(EFE).- El antichavista César Pérez Vivas afirmó este viernes que, tras más de dos meses de las presidenciales del 28 de julio en Venezuela, las autoridades siguen «ocultando» las actas para tratar de «tapar» el «fraude», en referencia a la controvertida reelección de Nicolás Maduro proclamada por el ente comicial.
Sin embargo, el exgobernador del estado de Táchira considera «imposible» que puedan «tapar» lo que también llamó un «golpe de Estado a la soberanía popular», en referencia a la victoria que la mayor coalición opositora -la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)- asegura que obtuvo su abanderado, Edmundo González Urrutia, exiliado en España desde el pasado 8 de septiembre.
En X, Pérez Vivas señaló que, según el Reglamento de la Ley de Procesos Electorales, el sistema automatizado electoral, además del boletín con los resultados finales, debe emitir una «hoja complementaria» con «los datos registrados en cada una de las actas de escrutinio».
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En este sentido, el opositor aseguró que el Consejo Nacional Electoral (CNE) «no ha cumplido ese mandato derivado de la Constitución, la ley y el reglamento».
«Publicar los resultados no es ofrecer unos números globales solamente, es publicar los resultados mesa por mesa», agregó Pérez Vivas.
El CNE proclamó ganador a Maduro con base en unos resultados que aún hoy se desconocen de forma desagregada, pese a los numerosos llamados dentro y fuera del país para su publicación, como lo establece el cronograma oficial aprobado por el ente comicial para la celebración de este proceso.
Buena parte de la comunidad internacional, incluso Gobiernos aliados del chavismo, como Colombia y Brasil, exigen la divulgación de esos datos.
Este jueves, la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), de mayoría chavista, comenzó un «diálogo político», en el que no participa la oposición mayoritaria, para revisar las leyes comiciales y los requisitos para competir por cargos de elección popular, de cara a las votaciones regionales y municipales previstas para 2025.
La PUD cuestionó ese proceso y llamó al Gobierno a acordar, en cambio, los «términos de una negociación seria» para una «transición», lo que el chavismo posteriormente rechazó.