Daniel Gómez (ALN).- El grupo abandona las pérdidas de 2016 y cierra los nueve primeros meses de 2017 con beneficios de 153 millones de euros. Una mejora propiciada gracias al paraguas del magnate Carlos Slim. Junto al Grupo Carso consiguió las obras del Nuevo Aeropuerto de Ciudad de México, y un crédito del Grupo Inbursa permitió que FCC siguiera operando en Panamá.
De reportar pérdidas de 179 millones de euros en el tercer trimestre de 2016, a sumar ganancias de 153 millones de euros en el mismo periodo de 2017. Así marcha Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) de la mano del magnate mexicano Carlos Slim. El hombre más rico de América Latina adquirió el 60% de los títulos en julio del año pasado, se convirtió en máximo accionista e hizo válido el apelativo por el que es conocido: Rey Midas.
Dicen que al igual que el personaje griego, todo lo que toca el mexicano se convierte en oro. En España hizo gala de esta particular habilidad. Ya al frente del consejo de administración de FCC, compañía al borde de la quiebra, compuso una hoja de ruta con la poderosa familia Koplowitz que tenía tres aristas: eficiencia, rentabilidad y América Latina.
Los dos primeros puntos eran cosa de los consejeros en España. Del último se encargaba Slim. El magnate prometió hacer válida su influencia en Latinoamérica para lograr contratos. Y lo consiguió en casa, en México. FCC, de la mano de un consorcio liderado por el Grupo Carso de Slim ganó en enero la licitación de las obras del nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, un megaproyecto tasado en 3.900 millones de euros que tendrá capacidad para mover 69 millones de personas al año.
Del éxito de esa obra depende buena parte del futuro de FCC. Hoy América Latina sólo significa 6% de los ingresos por área geográfica, un porcentaje que quieren aumentar de manera progresiva con la consecución de futuros contratos. Y para ello se tendrá en cuenta el papel jugado en la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México.
Slim al rescate
Según cálculos del diario El Condifencial, Slim lleva invertidos unos 2.800 millones de euros en FCC: 2.000 millones de euros en una primera operación para salvar al grupo de la banca acreedora, y un crédito adicional de 780 millones de dólares (664 millones de euros) para no perder un proyecto en Panamá.
FCC lleva a cabo las obras de la Línea 2 del Metro de Panamá. El proyecto entró en punto muerto una vez salió a la luz el escándalo de corrupción de la multinacional Odebrecht, máxima accionista del consorcio. Las corruptelas del grupo brasileño espantaron a los inversores y a la banca. No veían liquidez en las operaciones de la constructora española.
Para que no se diluyera el proyecto, Slim, a través del Grupo Financiero Ibursa, concedió dos líneas de crédito a FCC. Una primera más pequeña en febrero de 2017 y una más suculenta el pasado agosto.
Que FCC se mantenga solvente en Panamá también era necesario para mantener los planes del grupo. Se está licitando la construcción de la Línea 3 del Metro panameño y el grupo español figura entre los candidatos para la adjudicación. Un resultado negativo en la obra anterior le restaría muchos puntos para conseguir esta obra, tasada en unos 2.200 millones de euros.
Se reduce la deuda
Las cuentas de FCC siguen evolucionando de forma positiva. El informe que presentó este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores muestra cómo al 30 de septiembre, la deuda financiera bruta se reduce ligeramente hasta 4.950,5 millones de euros, mientras que el gasto financiero cae -23,9% hasta 156,8 millones de euros en los nueve primeros meses del año.
El Grupo Financiero Ibursa de Slim concedió dos líneas de crédito a FCC por 664 millones de euros
Los ingresos disminuyen casi tres puntos con respecto al tercer trimestre de 2016 “debido a la desconsolidación del negocio del área de Cemento en Estados Unidos a partir de noviembre de 2016 y en menor medida al impacto de la depreciación de ciertas monedas respecto al euro”. Ajustados por ambos efectos, los ingresos consolidados registraron un aumento de 2,3%, respecto al mismo periodo de 2016.
Aplicando esta misma operación, el resultado bruto de explotación (Ebitda) puede tener dos lecturas. Una caída de 2,6% sin ajustar los efectos anteriormente comentados a nivel de ingresos. Y ajustados, un incremento de 2% del Ebitda.
En el informe de FCC no hay ninguna mención a la situación de Cataluña. Aún con sede en Barcelona, ésta es una de las pocas empresas al margen de la fuga que ha provocado la incertidumbre política causada por el reto independentista.
Otro hecho reseñable que pertenece al periodo es la apertura del Wanda Metropolitano. La nueva casa del Atlético de Madrid fue construida por FCC, es un estadio que ocupa una superficie total de 88.150 metros cuadrados y tiene una capacidad para albergar a más de 68.000 aficionados.