Antonio José Chinchetru (ALN).- El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, afronta el día más importante de su carrera política. Si cumple su palabra, este martes declarará la independencia de Cataluña. Lejos de lo que habían previsto los secesionistas, el ambiente empresarial, político, social y mediático en la región juega totalmente en contra.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, y sus aliados políticos enfrentan el inicio de la semana fuertemente divididos sobre la conveniencia o no de proclamar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Dentro de la incertidumbre que se vive en esa parte de España, uno de los escenarios posibles es una DUI simbólica supeditada a hechos futuros, como el resultado de unas elecciones autonómicas a las que el independentismo trataría de presentarse como constituyentes. Puigdemont tiene que encarar un escenario muy adverso en todos los frentes. Hay tensiones en el seno del independentismo, las grandes empresas abandonan Cataluña, por primera vez los contrarios al secesionismo salen a la calle en forma masiva y el principal grupo de medios de la región ya no apoya el secesionismo.
Tal y como adelantó ALnavío el pasado martes 3 de octubre, y después ha sido publicado por otros medios y se ha reconocido desde dentro del nacionalismo, el independentismo está fracturado sobre la conveniencia de aprobar la DUI o no hacerlo. La división primero se dio en el seno del derechista Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT), de Puigdemont. Pronto se extendió a sus socios de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), del vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras. Ahora ya afecta a sus socios parlamentarios de la ultraizquierda más radical, la Candidatura de Unidad Popular (CUP), si bien en este partido siguen siendo mayoría los partidarios de la DUI.
Declaración de Independencia en el Parlamento catalán
El Parlamento de Cataluña ha convocado para este martes por la tarde una sesión de su pleno. El único punto en el orden del día es la comparecencia de Puigdemont para informar sobre el desarrollo y los resultados del referéndum ilegal del 1 de octubre. Desde los partidos de la oposición temen que el plan de los independentistas sea incluir sobre la marcha, y violando todas las normas internas de funcionamiento de la Cámara, al igual que se hizo para convocar la votación ilegal, el debate y aprobación de la DUI.
Según varias fuentes políticas catalanas, no se trataría de una Declaración Unilateral de Independencia en sentido estricto. Lo más probable es que los partidos del Gobierno catalán opten por lo que algunos califican como un “DUI en diferido”. Consistiría en una declaración de intenciones de proclamar la independencia en un futuro, probablemente en un plazo de dos años. Para lograrlo, se aprobaría la puesta en marcha de mecanismos para ir constituyendo lo que llaman “estructuras de Estado”.
Desde el partido Ciudadanos están convencidos de que va a ser una Declaración Unilateral de Independencia con pretensión de ser inmediata
Desde el partido Ciudadanos, por el contrario, sí están convencidos de que va a ser una Declaración Unilateral de Independencia con pretensión de ser inmediata. Su portavoz en el Congreso de los Diputados español, Juan Carlos Girauta, ha dicho a ALnavío: “Claro que lo van a hacer, lo han dicho muy claro y está en su programa electoral. Lo que no estaba en su programa era el referéndum del 1 de octubre”.
Posible ruptura del frente independentista
La DUI ‘en diferido’ tendría un riesgo añadido para Carles Puigdemont y el conjunto del independentismo. En el ambiente político se da por hecho que, de producirse, generará un gran desencanto y, sobre todo, enfado en amplios sectores del independentismo. La reacción puede ser especialmente virulenta en una CUP en la que, a pesar de que en su seno hay partidarios de esta fórmula, siguen siendo mayoritarios quienes quieren que se declare ya la independencia. De esta manera, la coalición gobernante en Cataluña puede quedarse sin el apoyo de los 10 diputados del partido anticapitalista (fundamentales para que el gobierno de Puigdemont cuente con mayoría en el Legislativo autonómico).
La banca abandona Cataluña
Durante los últimos días los acontecimientos se han precipitado en un sentido contrario al previsto por el independentismo catalán, de manera que el escenario se torna cada vez más complicado para ellos. La fuga de empresas, que no ha hecho más que comenzar, ha destrozado el discurso independentista de que su reto no tendría consecuencias negativas para la economía catalana. Aunque el fenómeno llevaba ocurriendo varios años, hasta la semana pasada apenas había afectado a compañías de gran tamaño. Todo se precipitó a partir del referéndum independentista del 1 de octubre. El Banco Sabadell anunció el jueves el traslado de su sede social a Alicante, en la vecina Comunidad Valenciana.
