Redacción (ALN).- América alcanzó la trágica cifra de un millón de muertos por coronavirus. “Un millón de personas con esperanzas, sueños y un futuro truncado. Un millón de familias de luto, muchas sin haberse despedido, que sentirán ausencias para siempre. Nos quedarán las cicatrices y las lecciones de esta pandemia”, recordó la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne.
Sistemas de salud “devastados”. Esquemas de protección social “fracturados”. Economías “desestabilizadas”. Y dolor, mucho dolor.
Este es el balance de Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ahora que América alcanza la trágica cifra de más de un millón de muertes por coronavirus.
“El peso de estas muertes es incalculable”, dijo.
“La pérdida de un millón de personas a consecuencia de este virus debería servir como un llamado urgente de que debemos hacer aún más para protegernos a nosotros mismos y a los demás de enfermar, lo que incluye fuertes llamados a actuar para reforzar las medidas de salud pública que necesitamos ahora en cada uno de los sitios donde estamos viendo brotes”.
Etienne pidió ir más allá de los números. “Cada una de estas personas tiene un rostro, un nombre, una historia”. Son “un millón de personas con esperanzas, sueños y un futuro truncado. Un millón de familias de luto, muchas sin haberse despedido, que sentirán ausencias para siempre. Nos quedarán las cicatrices y las lecciones de esta pandemia”.
Las cicatrices a las que se refiere la directora de la OPS tienen que ver con “el inicio de una crisis de salud mental”.
“Hemos sido sacudidos por el miedo, la depresión, el aislamiento y el sentimiento de pérdida, que se agudiza especialmente al marcar este hito sombrío”, recordó Etienne mientras criticaba que 29 países de América interrumpieran sus servicios de salud mental por la pandemia.
En cuanto a la situación del coronavirus en la región, señaló que Norteamérica es la región con el mayor número de casos y donde la presión hospitalaria es mayor.
Sobre el Caribe apuntó que los países de menor tamaño están experimentando una rápida aceleración en el número de casos.
En Suramérica, “las hospitalizaciones aumentan en gran parte de la región”. Citó países como Colombia, Chile, Perú y Brasil. Sobre este último advirtió que la situación “es particularmente preocupante”.
La buena noticia se encuentra en Centroamérica. A excepción de Honduras y Guatemala, el resto de los países de la zona se encuentran en una fase de reducción de contagiados por semana.
Para Etienne, la gran esperanza está en la vacuna, pero hasta que esta no se generalice en la región, es momento de seguir aplicando las medidas de protección y distanciamiento.
“El acceso amplio a las vacunas representa nuestra salida de la pandemia, pero mientras los suministros continúen limitados, debemos enfocarnos en la prevención de nuevas infecciones para mantener el virus bajo control”, recordó.
Además de un millón de muertes, América acumuló esta semana 44 millones de contagios.