Antonio José Chinchetru (ALN).- El desafío independentista del gobierno de Cataluña y sus aliados políticos está teniendo consecuencias negativas sobre la actividad económica de esa región y, en menor medida, del resto del país. Sin embargo, dista mucho de tratarse de un tsunami y la desaceleración será mínima. Las consecuencias nocivas de la inestabilidad política no impedirán que España cierre este ejercicio liderando el crecimiento de las economías desarrolladas y esté en el grupo de cabeza el año que viene.
La semana pasada, el Gobierno de Mariano Rajoy rebajó sus previsiones de crecimiento para España de un 2,6% a un 2,3%. Lo hizo en el Plan Presupuestario para 2018 enviado a la Comisión Europea, en el que justificaba la revisión de las proyecciones por la situación política en Cataluña y la prórroga de los actuales Presupuestos Generales del Estado ante la imposibilidad de conseguir los apoyos parlamentarios necesarios para aprobar unos nuevos. A pesar de ello, el Ejecutivo prevé que 2017 se cierre con un incremento del PIB del 3,1%.
Los datos con los que trabaja el Gobierno español no difieren demasiado de las previsiones que el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo públicas el 10 de octubre, ya en plena crisis política. El FMI apuntaba que España será la economía que más crezca este año, con un 3,1% (la misma cifra que ofrece el Ejecutivo de Rajoy). Le seguirá de cerca Canadá, con un 3%, y, ya lejos, Estados Unidos, con un 2,2%.
El Fondo Monetario Internacional es más optimista en sus previsiones para España que el Ministerio de Economía
Para el próximo ejercicio el organismo internacional es más optimista que el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Proyecta que el incremento del PIB sea del 2,5%. Aunque se descontara unas décimas (el Gobierno hizo su nueva previsión días después de que el FMI presentara sus proyecciones), España seguiría en el grupo de cabeza entre las economías desarrolladas, puesto que el segundo mejor dato previsto por el Fondo Monetario Internacional es un 2,3% para Estados Unidos, seguido de un 2,1% para Canadá.
Una incertidumbre dañina
Emilio González, profesor de Economía en ICADE-Universidad Pontificia de Comillas, ha conversado con ALnavío sobre los efectos que el desafío independentista puede tener sobre la economía: “Se plantea una situación de incertidumbre, que en estos momentos está reduciendo operaciones financieras y empresariales. No se debe olvidar que los datos de Cataluña se consolidan con el resto de España, por lo que todo lo que afecte a esa comunidad autónoma afecta a las cifras globales del país. Por ejemplo, la anulación de reservas en hoteles supone una reducción de gastos, de ingresos fiscales y otras consecuencias. Eso afecta al conjunto de la nación”.
El economista apunta que “una autonomía que representa prácticamente el 20% del PIB español está económicamente paralizada. Esto implica no sólo que ellos no generen mucha actividad, sino que también dejan de demandar actividad de otras partes del país. No son autosuficientes en todo, y ese parón en la actividad de Cataluña se traslada a un parón de la actividad de otras empresas en el resto de España”.
Espera que la activación del artículo 155 de la Constitución española sirva para enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados. Ha dicho: “No es bueno que la situación de incertidumbre se esté prolongando tanto en el tiempo. Una vez que se vea qué hace el Senado y cómo responde la Generalitat, si se reconduce un poco la situación, las incertidumbres desaparecerán. La incertidumbre es el principal elemento que está frenando la economía catalana y afectando al conjunto del país”.
Emilio González: “Cataluña tiene otros sectores productivos que no tienen por qué verse afectados por la situación de incertidumbre”
Para González: “El problema no son los mercados, ni que se hunda la Bolsa, sino que esta situación hace que se produzca menos, la economía crezca a un ritmo menor, y afecte algo al empleo”. Sobre este último asunto, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) advirtió la semana pasada que el año que viene se reducirá el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo, para pasar del medio millón este año a unos 250.000. El Ministerio de Economía apuntó la misma tendencia, pero en un tono más moderado. Estimó que se pasará de generar 500.000 empleos nuevos en 2017 a 425.000 en 2018.
