Daniel Gómez (ALN).- Lo dicen los economistas: hay aciertos en el plan con el que el presidente Nicolás Maduro pretende recuperar la economía de Venezuela. Pero al igual que reseñan los aciertos, también advierten los errores. Y el más grave no tiene que ver con lo económico, sino con la credibilidad. Con la escasa confianza que transmite el hombre que encabezó el colapso venezolano y que defiende el germen de esta crisis: el chavismo. Los indicadores macroeconómicos hablan por sí solos.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, asegura que ya tiene “la fórmula” para lograr “el equilibro revaluador de los salarios y conseguir el equilibrio justo de los precios y los bienes y servicios del país”. Eso dijo el viernes en un anuncio televisado en Facebook.
Las líneas maestras de “la fórmula” tienen que ver con la reconversión monetaria que entrará en vigor este martes: el anclaje de la economía al misterioso petro y el desorbitado aumento del salario mínimo -60%- que pretende iniciar en septiembre.
Muchos analistas reconocen que hay aciertos en “la fórmula”. Como la admisión del dólar negro, la fijación a un solo tipo de cambio y los compromisos del Gobierno para cumplir con los objetivos fiscales y de déficit.
Pero al igual que reseñan los aciertos, también advierten los errores. Y el más grave de todos no es de índole económica. Sino que tiene que ver con una cuestión de confianza. Y es que nadie confía en el hombre de “la fórmula”.
El hombre que, tras un lustro en el gobierno, llevó la economía nacional hacia el colapso, devaluó el bolívar a niveles históricos, elevó el desempleo hacia niveles récord (21% en 2017 según el Banco Mundial) y provocó que 2,3 millones de venezolanos se hayan marchado del país desde 2016 hasta ahora, según cálculos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
Pero es que aquí no termina la cosa. El gobierno de Maduro es incapaz de producir petróleo en la nación con más reservas de hidrocarburos de la historia. De hecho, ha convertido a Petróleos de Venezuela (PDVSA), antaño una de las petroleras más poderosas del mundo, en una corporación ineficiente e irrelevante.
Y no es que el problema sea sólo Maduro. Es un problema de modelo. De la revolución socialista que inició el expresidente Hugo Chávez en 1999. Ese fue el germen de todos los males que atraviesa hoy Venezuela. El declive económico y monetario empezó con su gobierno. Y los indicadores macroeconómicos así lo demuestran.
El periplo de Hugo Chávez (1999-2013)
Economía
El 2 de febrero de 1999, Chávez llegó al poder y no se despegó de él hasta que murió: el 5 de marzo de 2013.
En ese lapso, el Producto Interior Bruto (PIB) creció a ritmo de 2,9% anual. El aumento se explica gracias al boom petrolero de 2004. Ese año el PIB registró una subida de 18%. Los años posteriores, mientras los precios del petróleo continuaban al alza, las tasas de crecimiento rondaron el 10%.
Pese a todo, Chávez no logró superar el buen ritmo de la década anterior. Y es que entre 1990 y 1998, la economía venezolana creció 3,4% anual, según datos del Banco Mundial.
Inflación
Los tiempos jugaron a favor de Chávez. Desde que llegó a la Presidencia, los precios del petróleo no pararon de subir. En 1998, un barril de petróleo costaba 12 dólares. En 2004 ya estaba por 36 dólares. En 2008 se situó en 94 dólares. El máximo histórico llegó en 2012, con 107 dólares.
Los altos precios del crudo, que generaron excedentes de divisas, permitieron cubrir las necesidades de la población con importaciones. Con base en la renta petrolera, Chávez diseñó la política monetaria. Con esta, la inflación bajó 22% en promedio hasta 2013, según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Reservas internacionales del Banco Central
La primera década de Chávez trajo consigo una cifra récord. Las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela (BCV) totalizaron 42.299 millones de dólares, según publicó el propio BCV.
Esto era gracias al excedente petrolero que mantenía a flote la economía nacional. El excedente que pagaba las importaciones de productos para Venezuela. Y el que comenzó a deteriorarse a partir de 2009 hasta alcanzar 28.887 millones de dólares en 2013.
Producción petrolera
Mientras Chávez organizaba la economía alrededor del petróleo, de las reservas de crudo más grandes del mundo, de la Faja Petrolífera del Orinoco, el mandatario tomó las riendas de una PDVSA que producía 3,7 millones de barriles diarios en 1998. Una PDVSA considerada una de las más grandes petroleras a nivel mundial.
