Zenaida Amador (ALN).- Aunque nunca se ha dicho de manera formal, todas las decisiones de política económica que se adoptan en Venezuela parecen apuntar hacia la supresión del bolívar. Nicolás Maduro le ha subido el tono a ese empeño por reflotar el petro -la criptomoneda que se inventó- a la par de la evidente destrucción del poder de compra de la moneda local y de lo inútil que resulta el actual cono monetario para asistir las operaciones básicas de la economía. Los venezolanos, según las posibilidades de cada quien, se refugian en el dólar.
Dado que en los primeros días de 2020 el bolívar se ha devaluado en más de 40% y que la expectativa es que haya un recrudecimiento del proceso hiperinflacionario en Venezuela, ya los distintos sectores de la economía han asumido al dólar como la referencia que permite cierta estabilidad en la operatividad normal del mercado e imponen su uso de una u otra manera.
La organización Transportistas Unidos por Venezuela, que agrupa a las principales asociaciones de transportistas del país, está exigiendo en principio elevar la tarifa urbana al equivalente a 20 centavos de dólar, aunque el monto que estima necesario es de 60 centavos de dólar por pasaje. Recientemente Nicolás Maduro decretó un aumento del salario mínimo que lo coloca en el equivalente a 3 dólares mensuales, lo que pone al descubierto los desbalances que experimenta la economía.
En el sector privado las remuneraciones están por encima de ese nivel, pero el salario mínimo sí es un referente para el pago a los trabajadores del sector público y a los pensionados. Firmas como Ecoanalítica estiman que es pequeño el sector de la población atada a un salario mínimo, pues muchos optan por tener varios trabajos o fuentes de ingresos, y a muchos hogares llega algo de las remesas en dólares que envían los venezolanos que están en el exterior. Sólo así se puede resistir en un entorno tan hostil.
El coctel de las monedas
El fracaso de Maduro con la inflación, el petro y la dolarización
“Estamos conviviendo con tres espacios monetarios: un bolívar en combate, duro, nosotros defendiéndolo, moneda nacional que siempre va a existir; unas divisas, dólares, euros, moviéndose por allí en la economía y ayudando en la economía de resistencia a que algunos respiren; y un petro que ha entrado progresivamente de manera profunda y que sirve para complementar, petrolizar la economía dolarizada», dijo Nicolás Maduro en una entrevista divulgada el primero de enero.
Desde hace meses se habla de la dolarización de facto de la economía venezolana, pero en verdad el fenómeno no termina de consolidarse porque el bolívar sigue siendo un elemento clave por el simple hecho de que el gasto público se mueve en bolívares. Las palabras de Maduro lo confirman.
No obstante, dado el desplome en los ingresos de la nación y la imposibilidad de sostener el gasto público, el régimen recurre al financiamiento monetario como válvula para hacer sus erogaciones, con los efectos negativos que esa práctica tiene en materia de inflación.
Las reservas internacionales de la nación se encuentran en 6.630 millones de dólares, unos 800 millones de dólares menos que el reporte de cierre de 2019.
Las reservas internacionales de la nación se encuentran en 6.630 millones de dólares, unos 800 millones de dólares menos que el reporte de cierre de 2019 debido fundamentalmente a las erogaciones que se tuvieron que hacer para compensar la aguda escasez de gasolina que sufre el país, por lo que el régimen de Maduro carece de recursos y de margen para gestionarse.
Por ello decidió reimpulsar el petro, pero el instrumento no genera confianza en los usuarios y sigue siendo un gran acertijo para el mercado. Maduro otorgó en diciembre medio petro a pensionados y empleados públicos, equivalente a 30 dólares, lo que movió a los beneficiarios a cambiar lo recibido por cualquier otro activo tangible.
La compensación en bolívares del equivalente a la masa de petros entregada generó una presión cambiaria importante, razón por la cual las autoridades el 4 de enero paralizaron temporalmente la plataforma a través de la cual se podían hacer tales transacciones.
Se espera que esta semana se reactiven las operaciones, pero ya surgen versiones de que se hará una compensación en petros a los comercios que acepten ese criptoactivo como medio de pago. Es decir, que se intentará limitar la emisión monetaria en bolívares y sus repercusiones sobre la demanda de dólares y los precios en general.
Pero la medida terminará perjudicando a los comercios que trabajaron con la plataforma estatal y aceptaron pagos en petros, por lo que se espera que se cierren los espacios para las operaciones en petros.
En esta confluencia de monedas y factores de inestabilidad, es obvio que los venezolanos seguirán a la caza de compensaciones en dólares para poder sobrevivir a la crisis, con lo cual se agudizará la pérdida de valor del bolívar mientras sigue decayendo su uso.