Antonio José Chinchetru (ALN).- De los cinco presidentes del Gobierno que ha tenido España desde el fin de la dictadura quedan vivos tres. Los socialistas Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, así como el ‘popular’ José María Aznar, han tomado postura pública ante el reto independentista catalán y la respuesta ofrecida por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. La de Zapatero ha sido la voz más discordante.
El reto independentista catalán ha supuesto que España se enfrente a su crisis política más grave en muchas décadas. En esta situación excepcional, los tres expresidentes del Gobierno de la democracia que siguen vivos se han expresado en diversas ocasiones. El socialista Felipe González ha sido el que más ha hablado sobre la cuestión. Y lo ha hecho con un discurso en el que exigía firmeza al actual Ejecutivo. El popular José María Aznar, que aupó a Mariano Rajoy a la presidencia del Partido Popular (PP) como sustituto suyo se ha expresado de manera similar. José Luis Rodríguez Zapatero, segundo líder del PSOE en llegar a La Moncloa desde que se aprobara la Constitución de 1978, ha mantenido un perfil más bajo y ha evitado criticar al actual jefe del Ejecutivo.
Casi tres meses antes de la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre, el 5 de julio, los tres antiguos jefes de Gobierno protagonizaron un coloquio organizado por el grupo de medios de comunicación Vocento, propietario entre otros del diario ABC. Uno de los temas del diálogo fue la situación en Cataluña. Todos ellos coincidieron en criticar a los nacionalistas, aunque los mensajes más duros fueron los de González y Aznar.
González sostuvo: “Están fracturando su convivencia social interna. La primera fractura es la de los catalanes con los catalanes”. Aznar dijo algo parecido: “Antes de romperse España se romperá Cataluña”. Por su parte, Zapatero mostró su “confianza en las instituciones y en el Estado español” como garantía para evitar la ruptura, aunque pidió “voluntad de diálogo”. Al margen de este acto, todos ellos han hecho declaraciones por separado en fechas más recientes.
Felipe González
Felipe González ha sido el más activo de los tres expresidentes del Gobierno español vivos ante el desafío independentista catalán. Se ha expresado en diversas ocasiones, siempre en una línea mucho más contundente que la mantenida por su partido, el PSOE. De hecho, su toma de posición ha sido en todo momento muy similar a la de Ciudadanos. Días antes de la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre comparó el comportamiento de los diputados independentistas del Parlamento de Cataluña al convocar esa consulta violando todas las leyes con el régimen chavista de Venezuela: “Esto se parece a lo que hizo el señor (Nicolás) Maduro. Como perdió las elecciones a la Asamblea decide crear otra legitimidad para marcar los destinos de su país: la Asamblea Nacional Constituyente, la ANC, ¿les suena?”.
Seis días después del referéndum ilegal, volvió a hablar. Lo hizo en un encuentro con periodistas en Berlín. Desde la capital de Alemania, donde viajó para participar en los actos con motivo del 25 aniversario del fallecimiento del canciller Willy Brant, defendió la aplicación del artículo 155 de la Constitución y criticó al actual presidente del Gobierno porque todavía no se mostraba dispuesto a hacerlo.
González afirmó: “Lo aplicaría para proteger la Constitución, y preservar el Estatuto de Autonomía que han vulnerado. Me gustaría decirle a la gente que de buena fe cree en la independencia, que está mucho más lejos de conseguir la independencia, que cerca de perder la autonomía a manos de sus gobernantes”. Añadió: “Me inquieta cuando Rajoy dice ‘no me obliguen a hacer lo que no quiero hacer’, porque yo creía que le pagábamos para hacer lo que tiene que hacer”. También tuvo duras palabras con los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica catalana. Dijo que su comportamiento “ha sido correcto hasta que se han contaminado de la política equivocada de los representantes del Gobierno de Cataluña”.
En una entrevista concedida de forma conjunta a Clarín de Buenos Aires y El País de España, y publicada la semana pasada, calificó de “acto de cobardía” y “vodevil” la fuga del expresidente catalán Carles Puigdemont a Bruselas. Además, criticó la lentitud del Gobierno en aplicar el artículo 155 de la Constitución. También dijo que eso hubiera evitado la actuación de los tribunales, si bien defendió la independencia de la Justicia para ordenar la detención de varios miembros del depuesto gobierno de Cataluña.
José María Aznar
A lo largo de las últimas semanas, José María Aznar ha optado en líneas generales por un discreto silencio. Lo ha roto tan sólo en dos ocasiones. La primera de ella fue a través de un texto de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que él preside, y la segunda en una entrevista concedida a la Cadena SER, la emisora radiofónica con más audiencia de España, este miércoles.
