Redacción (ALN).- A principios del mes de enero hubo un acontecimiento que estremeció al estado Yaracuy. Y es que 11 personas murieron por ingerir una bebida artesanal llamada «muerte lenta».
Según las investigaciones realizadas por las autoridades, el licor artesanal contenía restos de gasolina además de metanol, una sustancia tóxica para el consumo humano, de acuerdo con el medio Yaracuy al Día.
El análisis hecho a la bebida en el laboratorio de la destilaría, ubicada en Chivacoa, arrojó que tenía 24.5 grados de etanol y 40.000 partes por millón de metanol. Este último componente suele ser usado para aumentar el nivel alcohólico de los licores clandestinos, pero que puede provocar ceguera, lesiones hepáticas y, en última instancia, la muerte.
El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) en Caracas está llevando a cabo la investigación.
Autopsias realizadas a las víctimas determinaron que el licor artesanal les causó daños en diferentes órganos: esófago (esofagitis eritematosa), estómago (pangastritis eritematosa), hígado (hepatitis reactiva), colapso pulmonar y daño del sistema nervioso central.
El licor adulterado fue consumido durante una fiesta de fin de año que se realizó en una casa del sector Pueblo Nuevo, ubicado en el municipio Bruzual del estado Yaracuy.
El primero de enero varias personas que estuvieron presentes en el festejo comenzaron a presentar dolor de cabeza y malestar general.
Tres días después se conoció que al menos seis personas murieron por este motivo, mientras que para el 8 de enero la cifra de muertes había ascendido a 11.