Leticia Núñez (ALN).- Con el traslado a Madrid del Grupo Planeta, Cataluña no sólo pierde otra empresa más. También “un símbolo importante”, según declara a ALnavío Fernando Savater, Premio Planeta en 2008. Así también lo cree Fernando Sánchez Dragó, quien conquistó el galardón en 1992: “Es como si una flota pierde un acorazado. Se va el capitán general”. La fuga de compañías en Cataluña incluye ahora a su firma más universal, esa sin la cual “no se entiende la historia de la literatura en España”. Y todo, cuando apenas faltan cuatro días para que se conozca al nuevo ganador de tan prestigiosa condecoración.
Más allá de la banca, de las energéticas y las aseguradoras, la fuga de empresas que dejan Cataluña por el desafío independentista ha alcanzado al Grupo Planeta. Ya son una treintena las compañías que se trasladan. Pero esta no es una salida cualquiera. De hecho, es mucho más. Quien cambia Barcelona por Madrid es una firma más universal que CaixaBank, Sabadell y Gas Natural. Es la responsable de uno de los premios más prestigiosos en literatura y cuyo monto sólo es superado por el Nobel.
“Barcelona naturalmente pierde un símbolo importante”, señala el escritor, filósofo, novelista y ensayista Fernando Savater, en declaraciones al diario ALnavío. Eso sí, matiza Savater, Premio Planeta en 2008 por La Hermandad de la Buena Suerte, que “Cataluña está perdiendo tantas cosas estos días, entre ellas la decencia de su gobierno, que lo de Planeta es un naufragio más”.
En su opinión, no hay más salida a la crisis catalana que “detener a delincuentes como el señor Puigdemont, encarcelarlos, suspender la autonomía hasta que se considere oportuno y luego convocar unas elecciones para recuperar el autogobierno en Cataluña”.
Quien también comparte el sentimiento de pérdida es Fernando Sánchez Dragó. “Es como si una flota pierde un acorazado. Es un golpe cultural tremendo para Barcelona. Se va el capitán general”, subraya. Él, como Savater, también ganó el prestigioso galardón que por aquel entonces era de 50 millones de pesetas (alrededor de 600.000 euros). Fue en 1992 por La prueba del laberinto.
Asimismo, el madrileño Sánchez Dragó recuerda que Planeta es uno de los principales grupos editoriales del mundo, con una presencia especialmente destacada en España, Francia, Portugal y América Latina y que “la historia de la literatura en España no se entiende sin el Grupo Planeta”.
En esta línea, el editor independiente Harrys Salswach tiene claro que “es mucho más que un traslado”, puesto que como señala, Planeta “es un monstruo editorial y cultural”. En conversación con ALnavío, sostiene que “no es una tontería lo que está sucediendo”, por ser Barcelona “la sede cultural que sirve de puente entre la Europa no hispanohablante y América”.
Quien también habla alto y claro es el periódico La Vanguardia. El rotativo sostiene que el cambio de sede “constituye una muy mala noticia” porque a partir de ahora “las decisiones del primer conglomerado editorial de Hispanoamérica se tomarán en Madrid”. Espera que la medida no afecte en el futuro a la ubicación de sus editoriales más significativas y de sus trabajadores, pero, no obstante reconoce que “desde el punto de vista simbólico el mensaje resulta contundente”. Y es que como argumenta, “el mundo del libro es estratégico para Barcelon. Su liderazgo es el único de una industria cultural que conserva Cataluña, ya que nuestras posiciones en el mundo del arte, la música, el teatro o el cine distan de ser equiparables”.
Sánchez Dragó: “La historia de la literatura en España no se entiende sin Planeta”
Ya lo advirtió el anterior presidente de Planeta, José Manuel Lara Bosch, quien en 2012 anunció que si en Cataluña se declaraba la independencia, el grupo abandonaría la región.
