(EFE).- El ministro australiano de Inmigración, Alex Hawke, remarcó este martes que sigue considerando «a fondo» si volver a cancelar el visado del tenista serbio Novak Djokovic, después de que el deportista ganara la víspera una batalla legal para poder entrar en el país sin estar vacunado contra la covid-19.
Djokovic logró ayer el permiso de un tribunal australiano para permanecer en Australia tras recurrir la revocación de su visado, aunque el Gobierno australiano sigue teniendo potestad para expulsarlo del país.
En un escueto comunicado de la oficina de Hawke, subrayó que el ministro «está considerando si cancelar el visado de Djokovic» mediante el uso que le concede el artículo 133C(3) de la Ley de Inmigración australiana.
«En línea con el debido proceso, el ministro Hawke considerará a fondo el asunto. Como el problema está en curso, por razones legales es inapropiado hacer más comentarios», apuntó el departamento gubernamental, según recoge el canal público ABC.
El comunicado coincide con la investigación de las autoridades sobre una posible mentira de Djokovic en un documento de entrada a Australia donde aseguró que no había visitado ningún tercer país las dos semanas previas, lo que podría conllevar que su visado fuera cancelado de nuevo.
Una fuente del gobierno federal confirmó hoy al diario The Sydney Morning Herald que se está examinando la declaración de viaje donde el deportista marcó la casilla «no» en la cuestión de si había realizado algún viaje durante los 14 días previos a la llegada al país.
Mentir, una ofensa que se paga con cárcel
El tenista, que según sus documentos médicos aportados estaba infectado con la covid-19 el 16 de diciembre, pasó la Navidad en Belgrado de acuerdo con las fotografías publicadas en las redes sociales, antes de trasladarse a España, desde donde abordó un avión el 4 de enero con tránsito en Dubái y destino final Melbourne.
Las leyes australianas consideran como una «ofensa seria» una declaración falsa y que puede acarrear una pena máxima de hasta doce meses de cárcel.
A su llegada a Australia la noche del pasado miércoles, las autoridades de inmigración retuvieron al tenista de 34 años, anularon su visado y le enviaron a un hotel donde permaneció aislado hasta el lunes, al considerar insuficientes las pruebas aportadas para lograr una exención médica de vacunación.
Los abogados del tenista apelaron la decisión ante un tribunal de Melbourne que dio la razón al deportista serbio, quien ayer ya pudo entrenarse con libertad para preparar el Abierto de Australia, que se disputa entre el 17 y 30 de enero.