(EFE).- No duden de Brasil, la pentacampeona ya está aquí. La derrota ante Camerún solo sirvió para espolear a un grupo unido en torno a Tite, un bloque que saltó y vibró con cada gol asestado a la pobre Corea del Sur, maltratada en Qatar ante la mejor exhibición de fútbol, aunque solo durara una parte, que se ha visto en estos octavos de final (4-1).
Con la vocecita en la nuca: «Perdisteis ante Camerún», los brasileños se rebelaron, destrozaron a Corea del Sur con los goles de Vinícius, Neymar, Richarlison y Lucas Paquetá y mandan un mensaje: «queremos la sexta estrella».
Los de Tite, que acabó bailando al son de su equipo, despejó todas las dudas de la derrota ante Camerún en apenas media parte.
En el vestuario de Brasil tenían claro que la derrota contra los africanos era una simple llamada de atención, una forma de quitarse la presión de la primera derrota sin que esta tuviera consecuencias nefastas como en los tres últimos Mundiales. Y respondieron con el fútbol más bonito y vistoso que se ha apreciado en el torneo desde el 7-0 de España a Costa Rica.
Croacia ganó en penales a Japón
El meta Dominik Livakovic dirigió a Croacia a los cuartos de final de Qatar 2022, decisivo en el lanzamiento de penaltis, y frustró el encuentro con la historia de Japón, de nuevo estancada en los octavos de un Mundial.
Luka Modric y compañía se ampararon en la inspiración del portero del Dinamo Zagreb para seguir en el torneo. Livakovic detuvo tres lanzamientos a los nipones. Entre ellos los dos primeros, ejecutados por Takumi Minamino y Kaoru Mitoma, que marcaron el devenir de la serie.
Los penaltis, esos que tanta gloria han dado a Croacia en los grandes torneos, alimentaron su heroica leyenda al propiciarle el acceso también en Qatar 2022 a los cuartos de final donde tendrá como rival a Brasil.
Desde los once metros fue la única manera en la que el subcampeón del mundo obligó a doblar la rodilla a Japón, que se marcha del Mundial con una buena imagen, una hoja de servicios llena de méritos pero sin poder hacer historia. Sigue sin superar la barrera de los octavos de final, su techo en un evento como este.