(EFE).- Barbados se encamina este lunes a convertirse en una república y desvincularse de la Corona británica, un momento histórico que ha recibido apoyo regional pero que es visto con apatía por parte de la población, poco incluida en el proceso.
La ceremonia de declaración de la República y de juramento de Sandra Mason como presidenta de Barbados comenzará a las 23.00 hora local de hoy (3.00 GMT del martes) y terminará mañana con la Ceremonia de Honores Nacionales en la capital, Bridgetown.
A partir de mañana, la jefatura de Estado dejará de recaer en la reina Isabel II de Inglaterra, poniendo fin a la asociación con la Corona británica de la isla, una antigua colonia de cerca de 280.000 habitantes que se independizó en 1966.
La ministra de Ciencia, Innovación y Tecnología, Kay McConney, explicó recientemente que la presidenta tendrá una función similar a su actual como gobernadora general pero, con la diferencia de que «asumirá el papel de jefa de Estado de Barbados de buena fe y no actuando en nombre de Su Majestad la Reina».
El hito de esta transición pueda verse, sin embargo, parcialmente socavado por la incapacidad del Gobierno de concienciar a las masas sobre la importancia de la medida, en opinión del respetado académico e historiador de Barbados, Pedro Welch.
SIN LA VOZ DEL PUEBLO
«El significado histórico ya está establecido. Es un hecho consumado. Sucederá y quedará registrado en los libros de historia, pero faltará la voz del pueblo», dijo a Efe Welch.
Muchos comparan en Barbados la indiferencia de la población hacia este proceso con el muy distinto ambiente de celebración que existía durante la independencia en 1966.
«Estamos avanzando hacia una república, pero hay mucha apatía, la gente de hecho no está interesada. Algunos sienten aprensión y no porque haya algo malo en ser una república, sino porque la gente ignora lo que significa», lamentó Welch.
El antiguo profesor de la Universidad de las Indias Occidentales declaró que se debería haber explicado todo de una forma más clara para «hacer que las masas confíen plenamente» en esta transición.
Esta apatía se ve influida también por la pandemia de la covid-19 y su impacto en la economía de la isla, muy dependiente del turismo.
«Las mentes de la gente simplemente no están en la cuestión de una república sino en los problemas del día a día. ¿Qué vamos a comer mañana? ¿Cómo vamos a ganarnos la vida si perdemos nuestros trabajos? Esos son los temas que ocupan la mente de la gente», subrayó Welch.
PRESENCIA DEL PRÍNCIPE CARLOS
En la ceremonia de esta noche y mañana está prevista la asistencia de dignatarios internacionales, entre los que destaca el príncipe Carlos, heredero del trono británico y futuro líder de la Commonwealth.
Barbados tiene la intención de seguir siendo parte de la Commonwealth y no es la primera antigua colonia británica en el Caribe en convertirse en república: Guyana ya lo hizo en 1970; Trinidad y Tobago, en 1976; y Dominica, en 1978.
Además del príncipe Carlos, el secretario de Gabinete, Hughland Allman, dijo a Efe que han sido invitados otros dignatarios en base a varias solicitudes recibidas de la comunidad regional e internacional.
Todos los jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (Caricom), integrada por quince países, han confirmado su asistencia, según Allman.
Los preparativos para la ceremonia y la transición están terminados, y ahora las autoridades intentan garantizar a los ciudadanos que la identidad de la isla no se verá afectada.
MISMA IDENTIDAD
«El 30 de noviembre todavía se conocerá como el Día de la Independencia. Y Barbados seguirá siendo conocido como Barbados, no la República de Barbados», dijo la ministra de Ciencia, Innovación y Tecnología.
La responsable también indicó en declaraciones a los periodistas que los colores nacionales seguirán siendo el azul aguamarina, el dorado y el negro.
El Gobierno de Mia Mottley busca con este cambio de monarquía constitucional a república «completar un viaje» que comenzó cuando la isla obtuvo la independencia, tras más de tres siglos como colonia británica, según McConnney.
«Esta finalización del viaje nos lleva a convertirnos en un Estado con una barbadense como nuestra jefa de Estado (…) Parte de la Commonwealth pero sin la necesidad de que el monarca británico nos dirija«, aseveró.
Consciente del desinterés popular hacia el proceso, la ministra animó a todos los habitantes de Barbados a ponerse para la ocasión sus colores nacionales «y celebrar el espíritu de esta época histórica y de este gran paso como país».