Daniel Gómez (ALN).- Primero desempolvó Twitter y ahora se estrenó en LinkedIn. En esta red social, Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander, debutó con un artículo titulado “¿Qué puede aprender Silicon Valley de la banca antes de que sea demasiado tarde?”. Redactado desde la autocrítica, avisa a las tecnológicas sobre las amenazas de una futura crisis.
Una delegación del Banco Santander encabezada por la presidenta, Ana Patricia Botín, aterrizará en Silicon Valley la semana que viene. Esta región, al norte de California, no sólo es un nido de startups. También es el cuartel general y tecnológico de los gigantes Apple, Amazon y Google.
La información fue revelada este jueves por la propia Botín, una banquera que en su día coqueteó con la idea de ser periodista y que parece que ahora está retomando esa vieja aspiración.
Además de Twitter, la presidenta debutó esta semana en LinkedIn, la red social de empresas y negocios más famosa. En su primera publicación colgó un artículo en el que cuenta las intenciones del Santander en Silicon Valley –por supuesto, mencionó la transformación digital del banco y la apuesta por el blockchain- y al mismo tiempo, lanzó una advertencia a las empresas del lugar.
El título del texto ya es revelador: “¿Qué puede aprender Silicon Valley de la banca antes de que sea demasiado tarde?”. El sector financiero fue el responsable de la última crisis. Esta es una culpa que Botín asume como banquera y que, además, emplea para advertir a las tecnológicas californianas.
La autocrítica de Ana Botín como banquera
– Pensamiento grupal: nos dijimos unos a otros que los ciclos económicos se habían acabado y que la bonanza iba a durar para siempre.
– Cortoplacismo: pusimos demasiado énfasis en los beneficios a corto plazo, en lugar de apostar por el crecimiento sostenible.
– Miopía: perdimos la perspectiva de nuestra importancia sistémica y de las consecuencias de nuestros errores.
– Complejidad: muchos bancos se volvieron demasiado complejos y comercializaron productos complicados que tenían implicaciones no anticipadas por sus ejecutivos.
– Arrogancia: nos convencimos a nosotros mismos de que entendíamos todos los riesgos que implicaba la banca y que todos estaban bajo control.
Estos cinco puntos son autocríticas, pero también rasgos que Botín empieza a detectar en Silicon Valley. La presidenta no quiere que a las tecnológicas se les haga tarde. No quiere que desoigan datos como que la inversión de capital semilla –el primer estímulo económico que recibe una empresa- en esa meca de la innovación ha caído 50%. Como que internet necesita “regulación”, su innovación “transparencia” y su misión “políticas sociales”.
Entonces Botín regresa a la autocrítica: “Cuando la banca detectó la deuda tóxica en sus balances, ya era demasiado tarde para solucionar el problema. Las secuelas de aquello, la desconfianza y las dudas, no han desaparecido aún. Pero lo más importante es que se ha generado un debate mucho más amplio acerca del papel que tanto mercados como gobiernos deben desempeñar en nuestra sociedad”.
Con estos argumentos, la presidenta de Santander lanzó un consejo: que Silicon Valley forme parte del debate con mercados y gobiernos antes de que las críticas se conviertan en hostilidad. Este fue el primer mensaje de Botín en LinkedIn.