Daniel Gómez (ALN).- Al magnate Carlos Slim no le preocupa que el PIB de México no crezca. Está satisfecho con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Elogia su política económica porque, dice, sentó las bases de las finanzas públicas, generó confianza entre los inversores y redujo la inflación.
El Banco Central de México recortó la previsión de crecimiento del país en 2019. Dice que incluso podría entrar en terreno negativo a finales de año por “la menor actividad automotriz”. Con todo, el PIB pasaría de crecer entre 0,2% y 0,7% a moverse en una horquilla de -0,2% y 0,2%.
El primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador está lleno de malas noticias en lo económico. Asumió la Presidencia prometiendo un crecimiento anual de 4%. No lo conseguirá en 2019, ni tampoco en 2020. El Banco Central apunta que para el año próximo el PIB se incrementará entre 0,8% y 1,8%, lo cual es menor a la previsión anterior, que apuntaba que México crecería hasta 2,5%.
Pese a todo, Carlos Slim, el hombre más rico del país, no está preocupado.
“Ya sabíamos que no iba a haber crecimiento. Pero sentaron las bases con unas finanzas públicas y mucha disciplina por parte del sector público. No subió la deuda. No hay déficits fiscales. La inflación bajó. Están sentadas las bases y eso creó una gran confianza para la inversión financiera que es la que está disponible”, declaró este miércoles en el Congreso de Ingenieros Civiles de México.
Slim sostuvo que México no puede estar a la expectativa de si el país crece por encima de 1% o no. “Lo que tenemos que hacer para romper esta inercia es tener mucha inversión para impulsar el desarrollo”.
Entonces el magnate señala a las infraestructuras: “En lugar de crecimiento económico, que requiere infraestructura, ahora la infraestructura será el detonador del crecimiento económico”.
No son casuales estas declaraciones. Este martes Carlos Slim, Carlos Salazar Lomelín, dirigente del Consejo Coordinador Empresarial, y otros empresarios mexicanos, estuvieron con López Obrador para apoyar el Plan Nacional de Infraestructura. Un programa que contempla 42.000 millones de dólares de inversión en los próximo cinco años para un total de 147 proyectos.
“Ya sabíamos que no iba a haber crecimiento. Pero sentaron las bases con unas finanzas públicas y mucha disciplina por parte del sector público. No subió la deuda. No hay déficits fiscales. La inflación bajó. Están sentadas las bases y eso creó una gran confianza para la inversión financiera que es la que está disponible”, declaró este miércoles en el Congreso de Ingenieros Civiles de México.
López Obrador cuenta con el apoyo del principal empresario del país. Esto al principio no era así ya que el presidente, desde que fue electo, canceló el gran proyecto de Slim: el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México. A Slim no le sentó bien y salió a reprochárselo. Pero con el tiempo su relación ha ido asentándose.
Los principales banqueros de México también apoyan a López Obrador. Coincide que estos son españoles. El presidente de BBVA, Carlos Torres Villa, le visitó en junio y prometió inversiones por 3.300 millones de dólares durante su gobierno.
Ana Botín, presidenta del otro gran banco de México, Santander, se reunió con López Obrador este lunes. Afirmó que era “el momento de invertir en México”. También dijo que la entidad tiene una cartera de 5.000 millones para apoyar las inversiones en infraestructura.
Por otro lado está el Grupo Financiero Banorte. Estos son más críticos con la gestión de López Obrador. Delia Paredes, economista principal de la entidad (la tercera más importante de México), estuvo la semana pasada en Madrid y presentó un futuro bastante poco optimista para su país. Aseguró que la economía no crecería más de 1% en el futuro.