Daniel Gómez (ALN).- El futuro presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dice que Petrobras “es una empresa estratégica”, y como tal, sólo puede privatizarse “en parte”. En este sentido, el plan del Gobierno es seguir gestionando desde el Estado el núcleo de la empresa, la parte de producción y extracción, y privatizar las filiales de distribución y refino.
“Alguna parte puede ser privada, pero no toda”. Eso dice a un grupo de periodistas el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, sobre la privatización de Petrobras. Esta opción tomó fuerza en la tarde del lunes cuando el mandatario nombró a Roberto Castello como futuro gerente de la petrolera.
Castello es una apuesta personal de Paulo Guedes, el superministro que gestionará el área económica del Gobierno que tomará posesión el 1 de enero de 2019. “Tiene carta blanca para hacer cualquier nombramiento”, reiteró Bolsonaro este lunes.
El vicepresidente electo: “El núcleo duro de Petrobras, que es la extracción, que es donde está la inteligencia, el conocimiento, eso no va a ser privatizado”
Guedes y Castello se formaron en la Universidad de Chicago, que es uno de los centros ideológicos del liberalismo. Son unos Chicago Boys, como se hacen llamar en el ambiente económico los seguidores de Milton Friedman y Arnold Harberger. En este sentido, el futuro ministro se ha mostrado favorable a privatizar Petrobras, pero no todos avalan una medida tan radical, informa la agencia Reuters.
Los menos ortodoxos consideran a Petrobras una parte estratégica del Estado. Y hacia esa opción se inclinó Bolsonaro. “Es una empresa estratégica”, dijo. “Podemos conversar, pero entiendo que es una empresa estratégica que puede ser privatizada sólo en parte”.
Ese sólo en parte hace referencia a las filiales de distribución y refino de petróleo. Lo esencial, que es la parte de producción y exploración (conocida en los balances como upstream), seguirá siendo público. Al final, es lo que más dinero aporta a la empresa.
“Lo que hemos dicho es que el núcleo duro de Petrobras, que es la extracción, que es donde está la inteligencia, el conocimiento, eso no va a ser privatizado. Podemos negociar la venta de áreas como distribución, refino… Eso es algo que puede ser negociado”, detalló también este lunes el futuro vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao.
El gigante Petrobras despierta
Bolsonaro, Mourao y el equipo económico liderado por Guedes viajarán este martes a Brasilia. Esperan encontrarse con Castello y planificar el futuro de la petrolera. También tomarán en cuenta la opinión de Ivan Monteiro, que es el actual gerente de Petrobras.
En este momento, la compañía se encuentra en una etapa de recuperación. Tras cuatro años de pérdidas, provocados por la recesión económica, los escándalos relacionados con la operación Lava Jato, y las consecuentes compensaciones a los accionistas, la petrolera volvió a ganar dinero.
Hasta septiembre de 2018, la compañía se anotó un beneficio de 6.341 millones de dólares, lo que supone un incremento de 371% respecto al mismo trimestre de 2017.
De cara al futuro, el gran reto de Bolsonaro será rebajar la deuda pública. Es cercana al 80% del producto interior bruto brasileño. Por eso gustó tanto el nombramiento de un Chicago Boy al frente del área económica. La privatización de empresas públicas es una medida efectiva para reducir el pasivo del Estado. Pero Petrobras es demasiado poderosa como para desprenderse de ellas.
En sus tiempos de gloria, la estatal brasileña se puso a la altura de gigantes como ExxonMobil y Shell. En 2010, se ratificó como la principal petrolera de América Latina, superando a otros dos monstruos estatales como la venezolana PDVSA y la mexicana Pemex.