Redacción (ALN).- La Guardia Costera de Trinidad y Tobago afirmó este lunes que actuó en defensa propia en el incidente que se saldó con la muerte de un bebé venezolano que era trasladado por su madre en una embarcación que intentaba ingresar de manera ilegal a la nación caribeña.
Según un comunicado de la Guardia Costera, citado por el medio local Newsday, la embarcación con migrantes «era más grande» que los dos patrulleros trinitenses, realizó maniobras peligrosas y embistió a los navíos de la isla, por cuanto creyeron que la vida de los oficiales estaba en peligro.
Por ello, y «siguiendo todos los protocolos», la Guardia Costera afirma que intentó disuadir a la embarcación, que transportaba una veintena de migrantes venezolanos, haciendo uso de un megáfono y disparando al aire.
Luego, en un intento por detenerla, los oficiales trinitenses dispararon contra el motor de la embarcación, que eventualmente se detuvo.
«Solo entonces se descubrió que había inmigrantes ilegales a bordo que habían permanecido ocultos y, por lo tanto, no habían sido vistos antes», señaló el ente.
En ese momento, también comprobaron que los disparos habían herido a un bebé venezolano y a su madre, quienes responden a los nombres de Yaelvis Santoyo Sarabia y Darielvis Sarabia, respectivamente.
Tras comprobar el estado del bebé y su madre, la Guardia Costera los trasladó a un centro asistencial, donde se confirmó la muerte del menor.
Con información de Newsday.