Leticia Núñez (ALN).- Ciudadanos saboreó este jueves la victoria y la derrota al mismo tiempo. Pese a que por primera vez una formación no separatista ganó las elecciones catalanas en votos y escaños, las fuerzas independentistas retuvieron la mayoría absoluta. Los pactos serán imprescindibles para formar cualquier gobierno y los antisistema de la CUP vuelven a tener la llave de la gobernabilidad del bloque secesionista. La victoria nacionalista obliga a Carles Puigdemont, el expresidente huido a Bélgica, a pisar suelo español para intentar ser presidente, lo que conllevaría su detención inmediata.
La cita con las urnas que llegó tras una declaración ilegal de independencia en Cataluña, con un cabeza de lista huido de la justicia y otro en prisión ha dejado un escenario de difícil gobernación. A pesar de que Ciudadanos consiguió este jueves una victoria histórica y se convirtió en el primer partido no nacionalista en ganar las elecciones catalanas tanto en votos como escaños, no le servirá para formar gobierno porque el bloque independentista retuvo la mayoría absoluta del Parlamento.
La candidatura de Inés Arrimadas se impuso con el 25,34% de los votos y 37 escaños, superando a Junts per Catalunya, con 34 escaños, y a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con 32. Pero la suma de ambos más los cuatro escaños obtenidos por los antisistema de la CUP sitúan a los independentistas con 70 diputados, dos por encima de la mayoría absoluta, fijada en 68. De este modo, se esfuman las posibilidades de que la líder de Ciudadanos se haga con el Govern de la Generalitat.
Y todo a pesar de que Ciudadanos superó el umbral del millón de votos y mejoró en 12 escaños su mejor resultado, obtenido en 2015. Ahora ha conquistado unos 350.000 votos más, con más del 99% de las mesas escrutadas. Pero ni sumando sus escaños a los de los socialistas (17) y del Partido Popular (3) alcanzan la mayoría absoluta. Concretamente juntan 57, lo que les aleja de la Presidencia. En definitiva, saborearon la victoria y la derrota al mismo tiempo.
En segunda posición quedó Junts per Catalunya, encabezada desde Bélgica por Carles Puigdemont, con 34 escaños. En tercer lugar, se situó Esquerra Republicana, que con 32 escaños no consiguió su objetivo de ser la primera fuerza independentista.
— Junts per Catalunya 🎗 (@JuntsXCat) 22 de diciembre de 2017
El Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), liderado por Miquel Iceta, quedó muy lejos de los resultados que le daban algunas encuestas y sólo ganó 1 escaño respecto a las anteriores elecciones para situarse con 17, pese a la participación histórica (superó el 80%).
“Hem millorat resultats al Parlament per primera vegada en 18 anys, però no són els resultats que esperàvem”. @miqueliceta pic.twitter.com/HrXgnQo3xL
— Socialistes (PSC) (@socialistes_cat) 21 de diciembre de 2017
Mientras, los comunes de Ada Colau, encabezados por Xavier Doménech, perdieron tres diputados y se quedan con ocho. La candidatura de Podemos no será llave para ninguna posible alianza de Gobierno. Su concurso, tanto para los constitucionalistas como para los independentistas, es totalmente prescindible.
Los grandes perdedores de la jornada fueron la CUP -sólo conserva cuatro de los 10 diputados- y el Partido Popular. Este último se sitúa como última fuerza política de Cataluña con tres escaños tras dejarse ocho en las elecciones de este jueves. Xavier García Albiol no tendrá ni grupo propio en el Parlamento.
Con estos resultados, los pactos serán imprescindibles a la hora de formar gobierno. Pese a la debacle de apoyos, la CUP tendrá la llave de la gobernabilidad del bloque secesionista. Vuelve a ser indispensable.
C’s ganó por primera vez las elecciones catalanas pero la suma de los independentistas sigue conservando la mayoría absoluta
Los comicios de este jueves no sólo fueron los terceros en apenas cinco años, sino que pasarán a la historia por ser la primera vez que fueron convocados en una comunidad autónoma por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en aplicación del artículo 155 de la Constitución. Otra dificultad añadida es que ocho diputados electos independentistas se encuentran en prisión o con una orden de detención, lo que en la práctica les puede dejar fuera del Parlamento regional.
La victoria del expresidente Puigdemont le obliga a pisar suelo español para intentar ser presidente, lo que conllevaría su detención inmediata. El 155 sigue aún vigente y la orden de detención también. ¿Vendrá? Hay muchas incógnitas por resolver.
Fecha límite: el 23 de enero
Lo que sí está claro es que el Parlamento catalán tiene hasta el martes 23 de enero para constituirse tras las elecciones, tal como establece la Ley de Presidencia de la Generalitat y el Govern, que da al presidente de la Generalitat hasta 20 días hábiles desde la fecha de la celebración de los comicios para convocar la sesión constitutiva de la Cámara.
Tal como señala la agencia EFE, la norma da la potestad al presidente del Govern de constituir la Cámara, pero, tras haber sido cesado, la Presidencia ha sido delegada por Mariano Rajoy a la vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría. Tras la sesión constitutiva del Parlament, se abrirá un plazo de 10 días hábiles para que el presidente de la Cámara proponga la investidura de un candidato a la Presidencia de la Generalitat.
Esto fijaría el plazo máximo hasta el martes 6 de febrero: entonces se sometería a una primera votación y, si no lograra la mayoría absoluta de los votos, dos días más tarde se celebraría una segunda votación, en la que al candidato le valdría la mayoría simple para ser investido. Si tampoco lo logra, se abriría un plazo máximo de dos meses para encontrar un candidato. Así, la fecha límite para votar un presidente de la Generalitat es el sábado 7 de abril. Si no fuera posible, se volverían a convocar elecciones.