(EFE).- Bad Bunny, que llegaba como cabeza de cartel al Festival de Coachella 2023, conquistó uno de los eventos musicales más importantes de Estados Unidos con un concierto de más de dos horas que puso a bailar a varias decenas de miles de seguidores en la ciudad desértica de Indio (California).
«Estamos en el Festival de Coachella, un lugar de inspiración y donde se da respuesta a muchas preguntas. (…) Grandes artistas han pasado por aquí. (…) Espero que sea mi primera vez cerrando una jornada de este festival, pero no la última», introdujo el puertorriqueño, consciente de la importancia de la cita este viernes.
El Empire Polo Club fue testigo del primer día de esta nueva edición a la que asistieron más de 120.000 personas -lleno absoluto- y en la que también actuaron artistas como Gorillaz, Blondie, The Chemical Brothers, Blink-182 o Becky G.
Sin embargo, el gran momento de la tarde-noche fue el show de «El Conejo Malo», que se prodigó con toda una demostración de versatilidad en cuanto a su performance, con tiempo para grandes coreografías, juego de pantallas, uso de láseres, interacción con objetos reales como una moto de agua y hasta fuegos artificiales.
Y es que el creador de «Un verano sin ti» se mostró realmente enfocado en cumplir con las grandes expectativas depositadas en él y lograr otro hito en su carrera: encabezar el Festival de Coachella, en el que ya había participado en 2019.
«Ahora todos quieren ser latinos», expresó en varias ocasiones a lo largo de un concierto en el que volvió a poner de manifiesto cómo su carrera ha contribuido a consagrar la música en español como una de las más escuchadas internacionalmente en la actualidad.
Durante su actuación, el puertorriqueño también honró a quienes abrieron las puertas de los ritmos caribeños en Estados Unidos con un homenaje a sus raíces en el que se mencionó a Héctor Lavoe, Tito Puente y Celia Cruz, así como a reguetoneros pioneros como Daddy Yankee y Tego Calderón, entre otros.
«Está siendo increíble, es una locura ver dónde ha llegado el reguetón», dijo Santos, un joven californiano que asistió al festival, en declaraciones a EFE durante el concierto.
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«El show está demostrando por qué tiene tanto éxito y mira qué colaboraciones trae», añadió Sara, una neoyorquina desplazada hasta Indio este fin de semana, después de que cantantes como Ñengo Flow, Post Malone o Jhay Cortez subieran al escenario con Bad Bunny.
En el público estuvo la modelo Kendall Jenner, disfrutando del concierto de Benito, a quien se les ha relacionado en las últimas semanas.
La representación hispana, además de Bad Bunny, corrió a cargo de la californiana con raíces mexicanas Becky G que, tal como hiciera la colombiana Karol G con ella el año pasado, se presentó en solitario pero invitó al show a otros cantantes latinos como la dominicana Natti Natasha o el mexicano Peso Pluma.
Coachella 2023, que repite distribución el fin de semana que viene, continúa este sábado con un cartel liderado por el grupo de k-pop Blackpink y por la española Rosalía, mientras que el domingo la jornada estará encabezada por el cantautor estadounidense Frank Ocean y la artista islandesa Björk.