(EFE).- El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, consideró este lunes que el impacto en la Eurozona de la crisis bancaria causada por el colapso de dos entidades en Estados Unidos será «relativamente suave» gracias a la robustez del sistema bancario europeo.
Hernández de Cos intervino en un evento organizado por la Institución Brookings en Washington, en el que advirtió, en cualquier caso, de que aquellas tensiones suponen un «elemento adicional de incertidumbre» que añadir en las decisiones de política monetaria en Europa.
«En cuanto al futuro de nuestra política monetaria, las tensiones financieras que se produjeron justo antes de nuestra reunión (del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, en marzo) implican un elemento adicional de incertidumbre en el escenario de crecimiento e inflación», explicó.
Con todo, el gobernador del Banco de España confió en que el impacto será «relativamente suave» gracias a la robustez del sistema bancario europeo, pero subrayó la disposición del Banco Central Europeo para proporcionar liquidez a los bancos que la pudieran necesitar ante un hipotético empeoramiento de la situación.
También aseguró que la institución continuará monitorizando la incertidumbre bancaria en el futuro cercano.
El pasado 16 de marzo, el Banco Central Europeo decidió subir medio punto sus tipos de interés, hasta el 3,5 %, porque la inflación de la zona del euro todavía es muy elevada, y anunció que las próximas decisiones dependerán de los datos económicos y financieros.
La inflación general en la zona euro se desaceleró hasta el 8,5 % en febrero, pero la inflación subyacente aumentó hasta el 5,6 %, y, según las previsiones del organismo publicadas ese mismo día, la primera se moderará este año al 5,3 % y la segunda se situará en el 4,6 % de media.
Durante su charla, Hernández de Cos hizo un repaso a las previsiones del banco central, y advirtió de la enorme incertidumbre que rodea a la inflación, debido al aumento de la subyacente frente a la desaceleración de la tasa general.
El pánico por la crisis bancaria en Estados Unidos tuvo impacto en Europa y casi acaba con el banco suizo Credit Suisse, que finalmente tuvo que ser adquirido durante el fin de semana por su competidor UBS tras la crisis de confianza que estaba hundiendo su cotización en el mercado.