Mínimo riesgo de contagio
El profesor de ICADE-Universidad Pontificia de Comillas crece que “el riesgo de contagio de Cataluña al resto de España no es grande”. Añade: “El problema realmente grave es para Cataluña. La pregunta es si las empresas van a volver. La experiencia que tenemos por el caso de Quebec y sus referendos de independencia es que esa provincia y Toronto eran la región y la ciudad más prósperas de Canadá, se fueron las empresas y 10 años después no han vuelto”.
Esta mudanza de empresas fuera de Cataluña no va a afectar apenas a la economía del conjunto del país porque “van a continuar operando y vendiendo, no va a suponer ningún problema porque todo se va a seguir haciendo en España”. Incluso reduce los efectos negativos sobre la región al turismo: “Cataluña tiene otros sectores productivos que no tienen por qué verse afectados en este momento por la situación de incertidumbre”.
Tiene claro que “el problema es el turismo. Cataluña, en especial Barcelona, era la principal receptora en España de visitantes extranjeros, y eso se está frenando”. Añade que “si dejan de acudir turistas deja de haber demanda de camas hoteleras, restaurantes, tiendas, etcétera”. Según los datos de la propia Generalitat, el sector turístico representa en torno al 12% del PIB de esa comunidad autónoma, por lo que una mala evolución de esa actividad tendría efectos sobre buena parte de la economía regional.
El presidente de AC Hoteles, Antonio Catalán, restó importancia a los datos que se han conocido estos días. El lunes dijo, en un acto organizado por el periódico El Economista, que “la caída del 20% en las reservas me suena a cuento chino” y que en su grupo han registrado un descenso del 2% en el tercer trimestre de 2017. Eso sí, advirtió que están notando una paralización de las reservas para el primer trimestre de 2018. Catalán respondía a las previsiones de la patronal del sector turístico, Exceltur, que ha ofrecido esa cifra para el último trimestre de este año. Su vicepresidente, José Luis Zoreda, dijo en una entrevista en Antena3 Televisión que esa caída puede ser todavía mayor e implicar unas pérdidas de 1.800 millones de euros (2.132,3 millones de dólares).
En diciembre de 2016, el Gobierno presentó unas previsiones de crecimiento para 2017 de un 2,5%, que en julio subió hasta el 3% y ahora se sitúan en un 3,1%
La bajada de la actividad en el sector tendrá consecuencias negativas sobre el conjunto de la economía española, pero no tanto como para poner en riesgo el incremento de forma especialmente significativa. En opinión de Emilio González: “El efecto del parón en el turismo, y su repercusión sobre la actividad y el empleo, puede ser como mucho de dos décimas este año y el que viene”. El profesor explica: “El ritmo de crecimiento en cualquier caso va a seguir siendo alto. Además, conviene recordar que iniciamos el año en enero con una cierta sensación de desaceleración de la economía, hasta un 2,5%, y el Gobierno tuvo que revisar al alza las previsiones de crecimiento hasta por encima del 3%. En principio, el daño es de sólo unas pocas décimas.
En diciembre de 2016, el Gobierno presentó unas previsiones de crecimiento para 2017 de un 2,5%, que en julio subió hasta el 3% y ahora se sitúan en un 3,1%. Similar evolución han tenido las proyecciones del FMI. En enero de este ejercicio preveía que España crecería en el mismo 2,3%, pero a lo largo del año fue subiendo hasta el 3,1%, que ha mantenido en su último informe. De esta manera, aunque el incremento del PIB español se vea reducido por culpa de la crisis en Cataluña, seguirá siendo muy superior a lo que se preveía 10 meses atrás y superará al del resto de las economías desarrolladas del mundo.