David Placer (ALN).- La segunda mayor aerolínea de América Latina necesita canjear los bonos de su deuda que vencen en mayo del próximo año. La nueva directiva quiere ganar tiempo para aplazar las deudas que no puede pagar.
Avianca ha ampliado los plazos para el canje de los bonos de deuda que vencen en mayo de 2020 en una operación anunciada el 16 de agosto pasado y con la que intenta evitar la quiebra. La empresa, que afronta un profundo y urgente proceso de reestructuración para intentar salvarse, ha lanzado un plan para sustituir los bonos con vencimiento en 2020 sin garantías por otros con vencimiento en 2023 con garantías específicas.
La empresa, ahogada por las deudas y los compromisos con bancos y con empresas de alquiler de aviones, quiere posponer los pagos y está proponiendo el cambio a un bono con vencimiento aplazado hasta 2023 con garantías concretas. En caso de impago, los tenedores del bono se apoderarán de la marca Avianca y también de casi 1.000 millones de dólares en aviones. Los bonos de la deuda que vencen en 2020, y que están siendo canjeados, suponen unos 550 millones de dólares.
Avianca ha logrado que más del 51% de los bonistas acepten el canje, pero la cifra es insuficiente para lograr la inyección de dinero adicional que espera del accionista que ha tomado el control de la empresa, Kingsland (propiedad del magnate salvadoreño Roberto Kriete) y de su socio United Airlines. Ambas empresas aportarán 250 millones de dólares si la compañía logra un canje de bonos muy superior al 51% logrado hasta ahora.
Para lograrlo, Avianca ha ampliado hasta el 11 de septiembre la fecha para el canje de bonos con el que intentará evitar la quiebra.
Avianca ha planteado a los tenedores de bonos con un rendimiento de 8,375% y con vencimiento en mayo de 2020 la posibilidad de canjearlos por otros con el 9% de interés y con las garantías adicionales.
Avianca ha reconocido hace pocos días que ha dejado de pagar sus compromisos, principalmente con la banca y con las empresas de alquiler de aviones.
La nueva cúpula directiva de Avianca, presidida por el magnate salvadoreño Roberto Kriete, que nombró en julio pasado al consejero delegado Anko Van Der Werff, aplica un plan de saneamiento después de denunciar la gestión del máximo accionista, Germán Efromovich, por corrupción ante las autoridades de Colombia y Estados Unidos.
Kriete ha expulsado al máximo accionista de la empresa (con el 51,5%), después de que Efromovich incumplió el pago a United Airlines, que también había prestado 450 millones a finales del año pasado.
La nueva cúpula quiere aplazar los pagos mientras gana tiempo para el cierre de rutas, la instalación de más asientos en los aviones y la aplicación de un nuevo plan financiero.
El éxito de la operación no es un asunto menor para Avianca. La compañía necesita con urgencia el canje de bonos para que United Airlines concrete la inyección millonaria para hacer frente a compromisos apremiantes.
Hasta ahora Avianca no ha especificado la cantidad mínima de tenedores de bonos necesarios para garantizar la inyección, pero se supone que se trata de un porcentaje alto que podría rondar el 80%, según los analistas del mercado. Los tenedores de bonos parecen confiados en que Avianca, que ya ha recibido aval de la banca y de los acreedores, concrete la reestructuración y pague a tiempo los nuevos bonos garantizados.
Avianca se hunde, sus magnates van a la guerra y sólo United puede salvarla
“Tal vez algunos fondos buitre no acepten el canje, pero se espera que la mayoría lo haga. Sería igualmente una buena noticia: para Avianca no es lo mismo pagar 80 millones de dólares en mayo de 2020 que 550 millones de dólares”, explica un asesor financiero de tenedores de bonos de Avianca que pidió mantener su nombre en el anonimato.
La empresa también se reserva la posibilidad de extender aún más la fecha límite para el canje para garantizar el éxito de la operación.