tiene sociedad con PDVSA en Petroboscán (estado Zulia). Allí tienen el 40% de participación y es uno de los epicentros de procesamiento de crudos pesados de 10,5º API según el portal de PDVSA y con capacidades medidas de 115.000 barriles diarios.
PDVSA ubica también a Chevron en los proyectos de Petroindependencia (Faja Petrolífera del Orinoco) con operaciones en los estados Anzoátegui y Monagas y en los bloques de explotación Carabobo 2 Sur, Carabobo 3 Norte y Carabobo 5 con capacidad de 15.000 barriles diarios.
Y también en Petroindependiente (Lago de Maracaibo, estado Zulia), con capacidad de producción de 8.000 barriles diarios de crudo con 30 a 40 grados API. En este bloque Chevron posee el 25,2% de participación.
Tanto Petroindependencia como Petroindependiente están paralizados por falta de reposición de equipos y mantenimiento.
La empresa norteamericana mantiene sus participaciones en los bloques 2 y 3 de la Plataforma Deltana, según datos de la propia PDVSA, una explotación proyectada para producir 750 millones de pies cúbicos al día de gas no asociado.
Más resistencias
No es primera vez que una petrolera resiste en un país en conflicto. En los años 70 Texaco fue también protagonista en Angola, uno de los países más ricos en recursos naturales de África, que vivía una cruenta guerra civil. Tras el fin del conflicto (1975), Texaco mantuvo operaciones y luego, en el año 2000, fue adquirida por Chevron.
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Hoy Chevron sigue desarrollando grandes operaciones en Angola en el Bloque 0 frente a las costas de la provincia de Cabinda y el Bloque 14 en aguas profundas. Según su web oficial, en 2015 logró un hito histórico en ese país con 5.000 millones de barriles de crudo producidos en los mencionados bloques.