Daniel Gómez (ALN).- El ultraderechista Jair Bolsonaro se perfila como el futuro presidente de Brasil. Desde el adiós de Lula da Silva y su posterior caída en desgracia, el país está huérfano de liderazgo. Liderazgo interno. En América Latina. Y en su papel de interlocutor con EEUU para cuestiones clave como ahora lo es Venezuela. ¿Será Bolsonaro capaz de llenar este vacío? Anna Ayuso, investigadora senior del Centro de Información y Documentación Internacional de Barcelona, no se atreve a dar un pronóstico. Pero cree que lo que marcará la diferencia será su capacidad de sumar apoyos. De negociar. Eso lo hacía muy bien Lula.
Sólo un giro dramático de los acontecimientos impedirá que el ultraderechista Jair Bolsonaro, candidato del Partido Social Liberal, se proclame presidente de Brasil este domingo. Es el favorito en todas las encuestas. La última, elaborada por Datafolha, le da 59% de apoyo, frente al 41% que acumula Fernando Haddad, representante del Partido de los Trabajadores (PT). El partido del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a 12 años de cárcel por corrupción.
Hoy Brasil, la economía más grande de América Latina, es una sombra de lo que un día fue. La corrupción carcome sus instituciones, su posición internacional se ha visto debilitada, y, además, acusa la falta de un líder. Sus últimos dos presidentes, Dilma Rousseff y Michel Temer, nunca lo fueron. No así Lula. Cuando gobernó era el hombre más querido por los brasileños, y aún hoy, entre rejas, y cercado por la corrupción, la gente le hubiera elegido presidente si hubiera podido presentarse. Pero no fue así.
Entonces apareció Bolsonaro. Un exmilitar con 30 años en la política y una hemeroteca plagada de comentarios que lo califican como racista, misógino, homófobo y defensor de la dictadura. Pese a todo, supo venderse como una cara nueva. Como un salvador que rescatará a Brasil de la corrupción y de la inseguridad. Pero ¿podrá ser un líder?, ¿podrá llenar el vacío de liderazgo que dejó Lula?
Estas cuestiones las responde a ALnavío la investigadora senior para América Latina del Centro de Información y Documentación Internacional de Barcelona (Cidob), Anna Ayuso.
– ¿Habrá sorpresa en las elecciones de Brasil?
– No creo. Según las encuestas, los que están todavía indecisos son apenas 10%. Eso no alcanza ni siquiera para recuperar la ventaja que le saca Bolsonaro a Haddad. Creo que el resultado puede ser más ajustado que en la primera elección, pero es muy difícil que se dé la vuelta. De hecho, si Bolsonaro pierde, lo que habrá es una impugnación de las elecciones. Si de repente no gana, clamará por fraude. Hoy todos los sondeos le dan ganador.
– ¿Es Bolsonaro el líder que necesita Brasil?
– Hasta ahora, Bolsonaro era un desconocido que estaba en un partido más bien marginal. Aglutinando en su proyecto muchas fuerzas afines, ha conseguido ser un líder. Por eso se puede decir que tiene liderazgo, pero un liderazgo débil. No es como Lula, que también contaba con el apoyo de los movimientos sociales y de los sindicatos. Además, creo que es una persona que cuando llegue al poder será difícil que lo suelte. Pienso que los grupos que le han llevado al poder le apoyarán inicialmente, y luego habrá que ver su carácter negociador. Eso distinguió a Lula de su sucesora Dilma Rousseff. Él supo negociar y ella no.
– ¿Y es el líder que necesita Latinoamérica?
– Brasil es un país importante en la región. Una región que está muy dividida. Sobre todo ahora que Suramérica se ha girado a la derecha. Luego, un tipo como Bolsonaro no será bien recibido por la mayoría de los gobernantes de América Latina. En este sentido, el liderazgo de Brasil sí se verá debilitado.
– Pues ya Sebastián Piñera, presidente de Chile, dio su bendición al plan económico de Bolsonaro.
– En este caso hay que decir que Chile no es el país más integrado de la región. Hay que fijarse en Mauricio Macri [presidente de Argentina], por ejemplo. Cuando trate con él no creo que este se sienta muy entusiasmado con el discurso de Bolsonaro. Tampoco Ecuador. Con Colombia, en cambio, sí creo que se entenderá. Pero el punto determinante es que la región está muy fragmentada, y Bolsonaro, si quiere ser un buen líder, tiene que saber sumar. Ser dialogante. Y de momento muy dialogante no parece ser.
– ¿Será un buen interlocutor con Donald Trump?
– Justo con Donald Trump sí que se va a llevar bien. Para Trump es una buena noticia tener a alguien como Bolsonaro en Brasil.
– El presidente de EEUU ya sopesa la acción militar en Venezuela. ¿Trump puede encontrar en Bolsonaro un aliado?
– Brasil tiene una tradición de no intervención. No sé hasta qué punto podrá revertir eso, pero no hay que descartarlo. Entendiendo que Colombia y Brasil se sumarán a la línea de Trump y sí: se verá una situación más complicada para el Gobierno de Venezuela.
– ¿Pero hasta el punto de protagonizar una intervención militar?
– Teniendo a Colombia y Brasil de parte de Trump puede ser. Pero no lo veo factible. No es que no lo pretendan, o no lo quisiera. Lo veo complicado por cómo está estructurado. De facto Venezuela es un régimen militar. El ejército forma parte del Gobierno. Una acción armada sería muy complicada a no ser que logren poner de su parte a los militares venezolanos. Lo cual también parece difícil porque el Gobierno los ha purgado a casi todos.
– ¿Qué ha hecho bien Bolsonaro para ser el favorito de los brasileños?
– Su discurso es muy simplista. Apela al orden y a acabar con la corrupción. Y corrupción y seguridad son los temas que más preocupan a la población brasileña. El caso Lava Jato ha afectado a todos los partidos políticos. Bolsonaro, muy oportunista, ha conseguido generar rechazo a los demás candidatos, aunque no haya aportado nada apetecible. De hecho, muchos de los que le votan lo hacen porque no les contenta ninguna otra opción. No por convicción en Bolsonaro. Opción un poco peligrosa.
– ¿Y qué ha hecho mal el partido de Lula?
– El PT intentó jugar la carta de Lula. Y fue un error. Lula estaba en prisión, por lo que no era posible su candidatura, y luego, con tan poco tiempo, tener que fabricar un candidato como Haddad no era factible. Además, el PT tampoco logró conseguir una alianza de izquierdas más amplia. Que hubiera más autocrítica por su parte e implicara a otros actores de la izquierda. Creo que pensaron más en términos de partido que en términos de país. De hecho, mirando las encuestas, el único candidato que no podía derrotar a Jair Bolsonaro en segunda vuelta era Haddad.
– Si Bolsonaro gana, ¿agotará los cuatro años de gobierno, o habrá otro impeachment?
– Su futuro dependerá de su capacidad de adaptarse y de negociar. Un impeachment es muy difícil de hacer si no hay una razón muy clara. A Rousseff la echaron acusándole de un delito fiscal, y por los pelos. Como es un sistema presidencialista es muy difícil algo así. Sólo si pasa algo grave, como un intento de golpe de Estado por parte de Bolsonaro o algún escándalo de corrupción en torno a su persona, no terminará su mandato.