(EFE).- El canciller de Venezuela, Yván Gil, consideró este viernes que «la amenaza más evidente» contra su país de parte del «imperialismo» es la intención de convertir en un «enclave político-militar» a Guyana, una nación con la que Caracas disputa el territorio del Esequibo, para el que el Gobierno de Nicolás Maduro elegirá autoridades por primera vez este domingo.
«Quizás la amenaza más evidente que tenemos enfrente, hoy en día, del imperialismo (es) la creación de un enclave político-militar en lo que hoy es la República Cooperativa de Guyana», sostuvo Gil en un foro con observadores electorales transmitido por la estatal Venezolana de Televisión (VTV).
A juicio del titular de Exteriores, este «enclave» -que advirtió sería el resultado de una «asociación estratégica con el Comando Sur de Estados Unidos»- tendría como objetivo intimidar a Venezuela con «diversas vertientes», entre las que mencionó económicas, políticas y militares.
Gil argumentó que «ante esas amenazas» el pueblo de Venezuela ha decidido elegir una autoridad administrativa para el Esequibo, «en democracia, en paz, fiel y respetando el derecho internacional».
La Administración de Maduro -quien juró en enero como presidente tras su cuestionada reelección- informó que «400 observadores internacionales» están en Venezuela para la venidera jornada de votación.
Unos 21,4 millones de ciudadanos están llamados a votar en Venezuela este fin de semana, cuando se elegirá un total de 569 cargos, entre ellos 285 diputados al Parlamento, 24 gobernadores y 260 legisladores regionales.
Más de 412.000 efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) están desplegados desde el miércoles en todo el territorio para resguardar las instalaciones, el material de votación y la seguridad de los ciudadanos, como parte del denominado Plan República, que pone en marcha el Gobierno chavista en los procesos electorales.
Venezuela también estableció, desde este viernes hasta el próximo lunes, un «estricto control» del desplazamiento fronterizo de personas, por vía terrestre, aérea y marítima, así como el paso de vehículos, con el fin de «prevenir actividades de personas que pudiesen representar amenazas a la seguridad» del país caribeño, que limita con Colombia y Brasil, en medio del proceso electoral.