Daniel Gómez (ALN).- El presidente del organismo brasileño de promoción turística, Vinicius Lummertz, considera que el país suramericano debe modificar su entorno empresarial para crecer. Confía en el turismo como motor económico. Este sector, según datos del Gobierno, podría facturar 17.400 millones de euros en 2022. Brasil empieza a dejar atrás la peor recesión de su historia y mira al futuro con un propósito: ser la cuarta economía del planeta. En la actualidad, ocupa el séptimo lugar y confía en el impulso del turismo para emprender esta escalada. En marzo, el Gobierno anunció un paquete de medidas para 2022 con el que pretende facturar 17.400 millones de euros (19.000 millones de dólares). Unas previsiones “viables” según dijo al diario ALnavío Vinicius Lummertz, presidente del organismo estatal de promoción, Embratur.
Las soluciones estrella del Ministerio de Turismo de Brasil son la aplicación de una visa electrónica para Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón, liberar el espacio aéreo del país y modificar la gestión de Embratur. “Se busca colocar a Brasil como un país de altas pretensiones económicas”, declaró Lummertz en una entrevista realizada cuando el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, visitó Brasil.
La expansión natural del capital español pasa por Brasil”, según Lummertz
– ¿Cómo valora el viaje oficial de Mariano Rajoy a Brasil?
– La visita del presidente es muy importante para acelerar las relaciones entre España y Brasil. De hecho, se produce en un momento clave en el que la Unión Europea y Mercosur concretan una agenda de aproximación. Sobre el papel de España, hay que destacar que es el tercer inversor internacional de Brasil, y Brasil representa una oportunidad importante de expansión para los grandes grupos españoles. Con la llegada de Rajoy se busca abrir canales de inversión que también facilitarán la entrada a pequeñas y medianas empresas. La expansión natural del capital español pasa por Brasil.
– La visita se produce en un momento en el que Brasil trata de abrirse al mundo.
– El país emprende un conjunto de reformas a fin de mejorar el ambiente de negocios. Esta transformación es estructural y adaptativa. Tenemos que modernizarnos y acelerar el crecimiento económico. Brasil tiene un enorme potencial de mejora, pero necesita capitales y know how. En lo que respecta al turismo, nos viene muy bien la experiencia de España. Está el Grupo Meliá con sus hoteles, Arteris (filial brasileña de Abertis), que ayuda a mejorar nuestra infraestructura de viajes. Luego hay otros campos: los puertos turísticos, las áreas de gestión, de administración, lugares de crecimiento donde Brasil podría aprovechar ese conocimiento. Si lo conseguimos, esto se traducirá en una mejora en los mercados locales, regionales e internacionales.
– Usted preside Embratur, una institución que el Ministerio de Turismo pretende modernizar. ¿Es este el camino a seguir?
Brasil demostró en la Copa del Mundo y en las Olimpiadas que es un país seguro, dijo Lummertz / Foto: FIFA
– La industria, el comercio y las exportaciones requieren una estructura más flexible y moderna. Esto ayudará a promocionar las inversiones brasileñas. También tenemos que mejorar la estructura con el fin de estar más próximos a los mercados y así competir a nivel internacional. Por eso precisamos de esta transformación de Embratur. Las dimensiones continentales de Brasil requieren un esfuerzo hercúleo en materia de divulgación, promoción y comercialización. Con la modificación, no solo de Embratur, sino del resto de las instituciones del país, se busca colocar a Brasil como un país de altas pretensiones económicas. Somos la séptima economía del mundo cuando nuestra posición natural es el cuarto o quinto lugar.
– El paquete de medidas del Gobierno tiene como objetivo recaudar 19.000 millones de dólares (17.409 millones de euros) en 2022. Hoy facturan 6.000 millones de dólares (5.500 millones de euros). ¿Es una cifra realista?
– Será viable si se aplican las reformas planteadas. Estas garantizan una mejora de dos millones por año hasta llegar a esos 19.000 millones. Pero claro, lo primero es reforzar la presencia en congresos y eventos, promocionar nuestros valores y permitir a las empresas brasileñas ser más competitivas. También tenemos que mejorar la conectividad aérea y modernizar nuestros aeropuertos. Para esto último, es una buena idea, tal como plantea el ministerio, traspasar el modelo de gestión al sector privado. Además, queremos abrirnos a nuevos destinos como China e India. Si juntamos todo esto a un Embratur moderno, es posible cumplir con la previsión.
Nosotros tenemos problemas burocráticos y políticos que estamos combatiendo por vías democráticas”
– ¿El turismo puede ser un motor económico tan potente?
– El ejemplo es Estados Unidos. El presidente Barack Obama apostó por el turismo para salir de la crisis en 2012. Sus reformas mejoraron el sector servicio y también el entorno urbano. En Europa está el caso de España y Portugal, salieron de la crisis transformando el turismo, un turismo que comprende sectores más allá del ocio: de negocios, estudiantil… Al final, el sector es un backstage económico brutal y una fuerza muy relevante para crear un mundo mejor. En un mundo con movimientos retrógrados y nacionalistas, el turismo ayuda a compensar. Es más difícil declarar una guerra a un país que se visita y que tiene un gran comercio.
– ¿Cree que será suficiente para Brasil el paquete de medidas propuesto por el ministerio?
– Brasil tiene otras necesidades históricas. Tenemos muchos impuestos y tasas que son un impedimento para la fluidez económica. Lo bueno es que no tenemos conflictos en las fronteras, ni problemas raciales, ni de religión. Nosotros tenemos problemas burocráticos y políticos que estamos combatiendo por vías democráticas.
– ¿Y qué pasa con la seguridad ciudadana?
– Tenemos que mejorar en seguridad, lo admitimos, pero sobre todo debemos mejorar en percepción. Brasil celebró una Copa del Mundo de fútbol en 2014 y unos Juegos Olímpicos en 2016. Dos grandes eventos donde no hubo mayores incidentes. Hay que borrar esa pauta consagrada que tienen de nosotros en el extranjero.