Daniel Gómez (ALN).- La red social reformará su estructura fiscal y comenzará a tributar en los países donde tiene filiales. Por tanto, las arcas estatales de Argentina, Brasil, España y México recibirán parte de sus multimillonarios ingresos. La medida sienta precedente en el universo financiero y llama hacia un cambio de paradigma, como otras tantas iniciativas que ha puesto en marcha Facebook.
Estaba en lo cierto Chamath Palihapitiya, antiguo ejecutivo de Facebook, cuando el pasado lunes dijo que las redes sociales están “programando mentes”. Y no precisamente para mal, como hizo entender este empresario, quien llegó a definir a este tipo de plataformas como “mierda”.
Facebook, a pesar de contenidos inapropiados, falta de privacidad y demás críticas, ha conseguido cambiar, para bien, algunos valores sociales. En 2016, en las elecciones de California, Facebook propició la participación más alta que se recuerda.
La anécdota es de una de las empresarias más pujantes de Silicon Valley, Chantal Cox. Cuando visitó Madrid en noviembre, explicó en una conferencia que Facebook logró ese éxito en los comicios animando a la gente a votar, a compartir una foto en las urnas, a interactuar con sus amigos en la plataforma.
Y junto a este ejemplo, Cox expuso otros como el de confirmar que un usuario está bien después de un atentado, los recordatorios de cumpleaños, los aniversarios de amistad y también poner una bandera multicolor el día mundial del orgullo gay en señal de apoyo.
Acciones que, en definitiva, han servido a Facebook para “programar mentes”, pero en el buen sentido. “A influir en la sociedad”, como matiza la propia red social.
La revolución financiera de Facebook
Ahora Facebook da un paso más. Este martes sentó precedente en el universo financiero al modificar su estructura fiscal. La empresa asegura que ya no tributará el ingreso de sus filiales en Irlanda, donde la presión fiscal es inexistente, sino que lo hará en cada país donde tenga filiales.
Así lo explicó Dave Wehner, director financiero de Facebook, en un comunicado: “En términos simples, esto significa que los ingresos publicitarios respaldados por nuestros equipos locales ya no serán registrados por nuestra sede internacional en Dublín, sino que serán registrados por nuestra compañía local en ese país”.
Con la noticia, la empresa, con más de 30 oficinas regionales, ha hecho felices a muchos países. Aún Facebook no ha especificado cuánto pagará en cada sitio, pero, por poner una referencia, basta con acudir a las cuentas de 2016.
“Creemos que pasar a una estructura de venta local proporcionará más transparencia a los gobiernos en todo el mundo”
En ese ejercicio, Facebook facturó 27.638 millones de dólares. Por tanto, una pizca de ese monto, por pequeña que sea, ya supone mucho dinero. Muchos millones que irán a parar a las arcas estatales de Argentina, Brasil, España y México, países iberoamericanos donde Facebook tiene oficina regional.
Pese a las susceptibilidades que despiertan los temas fiscales, lo que Facebook hacía en Irlanda era legal. Un mecanismo que otras tantas empresas utilizan para abaratar costos. Sin ir más lejos, otras empresas tecnológicas de Estados Unidos como Apple, que también está afincada en Dublín, y Amazon, cuyo centro neurálgico es Luxemburgo, se han aprovechado de estas armas financieras.
Pero Facebook, que está dispuesto a cambiar el mundo, según ha expresado su creador y presidente Mark Zuckerberg en más de una ocasión, inicia una revolución financiera desde el altavoz que le da su red social, la más importante del mundo.
“Creemos que pasar a una estructura de venta local proporcionará más transparencia a los gobiernos y a los responsables de la formulación de políticas en todo el mundo, los cuales han pedido una mayor visibilidad sobre los ingresos asociados con las ventas con respaldo local”, detalló en el comunicado Wehner.
El proceso de reestructuración fiscal de Facebook culminará a finales de 2018. La idea es que, al año siguiente, en 2019, ya se tribute bajo la nueva estructura.