Daniel Gómez (ALN).- Para el presidente valenciano, Ximo Puig, las razones son la “estabilidad y confianza” que transmite la región. Por su parte, el analista de CMC Markets, José Luis Herrera, dice a ALnavío que los movimientos de la banca catalana buscan “evitar susceptibilidades”. Mientras, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, sostiene que los traslados atienden únicamente a cuestiones tributarias.
El miedo a una declaración unilateral de independencia en Cataluña y, en consecuencia, el miedo a quedar fuera del paraguas del Banco Central Europeo derivó en un suceso histórico. En apenas 24 horas, la Comunidad Valenciana se convirtió en el segundo centro financiero de España, sólo superado por Madrid. Y es que, de los seis bancos que cotizan en el Ibex 35, ahora tres tienen su domicilio social en la región: Banco Sabadell comunicó la semana pasada que se muda a Alicante, CaixaBank lo hará a Valencia y Bankia ya estaba allí.
Nadie lo hubiera advertido hace un año. La Comunidad Valenciana fue una de las más castigadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008. Un informe del Consejo Empresarial para la Competitividad detalló que fue la región española que más sufrió la crisis. A esto se une la corrupción. En 2016, los tribunales valencianos abrieron más procedimientos por este asunto que en ningún otro lugar de España.
“Para nosotros es un factor fundamental con el fin de superar la ‘hipoteca reputacional’ con la que quedó muy lastrada la comunidad, precisamente por la crisis financiera en los últimos años”, sostuvo al respecto el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, tras hacerse públicos los anuncios de Banco Sabadell y CaixaBank. En ese discurso también señaló que las decisiones de ambas entidades por el desafío secesionista catalán son fruto de la “estabilidad y confianza” que vuelve a ofrecer la comunidad.
A otros motivos se refirió José Luis Herrera, analista CMC Markets, consultado por el diario ALnavío. “La razón de mudarse a Valencia y no a Madrid supone posiblemente un intento por parte de los directivos de mantenerse en una situación intermedia para evitar susceptibilidades”, comenta.
Otra versión de los hechos -también ofrecida a este diario- es la aportada por Daniel Lacalle, economista jefe de la sociedad de valores independientes Tressis. Este alude a motivos tributarios. “No tiene absolutamente nada que ver” con posibles suspicacias, dice. “Cuando trasladas la sede de una empresa hay que dar una justificación a la Agencia Tributaria. Por lo que el destino elegido debe suponer una importante parte de la gestión operativa de la empresa y de la dirección”.
El economista jefe de Tressis pone como ejemplo el cambio de sede de Gas Natural, otra de las cotizadas en el Ibex que decidió abandonar Cataluña: “Siendo una empresa supuestamente nacionalista y catalana se habría ido a Palma de Mallorca y no a Madrid”.
¿Se beneficiará la Comunidad Valenciana de estos movimientos?
Lo que es un hecho es el rol que comenzará a jugar la Comunidad Valenciana en el tejido financiero español. Bankia ya estaba allí. La sede, ubicada en Valencia, en la calle Pintor Sorolla número 8, está sólo a un portal del que será el nuevo domicilio social de CaixaBank (C/ Pintor Sorolla, 2-4). Esto se supo el pasado viernes. Un día antes, Banco Sabadell ya había notificado el traslado a la Avenida Dr. Gadea número 1, en Alicante. Allí se encontraba la antigua sede de CAM, Caja Mediterráneo, entidad que Sabadell absorbió por un euro hace seis años.
Con este repentino cambio de cromos, el índice de Bolsa en el que cotizan las 35 empresas más importantes de España se queda sin bancos en Cataluña. BBVA, Santander y Bankinter siguen en Madrid, y el resto (Bankia, Sabadell y CaixaBank) tienen su sede en la Comunidad Valenciana.
Pero esta fuga no es exclusiva de la gran banca. También la pequeña. Salvando el caso de Arquia, que decidió mudarse a Madrid, Banco Mediolanum también dejó Cataluña para irse a Valencia.
Para Herrera los traslados de la banca catalana “son un movimiento simbólico”
Entonces, ¿cómo se puede beneficiar la Comunidad Valenciana? “A efectos operativos el traslado de sede no supone gran cambio. Los empleados siguen estando en Cataluña, y el Impuesto de Sociedades sigue aplicándolo el Estado. La única diferencia plausible está en el Impuesto de Actividades Económicas, que sí se paga en la nueva comunidad en la que se implante la sede, pero que no supone una cifra muy abultada. Se trata más de un movimiento simbólico, para contentar al mercado”, matiza el analista de CMC Markets.
Por su parte, Lacalle subraya que el traslado de sede “afecta, y afecta mucho” porque “cuando una empresa decide emprender el cambio societario es muy difícil que lo vuelva a revertir en este caso para Cataluña”.
Luego está el tema de los impuestos. Si para Herrera la cifra no es significativa, para el economista de Tressis sí. “Todos aquellos impuestos que al cambiar de sede dejan de pagarse en Barcelona los gana la Comunidad Valenciana. Para empezar, y no es pequeño, el Impuesto de Actividades Económicas. Por mucho que sea Exxon una empresa global, en Houston es donde está todo. Por mucho que BP ingrese casi todo fuera de Reino Unido, todo va a parar a Londres”.