Daniel Gómez (ALN).- No es fácil ser opositor en Nicaragua. Como dice la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, los ciudadanos que expresan sus opiniones políticas y que defienden los derechos humanos sufren “constantes, ilegítimas y graves restricciones a sus derechos y libertades”. Es por ello que Bachelet pide reformas al régimen de Daniel Ortega.
Un informe de la alta comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, advierte de una crisis de derechos humanos en Nicaragua. Una crisis “enraizada en la fragilidad de las instituciones y del Estado de derecho que se han erosionado progresivamente a lo largo de los años, mientras las violaciones de derechos humanos perpetradas desde 2018 siguen impunes y el espacio cívico se ha restringido aún más”.
Bachelet se remite a las protestas de abril de 2018, cuando el régimen de Daniel Ortega reprimió hasta la muerte a más de 400 manifestantes que exigían reformas en el país.
Si bien la violencia ha cesado en Nicaragua, no lo ha hecho la represión. Bachelet dijo que quienes defienden los derechos humanos sufren “constantes, ilegítimas y graves restricciones a sus derechos y libertades”. Apuntó que en el último año y medio continuaron “los ataques, el acoso y la persecución” de los cuerpos de seguridad y de elementos progubernamentales contra opositores, políticos, periodistas, defensores de derechos humanos, estudiantes, campesinos, medios de comunicación y todo aquel que discrepe de Ortega.
Un Ortega que prometió reformas para 2021, año electoral, pero que siguen sin producirse. “A pesar del anuncio del gobierno de que incluiría algunas reformas electorales en la agenda legislativa, esto no ha sucedido”, recordó Bachelet.
No obstante, las leyes que ha implementado Ortega han sido para agudizar la represión y complicar el escenario electoral. Ahí están la ley sobre agentes extranjeros, la ley sobre ciberdelitos y la ley para la “defensa de la independencia, la soberanía y la autodeterminación para la paz” que inhabilita a todo aquel que consideren “golpista” para optar a un cargo público.
En el informe, Bachelet apunta que este marco legal genera un “riesgo significativo” de que la aplicación selectiva de estas leyes “conduzca a una mayor represión de las voces disidentes, a causa del debilitamiento del Estado de derecho y el deterioro de la separación de poderes”.
Las 6 recomendaciones de Bachelet
Pero la alta comisionada de Naciones Unidas no se queda en las denuncias e insta al régimen de Ortega a tomar acción. ¿Cómo? Con estas seis acciones concretas:
Respetar las libertades y los derechos de los nicaragüenses. Bachelet pide en el informe “la liberación inmediata de todas las personas privadas arbitrariamente de su libertad en el contexto de la crisis en curso; la protección de las libertades de expresión, asociación y reunión pacífica, y de los defensores de derechos humanos, líderes comunitarios, periodistas y trabajadores de los medios de comunicación; y la plena vigencia de los derechos a interponer recursos y obtener reparación (restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición) para todas las víctimas de violaciones de derechos humanos”.
Reformas electorales. Los comicios generales, marcados para el 7 de noviembre, necesitan “urgentemente reformas efectivas que garanticen elecciones libres, justas y transparentes, a ser identificadas a través de un diálogo inclusivo y constructivo con todos los sectores de la oposición”. Eso dijo Bachelet.
No más represión. Bachelet habla de poner “fin de inmediato a las detenciones arbitrarias, a las restricciones indebidas a la libertad de circulación, a las amenazas y otras formas de intimidación contra las personas que participan en reuniones pacíficas u otras actividades políticas, o que expresan opiniones que difieren de las del gobierno”.
Renovar el marco legal. Bachelet considera que el marco legal impuesto por Ortega para silenciar a la oposición va en contra de las normas internacionales. Por eso pide actualizarlo y armar uno nuevo que, además, se elabore “con diferentes sectores de la sociedad civil y con expertos”.
No dejar a nadie atrás. Esta es una de las consignas que mueven desde la ONU. No dejar a nadie atrás. Por eso Bachelet le pide a Ortega “asegurar la participación efectiva de las personas afectadas, incluyendo a las mujeres, a los pueblos indígenas y afrodescendientes, en la formulación, implementación, seguimiento y evaluación de políticas y programas relacionados con la recuperación del covid-19 y de los huracanes Eta e Iota”.
Reanudar la comunicación con su Oficina. Bachelet quiere discutir la cooperación técnica con el régimen de Daniel Ortega. Para ello, este le tiene que otorgar acceso a su Oficina para entrar en Nicaragua. Pese a todo, la alta comisionada se mostró satisfecha por “algunas señales recientes de apertura” en la colaboración entre el gobierno y las agencias de la ONU en la respuesta a la pandemia del coronavirus y la destrucción que causaron los huracanes Eta e Iota.