(EFE).- El ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, denunció este sábado un plan que, según explicó, consistía en atacar con «explosivos» la residencia oficial de la Embajada de Argentina en Caracas -donde se encuentran refugiados seis opositores desde marzo- con el fin de «culpar» al Gobierno de Nicolás Maduro.
En declaraciones transmitidas por el canal estatal VTV, el funcionario señaló que «hace algunos días» las autoridades capturaron a «unas personas» -cuyo número no especificó- que planeaban «lanzar unas granadas y explosivos en la Embajada argentina donde están, en calidad de refugiados, unos terroristas delincuentes de la oposición».
La residencia oficial de la Embajada argentina está bajo protección de Brasil tras la expulsión de la misión diplomática del país austral, una autorización que, sin embargo, Venezuela revocó el 7 de septiembre al gigante sudamericano.
«Claro, (…) si es atacada la Embajada de Argentina, donde están unos señores y señoras de la oposición, era inmediato que al que iban a culpar era al Gobierno de Venezuela. Ya tenemos algunos detenidos de esta operación», reiteró.
Ministro de interior y justicia, Diosdado Cabello informó sobre la captura de “varias personas que tenían como objetivo lanzar unas granadas y explosivos en la embajada de Argentina”. Allí se encuentran seis miembros del equipo de María Corina Machado. pic.twitter.com/lPgMnugqCp
— Osmary Hernandez (@osmarycnn) September 14, 2024
Según el ministro, era uno de los planes contemplados en una operación «grande» con la que se pretendía meter en el país caribeño más de 400 armas «transportadas desde Estados Unidos» para llevar a cabo actos «terroristas», entre ellos también -señaló- ataques a instalaciones de servicios públicos, con el fin de generar «caos, violencia y anarquía».
En el marco del operativo contra esta operación, informó Cabello, fueron detenidos dos ciudadanos españoles, tres estadounidenses y un checo, y aseguró que algunos de los capturados buscaban llevar a Venezuela «un grupo de mercenarios» con el propósito de asesinar a Maduro, así como a la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, entre otros.
Cabello acusó al Gobierno estadounidense de estar «detrás de esta operación», que tenía el objetivo de «derrocar un Gobierno democrático electo por su pueblo» en los comicios presidenciales del 28 de julio, en los que Maduro fue proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE), un resultado rechazado por la oposición y la mayoría de la comunidad internacional.