El sector bancario prácticamente completo ha decidido hacer las maletas. CaixaBank, el tercer banco español y primero de Cataluña por tamaño, aprobó el viernes trasladar su sede a Valencia. Esta entidad es propiedad del holding empresarial Criteria Caixa, que a su vez tiene como matriz a Fundación La Caixa. Ambos han aprobado la mudanza a Palma de Mallorca, en las Islas Baleares. El viernes tomaron una decisión similar, aunque con destino a Madrid, Banco Mediolanum y Arquia Banca (la antigua Caja de Arquitectos).
Las aseguradoras siguen los pasos de la banca
Tras la mudanza de los bancos catalanes a otras partes de España, el lunes ha comenzado la marcha de las aseguradoras. En una sola jornada han anunciado el traslado de su sede dos firmas muy destacadas de este sector. SegurCaixa Adeslas, líder de seguros médicos del grupo Mutua Madrileña y participada por CaixaBank, ha anunciado que este fin de semana decidió trasladar su sede de Barcelona a la Torre de Cristal, uno de los cuatro emblemáticos rascacielos construidos en los terrenos de la antigua ciudad deportiva del Real Madrid en la capital de España.
Por su parte, el grupo MGS Seguros ha decidido trasladar su sede central de Barcelona a Zaragoza, capital de la comunidad autónoma de Aragón, vecina de Cataluña. Fuentes del grupo, citadas por la agencia EFE, han dicho que se trasladan a esa ciudad debido a que ya tienen ahí parte de sus servicios centrales y la sede de su fundación.
La marcha de empresas señeras
Las entidades financieras no son las únicas empresas que trasladan su sede fuera de Cataluña. Lo hacen grandes compañías de todos los sectores. El viernes Gas Natural Fenosa anunciaba su traslado a Madrid. Lo mismo ha hecho Sociedad General Aguas de Barcelona (AGBAR). Es propiedad de la francesa Suez, y su marcha tiene una gran carga simbólica por ser la encargada de gestionar el agua potable y el alcantarillado de Barcelona y las 22 localidades de su área metropolitana. Este lunes siguieron sus pasos la empresa de ingeniería civil Abertis y la compañía de infraestructuras de telecomunicaciones Cellnex.
La capital de España también es el destino de la distribuidora de material médico dental Klockner, la textil Dogi de la firma de certificación y notificación electrónica Lleida.net. Otras compañías que han decidido trasladar su sede a Madrid son la biotecnológica Oryzon, la empresa de reprografía digital Service Point y Ballenoil, propietaria de 90 gasolineras en toda la geografía española. Este lunes se ha sumado Torraspapel, fabricante y distribuidor de papel con más de 1.900 empleados. El Paseo de la Castellana de Madrid acogerá también la nueva sede de la Sociedad Anónima Cotizada de Inversión en el Mercado Inmbiliario (SOCIMI) Inmobiliaria Colonial, según ha aprobado su consejo de administración este lunes.
Futuras salidas de grandes compañías
Si esta semana se produjera la DUI, activarían su traslado FCC y el Grupo Planeta, el séptimo holding editorial del mundo
Si esta semana se produjera la DUI, activarían su traslado FCC y el Grupo Planeta, el séptimo holding editorial del mundo y propietario del grupo de medios de comunicación Atresmedia. En idéntica situación se encuentran la aseguradora Catalana Occidente y el grupo inmobiliario Renta Corporación.
Las dos empresas señeras de cava catalán, que poseen negocios vinculados al vino y otras bebidas que van más allá del espumoso, Freixenet y Codorníu Raventós, también podrían seguir el mismo camino. Y lo mismo ocurre con la popular marca de ropa nupcial Pronovias y las filiales españolas de varias multinacionales, entre las que destacan el grupo Volkswagen (incluyendo SEAT) y la cadena de supermercados LIDL.
La gran empresa independentista abandona el barco
Otra gran empresa que podría trasladar su sede social fuera de Cataluña es la farmacéutica Grifols. Fuentes de la compañía citadas por la agencia EFE han dicho que “actualmente no hay ninguna previsión” en este sentido. “Sin embargo”, han añadido, “en el hipotético supuesto de que la actual situación derivase en un nuevo escenario que pudiese afectar el curso normal de los negocios o de la situación financiera de la compañía, el consejo acordaría las medidas necesarias”.
