Daniel Gómez (ALN).- Josep Borrell, alto representante de la Política Exterior de la Unión Europea, le quiere decir a Washington que en Bruselas tiene un aliado fuerte. Interesado en encontrar soluciones compartidas. Y esto apunta a Venezuela.
El servicio de Acción Exterior confirma que la crisis de Venezuela será uno de los temas presentes en la reunión que Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, mantendrá con el secretario de Estado, Mike Pompeo, y con el asesor de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, este jueves en la Casa Blanca.
Borrell acaba de aterrizar en la capital de Washington y justo en este momento se está produciendo la reunión de Juan Guaidó con Pompeo. No está en agenda que el presidente encargado de Venezuela coincida con Borrell, pero cabe la posibilidad de que este encuentro se produzca. Fuentes cercanas a Guaidó no lo descartan.
Aun así, Guaidó tiene motivos para ser optimista con la agenda de Borrell en Washington.
Dice el servicio de Acción Exterior que el alto representante “reafirmará el compromiso de la Unión Europea con una asociación transatlántica efectiva capaz de buscar soluciones conjuntas, promover intereses compartidos y fortalecer el orden internacional basado en normas”. Con esto quiere decir que Borrell está dispuesto a ejecutar acciones junto a EEUU en asuntos clave, como ahora mismo lo es Venezuela.
Otro elemento importante para Guaidó es que el alto representante “presentará una Europa geopolítica dispuesta a estar presente en la escena mundial en estrecha colaboración con los Estados Unidos”. Una de las críticas en la acción de Bruselas hacia Venezuela es la falta de coordinación con los poderes en América.
La visita de Borrell se produce en un momento en el que la Casa Blanca está amenazando a las petroleras que hacen negocios con Nicolás Maduro con sanciones “en las próximas semanas”. Una advertencia a la que Maduro ha respondido deteniendo en Caracas a seis ejecutivos de Citgo que estaban bajo arresto domiciliario. Citgo es la filial de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en Estados Unidos, y esos ejecutivos eran para Maduro una especie de moneda de cambio con la Casa Blanca si esta decidía restablecer relaciones con Caracas, lo cual de momento está descartado en Washington.