Daniel Gómez (ALN).- Una economía en auge es un imán de oportunidades, de futuros proyectos que necesitarán financiación. Por eso al Santander le interesa que las cosas vayan bien. Por eso la presidenta, Ana Patricia Botín, ni se inmutó cuando le hablaron de incertidumbre por las elecciones presidenciales en México y Brasil, y del proceso independentista catalán en España. Santander es un banco, y quiere seguir dando créditos en sus mercados de referencia.
A los inversores les preocupa el futuro de Banco Santander. En 2017 el grupo alcanzó los 6.619 millones de euros de beneficio gracias al estímulo del negocio en Brasil, y también, a los buenos resultados conseguidos en España y México.
“¿Podrá el banco crecer de forma orgánica?”, preguntó uno de los analistas que siguieron la presentación de resultados este miércoles.
“En Argentina, Portugal, Chile, que son países más pequeños, llevamos tiempo estando a la cabeza. Por tanto, tenemos que conseguir mejores resultados en México, Brasil y España. Si mejoramos la actividad de las operaciones aquí desde luego que podremos crecer de forma orgánica”, respondió Ana Patricia Botín, presidenta del Santander. Y agregó: “Son los países donde cabe crecer”.
Lo son porque México, Brasil y España son economías en alza. Naciones con un ritmo de crecimiento próximo al 2%. No obstante, a todos ellos les marca la incertidumbre.
Tanto México como Brasil tienen elecciones presidenciales este año, y un giro brusco en las políticas de estos gobiernos se puede traducir en un frenazo económico.
Si por algo han destacado estos dos países es por el establecimiento de reformas liberales. Las más llamativas tienen que ver con el sector hidrocarburos y que, tanto en Brasil como en México, están atrayendo el capital de las grandes multinacionales petroleras.
Al final, esto se traduce en oportunidades, inversiones que bancos como Santander estarán encantados de financiar. En parte por esto mismo ni Botín, ni José Antonio Álvarez, consejero delegado del grupo y mano derecha de la presidenta, se mostraron pesimistas con el devenir de estos países.
Optimismo ante la incertidumbre
En lo relativo a México ni siquiera hubo comentarios. Y eso que los comicios del próximo 1 de julio han estado caldeados con el populista Andrés Manuel López Obrador liderando las encuestas.
Por su parte, sobre Brasil, el consejero delegado apuntó que para 2018 “siguen siendo optimistas” ya que “el mercado está en mejores condiciones”. Y añadió: “Es verdad que hay algo de volatilidad por las elecciones, pero en general prevemos crecimiento”.
A diferencia de José Antonio Álvarez, y quizá motivado por una mayor proximidad a la realidad brasileña, Sergio Rial, que es presidente de Santander Brasil, sí expresó su preocupación por los comicios.
Ana Botín reconoció que en México se estaba “infrainvirtiendo”
“¿Qué pasa si dadas las elecciones, claramente vemos un gobernante no reformista, si la reforma de las pensiones no sale adelante, etcétera? El escenario de lo que puede pasar es exactamente de donde estamos saliendo”, dijo al comentar los resultados de la filial, según informó la agencia EFE este miércoles.
No obstante, y en línea con Botín y Álvarez, Rial añadió que en Brasil todavía hay espacio para crecer.
2017 ha sido un buen año para el gigante latinoamericano. El país pasó página tras la recesión y afronta el horizonte con buenas perspectivas. Prueba de esta tendencia es que Santander, un banco fuerte en Brasil, bate récord de ganancias en 2017 con un crecimiento del 34% anual (Leer más: Banco Santander bate récord de resultados en Brasil en 2017).
México, el segundo mercado en América Latina, tuvo también un desempeño notable. Logró beneficios por 710 millones de euros el pasado ejercicio, un incremento del 16% en relación a 2016.
A propósito de esto, Ana Botín reconoció que en México se estaba “infrainvirtiendo”. Un espaldarazo a su apuesta por el país, ya que el año pasado anunció inversiones de 600 millones de euros para modernizar la estructura del banco y sus herramientas digitales.
España se estabiliza
El caso de España también es particular. Con la integración del Banco Popular, por la que perdió 37 millones de euros –así lo reconoció en el informe de cuentas-, Santander se convierte en el banco líder del país. Ahora tiene como objetivo modernizar todas estas estructuras para que no se conviertan en un lastre en su rentabilidad.
España en 2017 aportó al Santander, contabilizando la integración de Popular, un impulso del 15% en sus ganancias globales, de 6.619 millones de euros. Aun así, como ocurre en México y Brasil, hay una cosa que preocupa, y esa es Cataluña. Y al igual que en los dos casos anteriores, la presidenta mantuvo la calma al valorar el proceso independentista.
“Es evidente que ha habido una cierta ralentización en Barcelona y en Cataluña y esto ha impactado algo las cifras de España, pero se está reactivando la actividad”, reseñó Botín.