Elizabeth Fuentes (ALN).- A los 82 años de su muerte, la polémica sobre el país de nacimiento del “Zorzal Criollo” sigue abierta. Dos nuevas instituciones lo recuerdan, una en Argentina y otra en Uruguay, pero solo contribuyen a acrecentar la incógnita. Ambas inauguraciones coinciden también con el 100º aniversario de ‘La Cumparsita’, uno de sus tangos emblemáticos.
Para los uruguayos, Carlos Gardel nació en Uruguay, en Tacuarembó para más señas, una provincia donde se encuentra el Museo Carlos Gardel y donde, aseguran sus paredes, “se testimonia el nacimiento del famosísimo cantante de tangos un 11 de diciembre de 1887 en este pequeño terruño uruguayo”.
Nacimiento digno de un tango porque, según aseguran algunos investigadores, Gardel nació en Tacuarembó de la relación ilegítima de su padre, el coronel Carlos Escayola (para entonces jefe de policía de Tacuarembó), con su cuñada María Lelia, una chica menor de edad. Para evadir la vergüenza, la joven embarazada fue llevada a la finca Santa Blanca y allí dio a luz a un varón, que fue entregado recién nacido a una criada de origen francés, Berta Gardés, quien le otorgó el apellido y lo bautizó “Carlos”, como su papá. Luego de algunos años, Berta emigró hacia Argentina.
La versión uruguaya del nacimiento de Carlos Gardel daría pie a un buen tango
Otra cosa dicen en el Museo Carlos Gardel de Buenos Aires, reinaugurado hace muy poco, y donde aseguran que Carlos Gardel nació en Toulouse, Francia, en 1890. Y para confirmarlo, en este museo exhiben la copia de su partida de nacimiento, el retrato de sus padres (aunque reconocen que ella fue madre soltera) y, por supuesto, ofrecen la posibilidad de escuchar su obra completa -893 canciones- y ver las últimas imágenes suyas en vida, un material audiovisual inédito.
“Gardel compró esta casa para su madre, Berta Gardès, en el esplendor de su carrera. Es la misma casa a la que ella volvió desde Francia, donde se encontraba de viaje, tras enterarse de la trágica muerte de su hijo -en 1935-, y donde permaneció hasta el momento de su muerte”, dijo a la prensa Guillermo Alonso, director de Patrimonio, Museos y Casco Histórico de la ciudad de Buenos Aires el día de la reapertura del museo, el 14 de junio de 2017.
Carlos Gardel es mío
Pero solo 10 días después, Uruguay anunció a su vez la reinauguración de otro Museo Gardel, en Montevideo, ubicado en Villa Yeruá, la casa de quien fuera su gran amigo, el entrenador de caballos Francisco Maschio. En ese sitio Gardel pasó sus vacaciones en las décadas de los 20 y 30 y convivió con su amigo, el famoso jockey Irineo Leguisamo, a quien le compuso el tango ‘Leguisamo solo’.
El tango y las carreras de caballos siempre identificarán al Zorzal Criollo
Tan importantes fueron las carreras de caballos en la vida de Gardel -basta recordar otro de sus famosos tangos, ‘Por una cabeza’-, que en la reinauguración se develó una estatua de Gardel de cuerpo entero al lado de Leguisamo -la tercera de Gardel que existe en la ciudad- y el museo ha dedicado varias de sus salas a las carreras de caballos, espacios donde se muestran diferentes trofeos, la casaquilla del último torneo que ganó Leguisamo en Uruguay y la casquilla del caballo Invasor, considerado como ‘el mejor caballo de competición del mundo’ cuando obtuvo la Triple Corona en Uruguay y luego ganó en Dubai y Estados Unidos.
Esta casa fue expropiada en 1960 y contiene intacto el patio de baldosas donde se tomó una de las más famosas fotos de Gardel en la Villa Yeruá, en el cumpleaños de Maschio el 4 de enero de 1933. En Uruguay también se levanta el Museo del Tango La Cumparsita, en Montevideo, donde alguna vez existió la mítica confitería La Giralda, donde sonó por primera vez el tango ‘La Cumparsita’, conocido como el ‘himno de los tangos’ y compuesto por el uruguayo Gerardo Matos Rodríguez en 1917, hace 100 años ya.
Considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (2009), el tango sigue vivo. Como Carlos Gardel y el viejo chiste según el cual “cada día canta mejor”…