Después de que el chavismo se hizo con la empresa, esa PDVSA rebajó la producción hasta 2,6 millones de barriles al día una década después. Y produciendo 2,5 millones diarios la recibió Maduro en 2013.
El colapso de Maduro (2013-2018)
Economía
Con Maduro, Venezuela sufrió un colapso cocinado a fuego lento en el periodo de Chávez. Colapso no es una simple palabra. Es un término económico que define a un país que acumula tres años de recesión.
Desde que Maduro llegó al poder en 2013, la economía siempre ha estado en rojo. El acumulado hasta 2017 totalizó -36,7% del PIB. Para 2018, este dato puede ser incluso peor. La última estimación del FMI habla de una contracción de 15% para este año, por lo que el mandato de Maduro podría traducirse en un colapso de -51,7%.
Si bien los tiempos jugaron a favor de Chávez, a Maduro le vinieron en contra. Los altos precios de las materias primas comenzaron a caer en 2013.
Inflación
Maduro pagó las consecuencias del rentismo petrolero de Chávez. Con la caída del precio del petróleo en 2013, Venezuela no podía cubrir las necesidades de la población. Ahí comenzó la debacle de los precios, la devaluación de la moneda hasta cifras récord en América Latina. Según el FMI, la inflación venezolana en 2018 aumentará 1.000.000%.
Reservas internacionales del Banco Central
En 2013, las reservas internacionales de Venezuela fueron de 21.478 millones de dólares. En junio de 2018, según datos del BCV, estas totalizaron 8.870 millones de dólares. Es el nivel más bajo de las reservas desde junio de 1994. Entonces se ubicaron en 8.861 millones de dólares, según la firma financiera Rendivalores.
Producción petrolera
Al menos en la PDVSA de Chávez hubo directivos que sabían de petróleo. Es el caso de Rafael Ramírez, quien regentó la estatal entre 2004 y 2014, acompañado de ingenieros y geólogos petroleros. Ahora al frente de la estatal está el general Manuel Quevedo, quien, de la mano de militares y jóvenes revolucionarios, ha llevado la producción a mínimos históricos.
Con Quevedo, designado presidente de PDVSA en noviembre de 2017, la producción no ha parado de caer. 1,8 millones de barriles de petróleo al día se generaron el año de su nombramiento. En junio de 2018 admitió que la producción era de 1,3 millones de barriles diarios. Y los expertos señalan que, a finales de este año, apenas alcanzará el millón.
Fuentes citadas por Francisco Monaldi, profesor e investigador del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice en Houston, apuntan incluso que esta se situará en 600.000 barriles diarios de petróleo en 2018. Eso dijeron en un reciente artículo publicado en Prodavinci.
El plan económico de Maduro
Maduro, el hombre que personificó el colapso económico de Venezuela, ahora quiere cambiar las cosas. Y dice que tiene “la fórmula”. Y reconoce, sin decirlo abiertamente, el fracaso de algunas de sus políticas.
Admite incluso el mercado paralelo del dólar, dado que establece como cambio único el dólar en 6.000.000 de bolívares. Un cambio parecido al que circula por webs como Dolar Today, demonizadas y cuestionadas por Maduro.
Este último detalle es, según el economista venezolano Ricardo Hausmann, profesor de la Universidad de Harvard, otra muestra más del fracaso del chavismo en Venezuela. Y lo prueba con datos en un reciente tuit.
“Cuando Chávez llegó al poder, el dólar estaba a 0,547 bolívares fuertes (547 bolívares de los viejos). Cuando Maduro llegó estaba a 26 bolívares fuertes: 48 veces más caro. Ahora Maduro lo devaluó a 6.000.000: 231.000 veces más caro que como lo encontró y 11.000.000 de veces más caro que cuando llegó Chávez”, comenta.
Cuando Chavez llegó al poder, el $ estaba a 0.547 BsF (547 de los viejos). Cuando Maduro llegó estaba a 26 BsF: 48 veces más caro. Ahora Maduro devaluó a 6.000.000, 231.000 veces mas caro que como lo encontró y 11.000.000 de veces más caro q cuando llegó Chávez. https://t.co/YklQGXLok5
— Ricardo Hausmann (@ricardo_hausman) 20 de agosto de 2018
De acuerdo al nuevo paquete económico de Maduro, para tener un dólar hacen falta 60 bolívares soberanos. Con esta moneda -que tiene cinco ceros menos que el bolívar y que comenzará a circular el martes- el presidente pretende detener la inflación.
