María Rodríguez (ALN).- La popularidad del presidente de Brasil Michel Temer sigue por los suelos. 58,6% de los ciudadanos califica al Gobierno de pésimo y 19,7% de malo, según una encuesta de la firma MDA. Cuando Temer asumió el poder en agosto de 2016 los detractores apenas sumaban 30%.
Michel Temer se despide en octubre de la Presidencia de Brasil con la popularidad por los suelos. 58,6% de los brasileños califica al Gobierno de pésimo y 19,7% de malo. Son datos de una encuesta realizada por la firma MDA y encargada por la Confederación Nacional del Transporte.
Comparado con el sondeo de mayo, crece el número de encuestados que tiene una valoración negativa de Temer. Si hace tres meses era 71,2% ahora es 78,3%. Este porcentaje incluye tanto a los que piensan que el trabajo del actual Ejecutivo es pésimo como los que lo califican de malo.
Apenas 0,4% de los encuestados evalúa el gobierno de Temer como óptimo. 2,4% lo define como bueno y 17,7% como regular.
Pero aún hay más. A la pregunta de si aprueba el desempeño personal del mandatario, 89,6% de los ciudadanos dice que no. En mayo este porcentaje era de 82,5%.
Apenas 0,4% de los brasileños evalúa el gobierno de Temer como óptimo. 2,4% lo define como bueno
Temer asumió la Presidencia de Brasil en agosto de 2016 tras el impeachment a Dilma Rousseff por corrupción. En ese momento, los brasileños con una opinión negativa del mandatario representaban en torno a 30% de la población, según la encuesta de MDA. El sentimiento de descontento con el Ejecutivo de Temer aumentó rápidamente. En septiembre de 2017 ya era de 76%.
Un sondeo de abril de Ibope para la Confederación Nacional de Industrias cifró en 5% el apoyo de los brasileños a Temer.
La crisis de reputación del presidente también tiene que ver con la corrupción. Eso sí, de momento, ha conseguido librarse de dos procesos de destitución.
En mayo de 2017 se divulgó la grabación de una conversación entre Temer y el empresario del gigante de la alimentación JBS, Joesley Batista, donde el presidente avaló la entrega de un soborno al exdiputado encarcelado Eduardo Cunha para comprar su silencio. Y otro, porque, según la Fiscalía, su partido, el Movimiento Democrático Brasileño, se convirtió en un cártel que recibió sobornos por 190 millones de dólares.
A dos meses de las elecciones
Las elecciones presidenciales de octubre (a dos vueltas) decidirán el futuro mandatario de Brasil. La campaña arrancó el pasado jueves con 13 candidatos, entre ellos el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, actualmente en la cárcel por corrupción.
Pese a que se prevé que el Tribunal Superior Electoral (TSE) impida finalmente a Lula postularse al cargo de presidente, los sondeos sobre intención de voto le incluyen y le alzan como claro favorito, con 37,3% de los apoyos. Pero no sólo eso, la masa que apoya al expresidente es la más fiel de todas. 82,3% de quienes pretenden votar a Lula consideran su decisión definitiva, según la encuesta de MDA.
No es el caso del candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, ubicado en segunda posición en las encuestas si participa Lula (entre 15,1% y 18% de intención de voto según los sondeos de MDA e Ibope) y primero (20% de apoyos) si el exmandatario es excluido de los comicios. Mientras 70,7% de los partidarios de Bolsonaro aseguran que no cambiarán el voto, 29,3% contestan que sí podrían hacerlo, frente a 17,7% de los seguidores de Lula (Leer más: Así están las encuestas en Brasil con y sin Lula da Silva).