Antonio José Chinchetru (ALN).- El separatismo catalán está preparado para aumentar la tensión con el Estado en unas semanas de fuerte simbolismo. Arrancan con los actos del 11 de septiembre, la fiesta oficial de Cataluña. El Gobierno autonómico los ha preparado en clave independentista, rompiendo con la neutralidad ideológica que debería caracterizar unos eventos oficialmente institucionales. Será tan sólo el arranque de un ‘otoño caliente’ en el que los llamados Comités de Defensa de la República se mantendrán muy activos.
Las próximas semanas llegan cargadas de simbolismo para el separatismo catalán. Este martes 11 de septiembre se celebra la Diada, la fiesta oficial de la comunidad autónoma de la que Quim Torra ha decidido excluir a los no separatistas. El 1 de octubre se conmemora el aniversario del referéndum ilegal. 26 días más tarde, el 27, se cumplen 12 meses de la proclamación de independencia por parte de los diputados secesionistas del Parlamento de Cataluña, que no tuvo efecto alguno.
El portavoz de Tabarnia, Jaume Vives, dijo a ALnavío que “para ellos va a ser un otoño caliente, pero para la mayoría va a ser muy pesado. Tras las mentiras del año pasado, ahora vendrá la celebración de las mentiras y el ridículo del año pasado. Será muy cansino. En opinión de Vives, lo que harán las próximas semanas los independentistas “es lo que mejor saben hacer, que es llorar. La incógnita que queda es si van a ser cuatro lloros o también van a pegar patadas”.
Joan López Alegre, analista político y exdiputado autonómico del PP, consideró en conversación con este diario que “el separatismo intenta tensionar, pero no creo que consigan llegar a los extremos del año pasado”.
Con el paso de los años, el uso político de la Diada por parte de los independentistas es cada vez más evidente. En 2018 se centra en buena medida en atacar a las instituciones del Estado y proyectar el victimismo separatista. Hasta el cartel oficial de la jornada responde a esa estrategia. Sobre un fondo amarillo, muestra cuatro barras rojas (en referencia a la bandera catalana) tapadas con cinta adhesiva. Esto “simboliza las bocas tapadas de la censura”, según la web de la Generalitat de Cataluña.
El primer acto de la Diada está planteado según el ideario y el victimismo separatista
El primer evento de la festividad, este lunes por la tarde-noche, está planteado según el ideario y el victimismo separatista. Se trata del acto institucional, pero está diseñado de forma muy alejada a la neutralidad ideológica que corresponde a esa característica. Está organizado de forma conjunta por el Gobierno autonómico y el Parlamento regional. “Tendrá como idea principal la libertad de los presos políticos y exiliados”, en referencia a los políticos en prisión mientras se les juzga por los delitos de rebelión, sedición y malversación y a los fugados de la justicia, “por la libertad colectiva del pueblo al que representan”, según la web de la Generalitat.
No hay lugar, por tanto, en los actos, para los partidos y ciudadanos que no comparten las tesis separatistas. Tanto es así que Ciudadanos, el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) y el Partido Popular (PP) no acuden al evento. PP y Ciudadanos tampoco asistirán, el martes, a la tradicional ofrenda floral frente a la estatua de Rafael Casanova. Al margen de estos actos supuestamente no partidarios, el independentismo ha convocado una manifestación el 11 de septiembre. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, quiso dejar claro que se trata de una movilización sin medias tintas.
En la manifestación no habrá espacio para partidarios de fórmulas intermedias, como una nueva Constitución federal, o ambigüedades como las que suele mantener Podemos. La marcha será a favor de la independencia. Entrevistado en la cadena televisiva La Sexta, Torra declaró: “Esta manifestación es por la República catalana”. Posteriormente, para dejar claro que no se aceptaba la presencia de otros postulados dijo: “Si quieren hacer una por el federalismo, que la hagan”. El federalismo es la postura que defienden el líder del PSC, Miquel Iceta, y amplios sectores de Podemos.
Los actos de estos días siguen la línea ya marcada del independentismo. No aceptan que los políticos que presuntamente cometieron graves delitos contra el orden constitucional puedan ser juzgados y, menos aún, condenados. La semana pasada Torra lo dejó claro en una conferencia. “Personalmente no puedo aceptar ni aceptaré ninguna sentencia que no sea la libre absolución”, dijo.
Los Comités de Defensa de la República (CDR) pretenden movilizar al menos 270 grupos diferentes en las próximas semanas
La movilización del independentismo no terminará con la Diada. Al contrario, protagonizará un ‘otoño caliente’ lleno de actos de protesta. Según informa Las Provincias citando fuentes de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia, los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) pretenden movilizar al menos 270 grupos diferentes en las próximas semanas. El objetivo es mantener “tensión en la calle”. En las próximas semanas se podría pasar de lo que denominan “resistencia pacífica” a “acciones de resistencia activa”.
A este respecto, Vives dijo a ALnavío: “Para que haya una revolución tiene que haber miseria y valentía. Como no hay ninguna de las dos, lo máximo que van a hacer es cortar una autopista, fastidiar a la gente que se va unos días para no aguantar el 11 de septiembre o no estar aquí el 1 de octubre, porque van a ser unos pelmazos”. El portavoz de Tabarnia añadió: “Cortarán una autopista, quemarán algún neumático e igual incendian algún contenedor. Pero no van a poner en jaque nada ni a nadie”.
Esta movilización del separatismo se producirá en fechas cargadas de simbolismo. El 1 de octubre es el primer aniversario del referéndum ilegal de independencia. El 27 de ese mes se cumplirá un año de la también ilegal proclamación de la República catalana, que no tuvo efecto alguno. Días después Carles Puigdemont y otros exmiembros del Gobierno catalán cumplirán 12 meses en el extranjero como prófugos de la justicia, mientras que otros antiguos miembros del Ejecutivo autonómico habrán cumplido un periodo de tiempo igual en prisión preventiva.
Para caldear más el ambiente, estos aniversarios pueden coincidir con el inicio del juicio oral a los políticos encarcelados. El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ya ha terminado la instrucción de los casos, por lo que el TS debe fijar ahora la fecha para que empiece el juicio propiamente dicho.
Silencio de Pedro Sánchez
Mientras el separatismo aumenta sus gestos de desafío al Estado, el Ejecutivo no responde con contundencia. En una entrevista concedida a la Cadena Ser la semana pasada, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitó aclarar si había pactado con los independentistas no volver a aplicar el artículo 155 de la Constitución (Ver más: Pedro Sánchez no aclara si pactó con los independentistas no aplicar el artículo 155). Insistió además en el diálogo como estrategia frente al secesionismo.
Hace 100 días que asumimos el reto de gobernar el cambio. Estamos reconstruyendo el Estado del bienestar. Apostamos por el empleo digno, energías renovables, la igualdad y la protección de la infancia. Somos un Gobierno feminista, europeísta y social. Seguimos. #100DíasdeGobierno pic.twitter.com/XkVAH0J8xz
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) 8 de septiembre de 2018
Este domingo se cumplieron 100 días desde que Sánchez llegara al Gobierno a través de una moción de censura. El jefe del Ejecutivo hizo balance público de este periodo en dos ocasiones. La primera fue un vídeo de 100 segundos que publicó en su perfil de Twitter una jornada antes, el sábado. La segunda fue la intervención de 20 minutos que tuvo en la llamada “Fiesta de la rosa” del PSOE en Oviedo. No hubo ni una sola mención a la situación en Cataluña, ni a cómo pretende hacerle frente desde La Moncloa.