(EFE).- El expresidente de la empresa estatal Petróleos de Venezuela S.A. Humberto Calderón Berti critica el «desmantelamiento» de la compañía por parte del chavismo y pide un «adelanto electoral» con la participación del partido del Gobierno y de la oposición.
Calderón, quien presidió la compañía entre 1983 y 1984 y actuó en 2019 como embajador del presidente interino Juan Guaidó en Colombia, dice en una entrevista telefónica con EFE que Venezuela está «en una situación sumamente compleja».
Calderón participa este martes en Madrid, donde reside actualmente, en una charla sobre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que presidió entre 1979 y 1980, y sobre la que acaba de publicar el libro «La OPEP por dentro. Los años dorados».
«Es necesario que Venezuela adelante el proceso de restablecimiento de la democracia y del Estado de derecho, para eso es necesario adelantar el proceso electoral con transparencia y con supervisión internacional que sea confiable para todo el mundo», propone.
«UNA LEY DE AMNISTÍA»
El exministro de Relaciones Exteriores de Venezuela (1992) y de Energía y Minas (1979-1983) asegura que, para que unos comicios puedan darse en estas condiciones, han de llegar «señales de participación tanto del régimen (de Nicolás Maduro) como de la oposición».
«El régimen bien podría, en este proceso de negociación, decretar una ley de amnistía para los presos políticos civiles y militares, a estas alturas de la vida no tiene sentido que haya tantos presos como hay en Venezuela», plantea.
Cuestiones como estas, «tan elementales» a juicio de Calderón, serían también necesarias para que se dé un «proceso democrático» con garantías.
«Eso tiene que ser parte de la negociación, pero tiene que haber señales de parte y parte, del régimen y también de la oposición, de que hay la voluntad de un entendimiento», incide.
«LA OPOSICIÓN HA COMETIDO MUCHOS ERRORES»
El expresidente de la estatal petrolera tiene claro que la oposición venezolana, a la que él también perteneció en el pasado, ha cometido «muchos errores» desde 2019 (cuando Estados Unidos reconoció a Guaidó como presidente interino) y ha «despilfarrado» un «capital político inmenso».
Unos errores que, a su juicio, «la gente ha interiorizado» y es por ello que ofrece «poco respaldo en este momento» a los grupos de la oposición.
«Hay mucho sectarismo generacional, hubo prácticas indebidas como algunos casos de corrupción que no se combatieron a tiempo», lamenta.
Pese a todo, cree que la confianza hacia la oposición es «recuperable», aunque «requiere un gran esfuerzo».
«La oposición tiene que buscar la unidad, pero no ficticia por la cúpula, sino por debajo para resolver los problemas de la gente que no son ir a la luna o a Marte, sino tener agua, electricidad, seguridad, hospitales y escuelas que funcionen, no es imposible de lograr, pero se requiere generar un ambiente propicio», asegura.
Asimismo, cree «muy importante» hacer «saber a la gente seguidora del régimen» que un posible cambio de Gobierno «no significa que vaya a haber persecución» hacia ellos.
«Pueden tener garantías, si se sienten amenazas van a obstaculizar los cambios políticos que necesitamos», prevé.
«CARACAS NO ES TODA VENEZUELA»
Calderón reconoce que hay una parte de Caracas que ha mejorado en los últimos meses, pero recuerda que la capital del país «no es Venezuela».
«Caracas no es Venezuela, hay una burbuja, en el resto del país hay mucha precariedad», insiste antes de recordar que el Estado «debe atender la seguridad y defender la vida de la gente» proporcionando «servicios públicos, agua o electricidad».
Según opina, «el régimen dice que las cosas mejoran, pero no es cierto porque la gente sigue saliendo».
«Hay que generar condiciones propicias de democracia y de seguridad para que el sector privado invierta, la tarea por delante es inmensa y eso requiere que haya concertación», entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, reclama.
En esa línea, asegura que la llegada al poder en Colombia del presidente Gustavo Petro «puede ayudar muchísimo» a que ambas partes logren acercar posturas.
«Este ya no es solo un problema venezolano, hay siete millones de venezolanos esparcidos por el mundo, sobre todo en países andinos que tienen sus propias carencias», apunta.
Según recuerda, «solo en Colombia hay dos millones de venezolanos», una situación migratoria que «tiene colapsado el sistema de trabajo, de salud y de educación».
«Esto no se arregla ni con muros ni con políticas migratorias de cada país, hay que atacar el problema en su raíz, que es la situación en Venezuela», remacha.