Daniel Gómez (ALN).- La entidad acaba de anunciar una fusión con Interacciones. Cuando se concrete, se convertirá en el segundo banco de México, sólo superado por BBVA. Para consolidar esta posición, el presidente Hank González presenta una estrategia más de fondo basada en lo digital. Lo están consiguiendo gracias a aplicaciones como PePer, una plataforma que permite hacer transacciones entre amigos de WhatsApp y Facebook, y que bancos como Santander, interesado en el mercado mexicano, aún no tienen en la cartera de productos.
Banco Mercantil del Norte, más conocido como Banorte, quiere consolidarse como el segundo banco de México. Y lo será en el momento en que se haga efectiva la fusión con el Grupo Financiero de Inversiones anunciada el pasado viernes. Mientras se concreta, el banco sigue ganando músculo y la apuesta pasa por despuntar en lo digital.
La última iniciativa del equipo de innovación de Banorte es PePer, una aplicación móvil para enviar y recibir dinero sin tener que conocer los datos bancarios del receptor, que se puso en marcha esta semana.
El usuario, que no tiene por qué ser cliente de Banorte, puede invitar a los amigos de Facebook y WhatsApp al chat de PePer para realizar las transacciones. Al momento de ejecutar un pago, la aplicación notificará que hay dinero pendiente de cobro. Luego el importe podrá depositarse en la cuenta bancaria registrada por el segundo usuario, o se generará una referencia para retirar efectivo en cajeros de la entidad.
PePer está disponible para móviles Apple y Android, y podrá emitir, por usuario, 370 dólares (316 euros) al día y 840 dólares (720 euros) al mes.
Aunque la herramienta no es nueva -la filial mexicana de BBVA, Bancomer, ya se había adelantado con BBVA Send– Banorte sabe que su nicho está en el mercado joven, y las oportunidades en el sector digital.
PePer podrá emitir, por usuario, 370 dólares al día y 840 dólares al mes
Es la manera de afianzarse en un terreno dominado de arriba abajo por Bancomer y con jugadores que están apostando fuerte. La marca mexicana de BBVA es líder absoluto del mercado y controla el 23% de la cuota. A nueve puntos de diferencia está Banamex (controlado por Citigroup), que hasta que se concrete la fusión sigue siendo el segundo banco de México.
La tercera posición es para la filial mexicana del Grupo Santander (13%). El banco que preside Ana Patricia Botín destinará 735 millones de dólares para modificar la red de sucursales y dar un paso más en digitalización. Aquí aparecen los problemas de Banorte.
Con la futura fusión, Banorte se hará con el segundo lugar (15%). Sin embargo, tienen que seguir avanzando en lo digital para que el gigante Santander no barra lo conseguido cuando el peso de la banca tradicional caiga de forma definitiva.
El papel de Hank González
La transformación digital de Banorte fue dictada por el empresario mexicano Carlos Hank González al momento de ocupar la presidencia. Fue en 2014 cuando Hank González, por entonces con 44 años, se hizo con las riendas de la entidad y apostó por la transformación digital.
Poco a poco el grupo ha ido desarrollando este tipo de plataformas y hoy puede presumir de tener una estructura en red a la altura de otras grandes multinacionales financieras. También de poseer alianzas con fintechs como PayPal y animar pymes a que incluyan sus negocios en el comercio online. En estos momentos, en México las plataformas digitales de Banorte superan a las de Santander.
La apuesta por lo digital es la base del plan de Hank González, que quiere hacer más potente a Banorte. Para acelerar este proceso, también impulsó la fusión con Interacciones, banco que él mismo presidió con tan sólo 30 años. Durante su gestión impulsó los beneficios en cuatro dígitos.
La receta con Interacciones fue la misma que con Banorte: especialización. El banco se enfocó en la concesión de créditos para proyectos de infraestructura y pago a proveedores al gobierno federal y a las administraciones estatales. En apenas 10 años, los ingresos del grupo crecieron 1.252%; los beneficios, 1.182%; y los activos, más de 2.000%.
En 2014, el empresario abandonó la presidencia y se mudó a Banorte. Entonces se habló de una fusión inminente. No fue así pues se hizo esperar tres años, hasta el pasado viernes. Fue el broche final a una historia que lleva el apellido Hank.
El apellido Hank
Los Hank de México son una familia que desde hace décadas se ha movido en los principales círculos políticos y económicos del país. El abuelo de Carlos era el ya fallecido Carlos Hank González, militante del Partido Revolucionario Institucional, gobernador del estado de México y ministro en las carteras de Turismo y de Agricultura. El padre, Carlos Hank Rhon, un importante empresario, fundador y actual presidente del Grupo Hermes, un conglomerado que reúne empresas en los sectores de energía, alimentación y banca.
De hecho, a la corporación Hermes pertenece Interacciones. El padre intentó una fusión con Banorte a principios del siglo XXI, pero no llegó a concretarse. Sí lo logró Hank Gutiérrez. Cerró el círculo, y al momento que integren el negocio de Interacciones, convertirá a Banorte en el segundo banco del mercado, superando en cuota de mercado a Banamex, entidad que respira bajo el paraguas de Citigroup.