Antonio José Chinchetru (ALN).- Las declaraciones antieuropeas de Carles Puigdemont, que ya han sido matizadas, no surgieron de la nada. Entre los pocos partidos del Viejo Continente que han mostrado su apoyo al expresidente es habitual el discurso eurófobo. Además, él había dado por seguro el apoyo de la UE y de numerosos Estados miembro al desafío independentista. Su cálculo estaba errado, puesto que ocurrió todo lo contrario.
El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha protagonizado en los últimos días una nueva polémica con sus insultos a la Unión Europea (UE) durante una entrevista televisiva. El enfado en las filas independentistas, en especial en su propio partido, le ha hecho dar marcha atrás y volver a adoptar un nuevo discurso europeísta. El discurso contra la UE coincide con el de gran parte de los pocos partidos europeos que le arropan. Además, es propio de un político que ha visto que las instituciones y los gobiernos europeos no han apoyado el desafío separatista.
Puigdemont: “La UE es un club de países decadentes, obsolescentes, en el que mandan unos pocos, además muy ligados a intereses económicos cada vez más discutibles”
Durante una entrevista concedida a la televisión pública israelí Canal 1 y emitida el pasado viernes, Puigdemont definió a la UE como un “club de países decadentes, obsolescentes, en el que mandan unos pocos, además muy ligados a intereses económicos cada vez más discutibles”. Esta declaración resulta muy similar al discurso que han mantenido durante los últimos años dirigentes eurofóbos como el exlíder del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farange, la presidenta del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, el presidente húngaro, Víktor Orbán, o el holandés Geert Wilders, líder del populista Partido por la Libertad (PVV).
Puigdemont proponía además un referéndum sobre la permanencia o no de Cataluña dentro de la UE. De hecho, proponía que este tipo de consulta se hiciera en otras zonas de la UE. En la entrevista dijo: “Quien debe tomar esa decisión son los ciudadanos de Cataluña, como deberían tomarla libremente los otros ciudadanos de Europa. ¿Quieren ustedes pertenecer o no a esta Unión Europea? ¿Y en qué condiciones? Vamos a ver qué dice el pueblo de Cataluña”. Similares propuestas las han hecho los antes citados Le Pen y Wilders.
La periodista Pilar Rahola, una de las caras más visibles del independentismo y persona muy próxima a Puigdemont, poco después hacía suyo este discurso, si bien en un tono más grueso. En un debate en la cadena pública catalana TV3 afirmaba: “Yo soy muy europeísta, pero la Unión Europea es una mierda, simplemente”. En las filas separatistas, sin embargo, no todos se sumaron a la eurofobia del expresidente autonómico. Las críticas y matizaciones llegaron desde su propia formación, el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT).
La coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal, dijo: “Queremos ser Europa, que nadie lo dude”. El miembro del Congreso de los Diputados Jordi Xuclà, uno de los pesos pesados de la formación en el Legislativo español, dijo: “No forma parte del programa electoral de Junts per Catalunya -marca con la que el PDeCAT se presenta a las elecciones del 21 de diciembre- un planteamiento de salida de la Unión Europea”. Trató además de matizar las declaraciones de su jefe de partido: “Puigdemont defiende la permanencia en la UE pero critica a los dirigentes actuales”.
Este lunes, Puigdemont se veía obligado a rectificar. Lo hacía a través de Twitter. En la red social publicó un mensaje en el que afirmaba: “El catalanismo es indudablemente europeísta. Siempre lo ha sido, lo es y lo seguirá siendo. Queremos una Europa más integrada, más próspera, más democrática y más comprometida. Nos hemos de conjurar para mantener vivos estos valores”. En otro, decía: “El caso catalán es una oportunidad de avanzar hacia una Unión Europea más fuerte donde la ciudadanía tenga cada vez más poder de decisión y los Estados tengan menos. Este es el verdadero espíritu europeo”.
Arropado por los eurófobos
Javier Montilla: “Fue una reacción de despecho, Puigdemont estaba convencido de que la Unión Europea le apoyaría”
El analista político barcelonés Javier Montilla considera que las declaraciones contra la Unión Europea no respondieron a una estrategia estudiada, sino a mera improvisación. En declaraciones a ALnavío ha dicho: “Fue una reacción de despecho, estaba convencido de que la Unión Europea le apoyaría y tras la DUI y su marcha a Bruselas se ha topado con la realidad”. Ha añadido: “Tras su huida de España, los únicos que han arropado a Carles Puigdemont han sido partidos nacionalistas, algunos eurófobos”. Es el caso de la formación ultraderechista flamenca Vlaams Belgang, cuyos diputados fueron los únicos que votaron a favor de reconocer la república catalana cuando esta cuestión se votó en el Parlamento regional de Flandes.
Otras formaciones cuyos dirigentes han apoyado de forma pública en algún momento al independentismo catalán durante los últimos meses son: UKIP de Reino Unido, PVV de Holanda, Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), Alternativa para Alemania (AfD). Todos ellos comparten un discurso contrario a la Unión Europea y un posicionamiento ideológico populista dentro o cerca de la extrema derecha.
Montilla explica la rectificación de Puigdemont en la pronta salida para matizarle que hicieron sus compañeros de partido y de otras formaciones separatistas: “Sus declaraciones han sentado mal en muchos sectores independentistas, que siempre han presumido de ser muy europeístas”.