David Placer (ALN).- BBVA llegó a ganar en Venezuela más de 350 millones de euros en 2013, el año que Maduro ascendió a la Presidencia, un resultado extraordinario en medio de la crisis que comenzaba. Seis años después, su negocio en el país es completamente residual: 0,1 billones de euros. La entidad redondea al alza su verdadero valor para que el negocio no quede tan deslucido en sus tablas de resultados.
BBVA ha recurrido al maquillaje y al redondeo contable para mostrar el valor de su filial en Venezuela. El segundo mayor banco de España publicó este miércoles el valor de sus negocios en el exterior, por países. Y en el caso venezolano aplicó una curiosa táctica de redondeo, al alza, para evitar que la cifra quedase arruinada por las centésimas, por los ceros y las comas que delatan la escasa relevancia de sus números en el país.
BBVA publicó el valor de sus filiales en el extranjero en billones de euros. Así, el banco muestra, en la cabeza de la tabla, a México, con un valor de 10,4 billones de euros, seguido de sus principales filiales: Estados Unidos (7,6 billones), Turquía (4,6), Colombia (1,3), Perú (1,0), Argentina (0,9) y Chile(0,3). En el último lugar de la tabla figura Venezuela con 0,1 billones. Eso quiere decir que el valor del banco en el país es de 100 millones de euros. Pero no es el caso. La cifra está inflada.
BBVA sufrió, como el país, una vertiginosa caída de beneficios: de 369 millones de euros en 2015 a las pérdidas de 2018 y 2019
BBVA había valorado su filial venezolana en 76 millones de euros a principios de año y, tras las consultas formuladas por ALnavío, reconoce que la valoración real se mantiene igual. Es decir, el verdadero valor de la entidad venezolana no es 0,1 billones de euros sino 0,076 billones.
Pero el banco no ha querido reflejar esa cifra tan irrisoria que deslucía su resultado global. Desde BBVA aseguran que se trata de “una aproximación”. Y el redondeo supone 24 millones de más.
De la ganancia millonaria a las pérdidas
En enero de 2011, Hugo Chávez llamaba por teléfono a Pedro Rodríguez, presidente de BBVA Banco Provincial en Venezuela, para reclamarle que un grupo de simpatizantes chavistas, sin recursos y presentes en su programa de televisión, no recibían los créditos que estaban solicitando para sus viviendas.
El máximo ejecutivo respondía por teléfono, en vivo y en directo, a Chávez en su programa de televisión Aló Presidente. Pero la voz de Rodríguez no era escuchada en televisión. Entonces el banquero pidió que sus respuestas también se emitiesen en el programa. Fue el momento en que Chávez lanzó su famosa amenaza: “Tenga mucho cuidado con lo que me contesta porque yo puedo expropiarle el banco ahora mismo”.
Las amenazas de Chávez nunca se cumplieron. El gobierno compró el Banco de Venezuela, por el que pagó unos mil millones de euros, pero se olvidó de aquella entidad que Chávez había amenazado con la expropiación.
Dos años después, en 2013, BBVA ganó 369 millones de euros. Era el año en que Nicolás Maduro alcanzó el poder en Venezuela. Ya con Chávez fallecido, el crecimiento del resultado de la entidad en Venezuela era destacado en las cuentas, aunque ya daba algunas señales de alarma que vaticinaban una caída inminente en el país. Y los análisis no se equivocaron.
Pero lo que nunca sospecharon ni en el Banco Provincial ni en la sede central en Madrid es que esa crisis que apenas se avizoraba en 2013 terminaría prácticamente por aniquilar el negocio en el país.
En el segundo año de Maduro en el poder en Venezuela, en 2014, la cifra de beneficios se desplomó hasta los 162 millones de euros. Y la debacle llegó en 2015, cuando toda la operación en Venezuela cayó en números rojos con cuatro millones en pérdidas.
Desde ese momento, Venezuela, que era un orgullo para el banco que destacaba la modernización de la red de oficinas, cajeros y los programas de formación al personal, dejó de aparecer en los resultados como país.
Al principio, las cifras de rentabilidad de la región o el dinero ganado por intereses o comisiones, siempre tenían un asterisco con una nota al pie de página: “Excepto Venezuela”.
El país se había convertido en una rémora que se debía desterrar de los resultados oficiales. Posteriormente, Venezuela dejó de aparecer como un país independiente. Los resultados manchaban la hoja del banco español y entonces creó una nueva categoría de países, “Otros”, en la que se encuentran Bolivia, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
El banquero Pedro Rodríguez, que sobrevivió a la amenaza iracunda de la expropiación, sobrevivió, junto con el banco, a la Presidencia de Chávez. Pero hace dos años se jubiló y abandonó Venezuela.
BBVA nunca fue expropiado. “El banco no está en venta, presidente”, dijo Rodríguez por teléfono a Hugo Chávez. BBVA reitera, año tras año, que tiene un compromiso a largo plazo con el país. Mientras sufre las pérdidas venezolanas, mantiene las cuantiosas ganancias que extrae de dos países aliados del régimen de Maduro: México (1.287 millones de euros en el primer semestre del año) y Turquía (282 millones en el mismo período).