Antonio José Chinchetru (ALN).- La quiebra de la unidad en el independentismo catalán no se escenifica de forma pública, pero existe. Tras el referéndum del 1 de octubre, los partidarios de la ruptura con España mantienen en común su objetivo, pero discrepan en la estrategia y los calendarios. El bloque constitucionalista está más fracturado, con unas brechas entre los partidos que no dejan de ampliarse y resultan evidentes.
La unidad de acción en el independentismo catalán y, sobre todo, en el bando contrario a éste tenía fecha de caducidad: el 1 de octubre. Entre los partidarios de la secesión sigue existiendo un objetivo común, proclamar una república independiente. Existen divergencias, sin embargo, en lo relativo a la estrategia y los calendarios. En cuanto a los partidarios de la unidad de España, los socialistas marcan de forma creciente distancias con el Gobierno español y Ciudadanos exige a Mariano Rajoy una mayor firmeza.
El convencimiento generalizado en los sectores independentistas, incluyendo los altos cargos del Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT), era que el Parlamento de Cataluña iba a aprobar la Declaración Unilateral de Independencia a lo largo de esta semana. La única duda era la fecha concreta. Según lo previsto en la Ley de Transitoriedad, declarada inválida por los tribunales, tendría que producirse dentro de las 48 horas posteriores a conocerse los resultados definitivos del referéndum. Esto hacía prever que tuviera lugar el martes o el miércoles, algo que no ha ocurrido. Otra opción que se manejaba era que ocurriera el viernes, para hacerla coincidir con el aniversario de la proclamación del “Estado catalán en la república federal española” por Luis Companys el 6 de octubre de 1934.
Miedo a Podemos y discrepancias en el calendario
Sin embargo, según transcurre el tiempo no está claro que vaya a producirse tampoco ese día. Hay un sector del independentismo partidario de actuar esta misma semana con una política de hechos consumados, según han detallado a ALnavío fuentes parlamentarias catalanas. Quienes apuestan por ‘ir a las bravas’ tienen miedo de que una prolongación en el tiempo de la actual situación de inestabilidad termine restándoles apoyos electorales y que sea Podemos el que se aproveche de ello. Esta es la línea de la ultraizquierdista Candidatura de Unidad Popular y de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el partido del vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Oriol Junqueras.
Los partidarios de ‘ir a las bravas’ tienen miedo de que sea Podemos el que se aproveche de la situación de inestabilidad prolongada en el tiempo
El PDeCAT del presidente catalán, Carles Puigdemont, está fracturado al respecto. Un sector apuesta por esta vía, a pesar de ser consciente de que podría tener consecuencias penales para los promotores, incluyendo los altos cargos del Gobierno autonómico.
Otro sector del partido, sin embargo, apuesta por manejar plazos más largos. Consideran que mantener una situación de inestabilidad prolongada en el tiempo forzaría al Gobierno de Mariano Rajoy a aceptar una negociación con intermediarios internacionales. Creen que de esta manera podrían conseguir un acuerdo que llevara a la independencia de Cataluña. Este sector, en el que se encuadra el consejero (ministro regional) de Conocimiento y Empresa, Santi Vila, considera que una declaración de independencia sin efectos reales crearía una frustración en el nacionalismo que haría desinflar el apoyo al independentismo.
Los partidarios de postergar la declaración de independencia tienen a su favor que la ilegal Ley de Transitoriedad (ante la que ellos actúan como si no hubiera sido anulada por los tribunales) marca el periodo de 48 horas a partir de que la Sindicatura Electoral (una junta electoral independentista y sin controles externos creada ad hoc para el recuento de la votación del 1 de octubre) validara los resultados del referéndum. Sin embargo, todos los miembros de dicho organismo lo abandonaron días antes de la consulta para no tener que hacer frente a las fuertes multas que se les impondrían en el caso de actuar en el proceso. De esta manera, los resultados no pueden ser considerados oficiales ni tan siquiera aceptando como válida la norma declarada contraria a Derecho por la Justicia.
La huelga general en Cataluña, alentada desde el propio Gobierno de la Generalitat y desde las formaciones independentistas, no es un factor de desencuentro. A los partidarios de ambas posturas les interesa mostrar un escenario de conflicto e inestabilidad. La convocatoria de este paro es una nueva vulneración del derecho por parte del independentismo, puesto que la legislación española prohíbe de forma expresa las huelgas de carácter político.
El PSOE rompe la unidad frente al independentismo
La fractura en el bloque contrario al independentismo es mayor. Ya desde el mismo 1 de octubre, el PSOE y el PSC (su formación ‘hermana’ en Cataluña) comenzaron a marcar distancias crecientes con respecto al Ejecutivo de Rajoy. En el encuentro mantenido con Rajoy este martes, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reclamó al presidente del Gobierno que iniciara negociaciones sobre Cataluña que incluyeran a los independentistas y Podemos. El partido de Pablo Iglesias ya ha dejado de jugar a la ambigüedad y la equidistancia y ha tomado partido de forma clara por el secesionismo.
Los socialistas se resisten a apoyar una posible aplicación del artículo 155 de la Constitución
Los socialistas se resisten a apoyar una posible aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permite que el Gobierno asuma competencias de las autoridades de una comunidad autónoma. Esta postura le enfrenta de forma abierta con Ciudadanos, el tercer gran partido constitucionalista (término con el que se define en España a las formaciones partidarias del respeto a la Constitución y la unidad de España), que ha pedido que se aplique de forma inmediata para que Rajoy convoque elecciones autonómicas en Cataluña.
El Gobierno de Rajoy no ha descartado esta medida, si bien tampoco ha comenzado a poner en marcha los mecanismos para aplicarla. A pesar de ello, Ciudadanos se mantiene firme en su apoyo al Ejecutivo.