Enrique Vélez (ALN).- Cuando el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, daba las explicaciones del porqué estaba siendo detenido el tío de Juan Guaidó, capitán de aviación civil Juan José Márquez, no sabíamos si estábamos viendo un meme. ¿Dónde no dijo la verdad el número 2 del régimen de Maduro? Hay muchas interrogantes en vuelo. Pero aquí van estas precisiones técnicas. Para alguien que es militar y se supone sabe de explosivos.
Cómo era posible que un oficial retirado del Ejército como lo es Diosdado Cabello, con supuestos conocimientos de explosivos, pudiera tratar de hacernos creer que este piloto, con conocimientos fundamentales sobre seguridad aeroportuaria, se atreviera a ingresar al aeropuerto de Lisboa con explosivos. Y luego embarcarse en un avión comercial de la aerolínea TAP Air Portugal, después de haber pasado el control de los escáneres de inspección. Cómo podía hacerlo y traer consigo unos cuantos gramos de un supuesto material denominado C-4 dentro de las pilas de una pequeña linterna, de las que usamos los pilotos para poder realizar el chequeo de vuelo de las aeronaves que volamos.
Sabe Juan José Márquez incluso que en muchos vuelos con destinos internacionales, los pasajeros podrían estar sujetos a nuevas comprobaciones del equipaje de mano y a una inspección detallada del calzado y de todos los dispositivos eléctricos y electrónicos que transporten consigo. Donde está prohibido o restringido el transporte de baterías de litio o ion litio, así como de baterías del tipo húmedas, y del tipo combustible, usadas para accionar dispositivos electrónicos portátiles, tanto en el equipaje de mano como en el equipaje de bodega, pudiendo ser rápidamente detectada cualquier anormalidad en las baterías utilizadas en la linterna.
Y a todo lo anterior se suma que el capitán Juan José Márquez viajaba acompañando a un personaje como Juan Guaidó, quien entró sin ocultar su identidad, arribó por el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía, se presentó ante identificación y extranjería, para luego pasar caminando por la aduana. Sería muy tonto pensar que pudiera traer algo así.
Incluso el mismo Cabello debe saber que este tipo de explosivo sólo puede ser activado utilizando un detonador, el cual no se identifica cuando incluso señalan la posesión de un pendrive con documentos en inglés que supuestamente contenía indicaciones para realizar operaciones en Venezuela.
El régimen de Maduro le hará al tío lo que no puede hacerle a Juan Guaidó
Está expresamente prohibido el transporte de explosivos y otras substancias inflamables o que contengan explosivos, en cualquier línea aérea, por regulaciones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). Menos aún una aerolínea de la trayectoria de TAP se arriesgaría a exponerse a las sanciones, multas y hasta demandas, al permitir la violación de regulaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Pero además de estas advertencias de la línea aérea TAP, el pasajero debió atravesar los escáneres de inspección del aeropuerto internacional de Lisboa para abordar el vuelo TP 173 con destino a Caracas.
Según las normas de IATA, el uso obligatorio de escáneres de seguridad se remonta a 2002, luego de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. Y cada vez se han fabricado y utilizado mecanismos más sofisticados para detectar explosivos.
También actúan los escáneres corporales
De hecho, desde 2009 aumentó notablemente el interés y el uso de los escáneres corporales en los aeropuertos de la Unión Europea (UE), luego del intento de atentado que sufrió el vuelo 253 de la compañía Northwest Airlines que viajaba de Ámsterdam a Detroit, cuando Umar Farouk Abdulmutallab intentó detonar un artefacto explosivo en pleno vuelo. El autor de este intento fallido había conseguido introducir un artefacto explosivo oculto entre su ropa interior, sin que los sistemas de seguridad del aeropuerto hubieran podido detectarlo.
Pero además de estas advertencias de la línea aérea TAP, el pasajero debió atravesar los escáneres de inspección del aeropuerto internacional de Lisboa para abordar el vuelo TP 173 con destino a Caracas.
Este incidente desencadenó que tanto las autoridades europeas como los responsables de la seguridad aeroportuaria decidieran autorizar el uso de los escáneres corporales de seguridad en los aeropuertos de la Unión Europea.
Los escáneres de seguridad o escáneres corporales son equipos capaces de detectar tanto objetos metálicos como no metálicos, incluidos plásticos y explosivos ocultos bajo la ropa de los pasajeros o en su maletín de mano.
Los escáneres corporales agregan otro nivel de seguridad en los puntos de control además de los detectores de metales, sistemas de detección de explosivos y perros detectores de bombas. Por ejemplo, un cuchillo hecho de cerámica podría no disparar un detector de metales y podría no tener un aroma explosivo para que un perro lo detecte.
Entre las amenazas que estos sofisticados escáneres corporales podrían haber detectado, están no sólo la bomba de la ropa interior de Umar Farouk Abdulmutallab en diciembre de 2009, inclusive la bomba de zapatos que Richard Reid intentó detonar en un vuelo internacional a los EEUU en diciembre de 2001, y dos explosivos no metálicos en cartuchos de impresora embarcadas en Yemen en octubre de 2010.
Los escáneres de cuerpo completo que comenzaron a ser utilizados en todos los aeropuertos desde mayo de 2013 se denominan máquinas de “ondas milimétricas”, que hacen rebotar las ondas electromagnéticas del viajero para proporcionar una imagen animada donde se puede encontrar un elemento sospechoso, dejando de usar los escáneres de retrodispersión que producen imágenes casi desnudas de viajeros.
El nivel de seguridad de los aeropuertos internacionales tanto de los EEUU como de la Unión Europea no son los del aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía y menos los de la Rampa 4, la cual es la Rampa Presidencial, desde donde llegan y salen los vuelos de Cubana de Aviación, con todo el personal cubano, e incluso desde donde salen y llegan los jerarcas del régimen y sus familiares sin mayores controles.
Venezuela está exigiendo a las autoridades portuguesas las explicaciones correspondientes y la apertura de una rigurosa investigación en relación con estos hechos, toda vez que ambas situaciones, como dice el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, “sólo han podido desarrollarse con la anuencia de las autoridades policiales de ese país. En función de lo expuesto, Venezuela objeta y considera ligeras y sin fundamento las declaraciones del ministro de Negocios Extranjeros de la República Portuguesa, Augusto Santos Silva, al pretender minimizar tan grave situación y desconocer los riesgos para la seguridad de los pasajeros y para la paz del pueblo venezolano”.
Y obrando oportunamente y ante las declaraciones de las autoridades venezolanas sobre un fallo en la seguridad en un vuelo procedente de Lisboa, el ministro del Interior de Portugal abrió una investigación “para determinar lo ocurrido”, como bien indicó el ministro del gobierno de Portugal en un comunicado.