En 2015, ya fallecido el editor, su hijo José Manuel y el actual presidente, José Creuheras, manifestaron la “voluntad inequívoca” de respetar sus deseos.
Por eso, mueve su sede la editorial catalana que catapultó y galardonó a escritores catalanes como Ana María Matute, Juan Marsé y Manuel Vázquez Montalbán. La misma que lanzó al estrellato a escritores latinoamericanos desconocidos hasta el momento, como admitió Gabriel García Márquez. Según el colombiano, el premio Biblioteca Breve que Mario Vargas Llosa ganó en 1962 por La ciudad y los perros, y que le concedió la editorial Seix Barral -perteneciente a Planeta-, “abrió la puerta a la escritura latinoamericana en Europa”.
De las 65 galas del Premio Planeta que se han celebrado hasta ahora, ocho han sido conquistadas por plumas procedentes del otro lado del Atlántico. El primer latinoamericano en ganarlo fue el argentino Marcos Aguinis en 1970. Y el último, el mexicano Jorge Zepeda Patterson hace tres años. Por su parte, los novelistas catalanes atesoran 14 galardones. Entre ellos, José María Gironella, Terenci Moix, Maruja Torres, Rosa Regàs y Eduardo Mendoza, este último en 2010.
“Dejarían a Barcelona prácticamente desnuda”
Salswach recuerda que también Penguin Random House, el segundo grupo editorial en lengua castellana en España y en el mundo, y con sede en Barcelona, comunicó este martes que evalúa trasladar su sede social si hay “cambios” en el estatus legal de Cataluña. “Si estos dos, que son los grupos más importantes de Hispanoamérica, trasladan su sede a Madrid, dejarían a Barcelona prácticamente desnuda”.
Algo que tampoco descarta Sánchez Dragó, quien prevé que otras editoriales sigan los pasos de Planeta. A su juicio, España “es un país que siempre se está suicidando y a lo largo de la historia se montan estas carnavaladas que acabamos de ver en Barcelona, que es verdaderamente ridícula”. Dice Sánchez Dragó que Carles Puigdemont “ha conseguido que el pueblo español, que estaba adormilado, espabile, vuelva a sacar las banderas y vuelva a reconocerse a sí mismo”. Por ello, remata: “Le ha salido un culatazo formidable”.
No obstante, trata de restar hierro al asunto. E incluso bromea: “Para mí en cierto modo resulta cómodo que la editorial se venga a Madrid porque la tengo más a mano. Al fin y al cabo, casi todos mis libros están publicados con Planeta. Así que desde un punto de vista egoísta podría alegrarme, pero duele que se vaya de Barcelona”.
A cuatro días de fallar el Premio Planeta
Para remate, el cambio de sede llega apenas cuatro días antes de que se celebre en Barcelona la LXVI edición del galardón. Dice la editorial que la declaración de independencia de Puigdemont, suspendida unos segundos después, no afectará la concesión del premio. “Estamos trabajando con normalidad”, dijo un portavoz, según recoge la agencia EFE.
El Premio Planeta se entrega cada 15 de octubre, festividad de Santa Teresa, onomástica de la esposa del fundador, María Teresa Bosch, en una cena que congrega cerca de un millar de personalidades del ámbito cultural, político, económico y social. En esta ocasión, ha habido récord de participación con más de 600 candidatos. Los 10 finalistas son: El astrónomo de Heinrich Von Kügel (seudónimo); Es que tengo hambre, de María Eugenia Mayobre Jahn; La nueva vida de Penélope, de Bella Linardi (seudónimo); Primera parte, de Antolín Sánchez Lancho, y Mujeres rotas, de Voli estas povi (seudónimo). También han quedado finalistas La isla de las musas, de Ricardo Pedreira Ulloa (seudónimo); El infierno bajo la piel, de Jesús Miguel Martínez; La montaña artificial, de Victoria Goodman (seudónimo); A la sombra de una mentira, de M. Palma Medina, y Una fea encantadora, de Eva Florencia Benavidez.