Redacción (ALN).- Un estudio asegura que este incremento es “un elemento prometedor” tanto para pequeñas y medianas compañías, como para la industria farmacéutica y el comercio. Los países de la región que más recurren a estos métodos son México, Colombia y Brasil. Las dificultades de las pymes de Latinoamérica para obtener crédito en los bancos las están llevando cada vez más a métodos y fuentes alternativas de financiación. Así lo afirma un estudio de la empresa proveedora de servicios financieros ePayMe, que asegura que esto supone un elemento “prometedor” para las pequeñas y medianas empresas, la industria financiera alternativa y el comercio.
Según una encuesta de la Organización Mundial de Comercio (OMC), recogida por la agencia EFE, para el 41,6% de los negocios latinoamericanos las formas de financiación del comercio eran un gran obstáculo para las exportaciones de sus compañías en 2013.
La OMC apunta que para el 41% de los negocios de América Latina la forma de encontrar cómo financiarse es un gran obstáculo
En 2015, el volumen de financiación a través de la facturación transfronteriza en Latinoamérica ascendió a 1.379 millones de euros (aproximadamente 1.500 millones de dólares), cifra que aún no es muy elevada, pero que supone “casi el doble del volumen que apenas dos años antes”, indica el informe. Según señala, este método permite a las compañías obtener anticipos financieros con la negociación de los créditos que poseen.
Si se compara con la evolución global del volumen de facturación en las exportaciones, la financiación alternativa ha tenido un aumento estable desde 2009, al pasar de 73.617 millones de euros (80.000 millones de dólares) a 257.660 millones de euros (280.000 millones de dólares) en 2015.
En Latinoamérica y el Caribe el avance ha sido generalizado, excepto en Chile, país que ha registrado una drástica bajada del comercio debido a la crisis originada por la caída de los precios de las materias primas. Los países que más recurren a estas fórmulas en Latinoamérica son México, Colombia y Brasil, y “las cosas siguen acelerándose”, agregó el estudio.