En este sentido, Maduro afirmó que el tipo de cambio del bolívar soberano se anclará al precio internacional del petróleo. Lo que ocurre es que el vehículo sobre el que se sustenta el anclaje es el petro, la criptomoneda venezolana, de la cual se desconocen transacciones y cuya confianza internacional está en entredicho.
Otro de los compromisos de Maduro es la “total disciplina fiscal”, así como lograr un déficit cero. Aquí entran en juego algunos interrogantes de los que advirtió en Twitter Luis Vicente León, presidente de la consultora financiera Datanálisis.
“Aunque es una propuesta interesante, resulta inverosímil, pues representaría pulverizar una quinta parte del PIB”, apuntó.
El aumento del salario mínimo
Por otro lado, León advierte que el compromiso fiscal de Maduro entra en conflicto con otra de las medidas: subir el salario mínimo 60%. Dicho de otra manera: que cada trabajador cobre, a partir del 1 de septiembre, 1.800 bolívares soberanos. Eso dijo el presidente.
“El aumento del salario mínimo en miles por ciento es realmente el anuncio más contradictorio con su objetivo de disciplina fiscal y lo hace muy difícil de consolidar. Si añadimos que el aumento de la gasolina se ha postergado, no se entiende cómo cerrará la brecha en breve”, explica León.
Ocurre que el incremento del sueldo mínimo costaría al Gobierno 4.000 millones de dólares, según cálculos del economista de la Academia de Ciencias Económicas y Sociales, Leonardo Vera, reseñados por el portal venezolano Efecto Cocuyo.
León: “El aumento del salario mínimo es realmente el anuncio más contradictorio de Maduro con su objetivo de disciplina”
Esta medida trae consigo otra derivada. La asfixia patrimonial de las multinacionales que operan en el país. Si ya hacen peripecias para pagar salarios con una inflación desorbitada, con este nuevo ajuste lo tendrán aún más complicado.
“El brutal aumento compulsivo de los salarios anunciado por Maduro lo que hará es quebrar empresas, agravar la ya dramática situación laboral, azuzar la hiperinflación y depauperar aún más a la población”, comentó en Twitter el economista venezolano Pedro Palma, profesor emérito del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
Otra contradicción de Maduro la explicó en un artículo de ALnavío el periodista Pedro Benítez. “Luego de prometer eliminar el déficit fiscal y la emisión de dinero inorgánico, [Maduro] aprueba aumentar los impuestos sobre una economía que cada vez produce menos y a la que cada vez le cuesta más producir, incluso petróleo”.
Esto es: el Impuesto al Valor Agregado (IVA) pasa de 10% a 16% para bienes suntuarios sin especificar cuáles. También se cambia la periodicidad de la recaudación de quincenal a semanal, se establecen anticipos al Impuesto Sobre la Renta (ISLR) de 1% y 2% mensual y un Impuesto para Transacciones Financieras hasta 2% para contribuyentes especiales.
Lo que no dijo Maduro
Las medidas del presidente, si bien no resultan adecuadas para detener la inflación (de acuerdo con la opinión de los economistas), sí suponen un avance en la retórica del Gobierno.
Por un lado, Maduro admite que han sido irresponsables en materia fiscal. Que el dólar negro era una realidad en Venezuela. Y que el mercado es importante para determinar la estabilidad monetaria de un país.
No obstante, hay cosas que Maduro no dijo y que preocupan. Lo reseña el economista José Manuel Rotondaroen un artículo en KonZapata. Por un lado, extrañó el anuncio de un paquete de ayuda internacional para que el BCV pueda sostener el bolívar soberano. También se echó en falta medidas concretas sobre cómo reducir el déficit público, cómo anclar el petro y cómo determinar la tasa de interés (Leer más: Lea estos puntos que el paquetazo de Maduro dejó en el aire).
No obstante, lo que más preocupó a Rotondaro fue la falta de confianza que hay en Maduro. “La falta de credibilidad de este gobierno es el principal obstáculo para cualquier plan de recuperación económica”.
En otro artículo en KonZapata, este analista habló del plan B de Maduro si “la fórmula” fracasa. Rotondaro advierte que son especulaciones. Predicciones basadas en el historial del gobierno “ortodoxo marxista”. De ahí que la opción sea un mayor control a los flujos de dinero y a las empresas, una vuelta al control cambiario y una asignación de bienes y servicios. Como si de una nueva Cuba se tratara.
La opinión de los empresarios en Venezuela