El hecho de que Grifols no descarte dejar Cataluña es una carga de profundidad con gran fuerza destructiva desde un punto de vista simbólico en el bloque independentista. Su fundador, Víctor Grifols es el principal empresario catalán identificado con el independentismo, y lleva defendiendo de forma abierta el secesionismo desde 2014. A pesar de ello, la política interna de la empresa ha sido ir alejando su actividad de la región donde tiene su origen. En 2015 trasladaron el 75% de su negocio y su actividad fiscal a la República de Irlanda.
En estos momentos, dentro del gran empresariado catalán tan sólo la familia Carulla mantiene firme su lealtad al independentismo. Este clan es el dueño del holding Agrolimen, propietario a su vez del grupo alimentario Gallina Blanca. Entre sus miembros destaca Artur Carulla, presidente del grupo y muy cercano al expresidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas. Ha expresado de forma abierta su apoyo a la ruptura con España. Los Carulla son además copropietarios del diario Ara, uno de los periódicos cuya línea editorial ha sido tradicionalmente más partidaria de la secesión.
Pioneros en la marcha
Aunque la salida de empresas se ha acelerado en octubre, ya comenzó antes. El grupo de alimentación y dietética Naturhouse mudó este verano su sede a Madrid. Lo hizo en palabras de su presidente, Félix Revuelta, “por razones estratégicas y también de sentido común”. El grupo alimentario Guissona es otro firme candidato a la mudanza. Por el momento ha trasladado buena parte de su negocio fuera de Cataluña, en concreto a la vecina comunidad autónoma de Aragón. Originario de la provincia de Lérida, en febrero de este año anunció una inversión de 400 millones de euros (468,4 millones de dólares) para construir un gran complejo industrial y logístico en la provincia de Zaragoza, donde generará 4.000 empleos.
Otro ejemplo destacado, en febrero de 2016, fue el de la química Solvay, cuya facturación en el ejercicio anterior había sido de 240 millones de euros (286 millones de dólares) y trasladó sede y actividad a Cantabria, región costera del norte de España. También en 2016, el gigante de la fabricación de componentes automovilísticos Faurecia mudó su sede central desde Barcelona a la localidad valenciana de Ribaroja de Turia. Un año antes, en 2015, el grupo NH Hoteles decidió el traslado de NH España y NH Europa de Barcelona a Madrid.
La calle ya no es independentista
Durante las últimas semanas el independentismo catalán presumía de que “la calle es nuestra”, y se mostraba convencido de que sería siempre así. Durante años, los contrarios al nacionalismo no se han mostrado apenas en público, y quienes se atrevían a convocar manifestaciones no conseguían reunir a grandes masas. Según el relato de muchas personas, había miedo a expresarse de forma abierta contra el discurso oficial. Sin embargo, todo eso cambió este domingo.
Una marea humana se concentró en el centro de la capital catalana a favor de la unidad de España. Según los organizadores asistió en torno a un millón de personas. El Ayuntamiento, cuya alcaldesa, Ada Colau, ha tomado partido de forma abierta por el independentismo, rebaja la cifra a 350.000 personas. En cualquier caso, es una de las manifestaciones más grandes que se ha vivido en Barcelona. Fue una manifestación en tono festivo que tuvo su apoteosis en los discursos finales pronunciados por el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el histórico dirigente socialista Josep Borrell, expresidente del Parlamento Europeo.
El Grupo Godó deja el independentismo
Otro duro golpe para Puigdemont, y el independentismo en general, es el giro que ha dado el Grupo Godó, la principal corporación privada de medios de comunicación en Cataluña y propietario de diarios, radios y televisiones privadas. Su ‘buque insignia’ es el diario La Vanguardia, considerado la cabecera de referencia de la burguesía catalana. Tradicionalmente se ha mostrado cercano al poder político instalado en cada momento, con independencia de su signo ideológico.
En las últimas semanas, el diario barcelonés La Vanguardia ha tomado una firme postura contra el independentismo
Desde la reinstauración de la democracia, La Vanguardia ha solido situarse siempre en la órbita del gobierno autonómico catalán, del que ha recibido durante las últimas décadas generosas subvenciones (como el resto de medios de la región). Sin embargo, en las últimas semanas ha tomado una firme postura contra el independentismo. Los medios audiovisuales de Godó han sido por lo general incluso más afines al secesionismo que el diario impreso. El canal televisivo 8Tv y las radios Rac1 y Rac105 han destacado en todo momento por su activismo a favor de la ruptura con el resto de España. Sin embargo, en las últimas semanas han moderado sus posturas en este sentido.