El texto de FAES no lleva su firma, pero es un vehículo habitual por el que el expresidente del Gobierno suele emitir sus opiniones sobre asuntos de actualidad. Se envió por correo electrónico el 5 de octubre, cuatro jornadas después del referéndum ilegal organizado por las autoridades autonómicas catalanas, y se publicó en la web al día siguiente. Apunta, sin citarlo de forma expresa, a Podemos y su cercanía al independentismo: “No se ha entendido que, junto al nacionalismo radicalizado, en la reivindicación secesionista han confluido el populismo antisistema y el revisionismo del pacto constitucional que desde hace tiempo viene promoviendo un amplio sector de la izquierda decidida a destruir la Transición, como pacto y como narrativa de reconciliación entre los españoles”.
Sobre la alianza de la ultraizquierdista Candidatura de Unidad Popular (CUP) y el separatismo de derechas dice: “El independentismo menestral de Cataluña no repara en que la secesión se ha convertido en la oportunidad para un experimento revolucionario del que no saldría indemne. Debería recordar que fue Lenin quien descubrió el potencial subversivo de la autodeterminación”.
El documento es muy duro con Mariano Rajoy, al que no se cita de forma expresa: “Los acontecimientos en Cataluña producen estupor. Por lo que son y por la entidad de la respuesta que han recibido hasta ahora”. Añade: “Seguramente, lo que pueda hacer sólo el Gobierno no sea suficiente, pero es absolutamente indispensable que lo haga y que lo haga primero, porque sus responsabilidades no son transferibles y porque es con ellas con lo que se debe abrir el paso a todo lo demás”.
Otro punto importante es: “El Gobierno debe actuar tal y como la nación necesita que lo haga. Buscando cuantos apoyos pueda, pero sin ellos si eso retardara o condicionara el cumplimiento de su mandato constitucional. La ley es el precio de la libertad, la libertad es el premio de la ley. Y si no encontrara el ánimo para hacerlo o hubiera de reconocer su incapacidad, entonces debería otorgar a los españoles la posibilidad de decidir qué gobierno, con qué propuesta y con qué apoyo electoral se deberá hacer frente a esta coyuntura crítica para España”.
En la entrevista concedida a la Cadena SER, Aznar ha dicho del reto independentista que es “la situación más difícil que estamos viviendo desde la Transición” y se ha referido a la actuación del depuesto presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el resto de su equipo como “golpe de Estado”. En su opinión, tan sólo habrá Estado de derecho en Cataluña si el PP, PSOE y Ciudadanos “lo garantizan”. Ha añadido que: “Si el 22 de diciembre estamos como antes de la intervención del artículo 155, estaremos todos peor y, sobre todo, los catalanes”. En opinión de Aznar: “Efectivamente ha faltado política. Los partidos constitucionales han dejado un margen para la política negativa, secesionista, enorme y cuando los vacíos existen en política, los cubren otros”.
José Luis Rodríguez Zapatero
Rodríguez Zapatero es el expresidente del Gobierno que se ha expresado con menor dureza frente al independentismo catalán, al tiempo que ha sido el menos crítico con la velocidad de respuesta de Mariano Rajoy. Ha defendido en todo momento la necesidad de diálogo, tanto con los separatistas como con partidos que no forman parte del denominado ‘bloque constitucionalista’, formado por el PP, PSOE y Ciudadanos.
En una entrevista con el canal de televisión La Sexta, dijo el 3 de octubre que la Declaración Unilateral de Independencia no era posible. “Que -el Parlamento Catalán- la declare no quiere decir que sea independiente”. Defendió además “el debate en el Congreso y también en el Parlament”. Además, sostuvo que “la democracia busca el acuerdo, el entendimiento y no la división”, frente a un referéndum que “no soluciona” sino que “divide entre un blanco y un negro”.
En un acto de las Juventudes Socialistas de Castilla y León celebrado el 15 de octubre aceptó una posible aplicación del artículo 155 de la Constitución. Sin embargo, y a diferencia de sus predecesores en La Moncloa, no reclamó que se pusiera en marcha. Seis días después, avisaba al Ejecutivo autonómico de Puigdemont que todavía podía evitar esa medida: “Aún está a tiempo un Govern sensato, responsable, de que esto tenga una salida mucho más institucional, mucho más conforme a lo que los pueblos han logrado a lo largo de la historia para vivir en sociedad de manera ordenada, de manera cívica, que es que sus instituciones sean las primeras que respeten las leyes y a todos los ciudadanos”.
Avisaba, eso sí, a los independentistas de su soledad frente a la comunidad internacional: “Hay un test que es muy importante, y es que todas las democracias del mundo conocidas, reconocidas, modernas, avanzadas, están apoyando la unidad de España y el respeto a la Constitución”.