Pedro Benítez (ALN).- Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno (alcalde) de la ciudad de Buenos Aires, antiguo pupilo y aliado del ex mandatario Mauricio Macri, ha sido el primer político argentino en anunciar formalmente su aspiración a presidente de ese país para las elecciones del próximo 22 de octubre por medio de un video que se difundió en las redes sociales y que fue grabado en un sitio simbólico, el kilómetro 9 de la ruta 40, en la provincia en Santa Cruz, que cruza toda la Argentina.
Su propuesta la resumió con la siguiente frase: “O terminamos con la grieta, o la grieta termina con la Argentina”. Hace algunos años el conocido periodista Jorge Lanata acuñó la expresión “la grieta” para denominar la profunda polarización política que ha dividido al país austral en los últimos tres lustros entre kirchneristas y antikirchneristas.
En esta estrategia o política, Rodríguez Larreta es coherente y fiel consigo mismo. Al frente del gobierno de la capital argentina desde 2015 (reelegido en 2019) se ha comportado como un gestor tranquilo, abierto a entenderse con el gobierno nacional del presidente Alberto Fernández y aguantando estoicamente las críticas provenientes del kirchnerismo. Por ese estilo se le considera un moderado, mientras otros más críticos, desde la propia oposición, lo califican de tibio.
En este último grupo salta a la vista el economista anarco liberal y diputado Javier Milei, quien, prometiendo “dinamitar” el statu quo y el Banco Central, viene apareciendo en los sondeos de opinión como el fenómeno electoral anti establishment. Capitalizando el deterioro económico del país, 100% de inflación, 40% de pobreza y subiendo, con una crónica escasez de divisas, Milei se ha convertido en el francotirador de la política argentina disparando por igual tanto al oficialista Frente de Todos (FdT) de la vicepresidenta Cristina Kirchner, como a la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC) que en su día fundaron Macri y Rodríguez Larreta.
El detalle consiste en que las mismas encuestas que le dan a Milei alrededor del 20% de las preferencias del público para la elección presidencial señalan que JxC, como coalición sin candidato definido, cuenta con 40,6% de intención de voto de cara a las elecciones primarias que obliga la ley, mientras el FdT tiene el 29,9%. Según la legislación argentina los candidatos de cada fuerza política deben ser elegidos en elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) antes de la elección presidencial de octubre.
De modo, que de esos datos se desprenden, entre otras, dos preguntas centrales que determinaran el curso político en Argentina a lo largo de este año electoral: ¿Podrá el discurso radical de Milei superar y desplazar a alguna de las dos formaciones que se disputan el poder nacional desde 2015? Y por otra parte: ¿Cualquier candidato elegido dentro de JxC puede capitalizar todo el voto antikirchnerista y el descontento con el gobierno de Alberto Fernández?
En ese sentido, la estrategia de Rodríguez Larreta consiste en la misma que aplicó con éxito Macri en 2015, apuntar al centro a fin de quitarle suficientes votantes moderados e indecisos al kirchnerismo. Pero ocurre que las circunstancias son distintas dado el descalabro económico y las cada vez más evidentes divisiones dentro del oficialismo. A esto último hay que agregar otro dato significativo, el 80,7% de los consultados afirma que nunca votaría por el actual mandatario Alberto Fernández, mientras apenas un 5% dice que seguro sí lo haría y alrededor del 10% asegura que “probablemente lo vote”.
Es un secreto a voces que el presidente no será el candidato de su propia coalición donde las encuestas destacan al actual ministro de Economía, Sergio Massa, cuyo destino depende precisamente del área que intenta manejar, y la vicepresidenta Cristina Kirchner, con varios juicios en desarrollo y una condena judicial, pero auténtica líder del peronismo de izquierda que todavía cuenta con la fidelidad de cerca del 30% del electorado. Ir con Alberto Fernández en busca de su reelección luce como un suicidio político colectivo para el FdT.
Por supuesto, esa es la fotografía de hoy. Si Massa no logra darle vuelta a la situación y la economía se sale de control (los precios suben 6% mensual en Buenos Aires) a la señora Kirchner le tocará ingeniárselas para mantener en un sólo bloque su 30%.
Como no podía ser de otra manera, ese cuadro ha alentado las aspiraciones presidenciales de muchos dirigentes opositores argentinos, en particular dentro del JxC, desde donde no han faltado los cuestionamientos al estilo y la estrategia de Rodríguez Larreta. En ese sentido, su principal crítica y rival ha sido la ex ministra macrista Patricia Bullrich, quien rápidamente contestó por Twitter al video de su compañero de sector político afirmando que: “NO HAY LUGAR PARA DIALOGAR CON QUIENES SON PARTE DEL PROBLEMA Y PROFUNDIZAN LA DECADENCIA DE NUESTRO PAÍS. No hay lugar para respuestas tibias ante la triste realidad que sufren los argentinos”.
Abiertamente y sin disimulo alguno Bullrich repite la estrategia de Milei, pero dentro de JxC. No le interesan los votos que puedan venir del peronismo descontento, sino los votantes más radicalizados y molestos por fuera de los partidos.
Esa es la pelea que se viene en JxC, no sólo por la candidatura presidencial sino por la política a seguir. Es lo que se va a decidir en sus primarias abiertas. Mientras tanto, se está a la espera de las decisiones del ex presidente Mauricio Macri y de la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal de sumarse o no a esa carrera.
Lo que sí está claro es que, aún en el supuesto de que Milei le quite muchos votantes al candidato de JxC, la votación opositora no ira dividida a la elección definitiva puesto que en Argentina hay segunda vuelta y está descartado que el oficialismo superé el 45% que exige la ley para ser elegido en primera instancia.
Por lo pronto, todo indica que Rodríguez Larreta arrancó con buen pie según el último sondeo que le ubica de favorito en la interna de JxC por encima de Patricia Bullrich y de Macri, en ese orden. Además, en esos números en una votación nacional aventaja a sus competidores con el 29%, por encima del 21,3% de Bullrich y el 12,4% de Macri.
Así arranca la carrera electoral en Argentina donde todo indica que el péndulo político latinoamericano comenzará a moverse una vez más.