(EFE).- Al menos tres empleados han confirmado a la BBC que hubo durante la pandemia numerosas fiestas «caóticas y multitudinarias» en Downing Street donde no se respetó la normativa contra la covid y por las que a menudo se pasaba el primer ministro, Boris Johnson, quien, en su opinión, de esta manera daba su aprobación implícita.
Estas revelaciones se conocen después de que el canal ITV difundiera ayer nuevas fotografías en las que Johnson aparece brindando en el acto de despedida el 13 de noviembre de 2020 de su director de Comunicación Lee Cain, a la que el político de 57 años negó haber asistido en una intervención ante el Parlamento.
La actitud laxa de Johnson, que quería «caer bien» al personal -según las fuentes-, se desvela la víspera de que la funcionaria Sue Gray publique un informe interno sobre el escándalo de los festejos, donde se espera que incluya más datos que los ya investigados por la Policía.
Scotland Yard multó al líder conservador -así como a su esposa, Carrie, y al ministro de Economía, Rishi Sunak- por participar en una fiesta sorpresa por su cumpleaños el 19 de junio de 2020, pero en cambio no lo hizo por su presencia en el acto del 13 de noviembre y en otros, lo que ha generado dudas sobre la pesquisa policial, que se saldó con 126 sanciones.
Los informantes de la BBC afirman que algunos empleados de la sede gubernamental que han sido multados están incómodos con las tergiversaciones de Johnson y sostienen que sobre todo los jóvenes en ese momento no sintieron estar rompiendo las reglas, puesto que el propio jefe del Gobierno y otros altos funcionarios estaban implicados.
La actitud de Boris Johnson
Una fuente explica que daban por hecho que Johnson aprobaba que hubiera actos sociales porque «él mismo estaba allí».
«Quizás pasaba por allí de camino a su apartamento», pero «no decía ‘esto no debería estar sucediendo», declara a la BBC.
«No decía ‘iros a casa’ o ‘mantened la distancia social’ o ‘poneos las mascarilla’. No decía eso. Agarraba un vaso y se ponía una copa», cuenta.
Estos empleados de Downing Street -donde se ubican la residencia y despacho del primer ministro- explican que la oficina de prensa organizaba cada semana la «Hora del vino del viernes» (a las 16 horas) y también había eventos otros días.
Burlas a vigilantes
Aglomeraciones, gente hombro con hombro, música, baile y escombros al día siguiente eran escenas habituales, detallan estas fuentes, que aseguran que había personas que incluso se quedaban a dormir allí.
Una informante dice a la BBC que presenció al menos en dos ocasiones burlas a los vigilantes cuando trataron de poner fin a las juergas.
Las fuentes, que ahora consideran que lo que sucedió «es imperdonable», aseguran que ya entonces había empleados que cuestionaban la actitud oficial -en especial la del ayudante de Johnson y principal promotor de las reuniones, Martin Reynolds, dimitido el pasado 3 de febrero-, pero argumentan que les era «muy difícil» expresar su disconformidad.
Mantienen que Downing Street durante la pandemia era «como una burbuja», donde las normas contra la covid, como la distancia social o la mascarilla, no se aplicaban.