Antonio José Chinchetru (ALN).- Las principales asociaciones empresariales identificadas con el independentismo catalán no salen en defensa de Carles Puigdemont. Incluso CECOT, que destacó en su apoyo al ya expresidente autonómico hasta justo antes de su fuga a Bélgica, ha dejado de respaldarle de forma abierta a la espera de los próximos acontecimientos políticos.
El independentismo catalán tiene sus terminales dentro del mundo organizativo empresarial. Dos asociaciones de pequeños y medianos empresarios destacan por la cercanía y apoyo al proyecto separatista. Se trata de Micro, Pequeña y Mediana Empresa de Cataluña (PIMEC) y, sobre todo, la CECOT (antigua Confederación Empresarial Comarcal de Tarrasa). Esta última destacó por su firme apoyo a Carles Puigdemont hasta que el expresidente de la Generalitat de Cataluña se fugó a Bélgica. Desde entonces una y otra guardan silencio dentro de la disputa que mantienen el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT) de Puigdemont y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) por la preponderancia dentro del secesionismo.
El escenario postelectoral, en el que resulta muy complicado que Puigdemont pueda llegar a ser investido presidente autonómico y ejercer el cargo, impone la prudencia en las filas de CECOT. Fuentes empresariales catalanas han dicho a ALnavío: “Teniendo en cuenta lo complicado que va a ser para el bloque independentista formar gobierno, no se pronuncian. Prefieren mantener un perfil bajo”.
En los últimos días, las organizaciones empresariales independentistas evitan valorar datos económicos
Su silencio no se limita a esta cuestión. En los últimos días también evitan como norma general valorar datos económicos, como los malos datos del turismo y la fuga de empresas. Las mismas fuentes han dicho: “Están escaldados. No van a decir nada porque no tienen nada que decir”.
De la ovación al silencio
El silencio de esta asociación contrasta con la postura que mantuvo hasta la fuga a Bélgica del ahora expresidente catalán. El 23 de octubre, sólo cuatro días antes de la proclamación de la república catalana y la activación del artículo 155 de la Constitución española, Puigdemont acudió al encuentro anual de CECOT, celebrado en Barcelona. En ese evento, el público le dedicó una larga ovación.
En aquel momento, la imagen de Puigdemont estaba “muy tocada”, según las fuentes debido a los efectos que ya estaba teniendo la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre y la posibilidad de la proclamación unilateral de independencia. Ya había comenzado la oleada de fuga de empresas, con la participación de algunas de las mayores compañías que hasta ese momento habían tenido su sede social en Cataluña.
Además, los separatistas no habían logrado los apoyos internacionales que habían prometido conseguir. Pero ese respaldo al que todavía era presidente en funciones desapareció con su marcha a Bruselas.
Los miembros de CECOT son independentistas, pero nominalmente no son más cercanos a una organización política separatista que a otra. Las fuentes consultadas por este periódico han dicho: “Como son nacionalistas, prefieren no tomar partido de forma abierta por ninguno de los dos partidos. Tienen algunas preferencias, pero como la situación es tan compleja prefieren guardar silencio y no se sienten compelidos a mostrarlas ahora. Con Carles Puigdemont en Bruselas y Oriol Junqueras (presidente de ERC) en la cárcel, poco pueden decir. Ni tan siquiera se atreven a pedir cosa como que se forme ya un gobierno que ofrezca estabilidad y confianza a los inversores”.
Muchos miembros de CECOT consideran que la estrategia seguida para lograr la independencia ha fracasado
Otro motivo por el que CECOT evita apoyar de forma abierta a Puigdemont es que quiere evitar enemistarse con alguno de los dos grandes sectores del independentismo. Si finalmente el PDeCAT y su marca electoral y parlamentaria, Junts per Sí, no logran sacar adelante sus planes, una ERC triunfante podría sentir resentimiento hacia una organización empresarial que hubiera apostado fuertemente por Puigdemont.
Existe un tercer motivo, según las fuentes. Los miembros de CECOT no han renunciado al separatismo, pero muchos de ellos consideran a estas alturas que la estrategia seguida ha fracasado. En el seno de esta organización hay numerosos empresarios que aspiran a la separación de España, pero renunciando a la unilateralidad. Su apuesta es forzar al Gobierno a la negociación y alcanzar una independencia pactada, algo que parece difícil si Puigdemont vuelve a ser el presidente autonómico.
PIMEC, por su parte, ha mantenido una actitud que se corresponde con su tradicional postura. Aunque es próxima al independentismo siempre ha jugado a unos niveles mayores de ambigüedad que CECOT.