Leticia Núñez (ALN).- Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo asegura que la región economiza menos del 20% de los ingresos nacionales frente al 35% del Este asiático. “No está ahorrando lo suficiente para construir un futuro mejor”, sentencian.
¿Por qué deberían ahorrar las personas y los países? Es la pregunta que plantea el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su último Informe de las Américas. También ofrece una respuesta, “ligeramente diferente a la tradicional”. El organismo defiende que no solo se economiza para generar reservas de cara a épocas poco favorables, sino que lo que de verdad importa “es ahorrar para prosperar y generar los buenos tiempos”. Una asignatura pendiente, al menos por ahora, para América Latina y el Caribe.
Y es que la región “ahorra poco y mal”. Así de rotundo se manifestó Tomás Serebrisky, economista principal del BID, en la presentación del estudio en la Casa de América de Madrid. Lo argumentó señalando, por ejemplo, que menos del 50% de los trabajadores latinoamericanos realizan contribuciones a los sistemas de jubilación. “Los hogares sencillamente no ahorran lo suficiente para el retiro y tampoco compensan la falta de aportes para una jubilación a través de mayor ahorro por otros mecanismos”, apunta en el informe titulado “Ahorrar para desarrollarse: cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor”.
América Latina y el Caribe ahorran menos del 20% de su ingreso nacional, comparado con el 35% del Este asiático
Por ello, el BID advierte que esta situación constituye “una crisis en ciernes”, que empeorará a medida que la población de Latinoamérica envejezca. El de las jubilaciones no es el único obstáculo para el ahorro de los hogares. También influyen la extendida informalidad laboral, el analfabetismo financiero y la falta de confianza en los bancos por parte de los ciudadanos. De hecho, solo el 16% de la población adulta de América Latina y el Caribe declara que tiene ahorros en una entidad bancaria, frente a un 40% en Asia emergente y un 50% en las economías avanzadas. “Esquivan el sistema financiero. En su lugar, los hogares generan reservas a través de mecanismos informales o sencillamente no lo hacen”, agregó Serebrisky.
Sea como fuere, el estudio sostiene que la región ahorra menos del 20% de su ingreso nacional, comparado con el 35% del Este asiático. “El ahorro nacional es el vehículo a través del cual América Latina y el Caribe pueden alcanzar la estabilidad y confiar en su propio futuro y, sin embargo, no están cumpliendo este objetivo”, añaden al respecto.
Pero no solo eso. También señala que Latinoamérica “ahorra menos que cualquier otra región del mundo, con la excepción de África subsahariana”. Algo que lleva al BID a concluir que “América Latina y el Caribe no están, actualmente, economizando lo suficiente para construir un futuro mejor y más radiante”.
Más allá de los hogares, los expertos señalan que la política fiscal “también ha sido un lastre”. Por un lado, está la composición del gasto público, más orientada hacia el consumo que hacia la inversión pública (ahorro). Y por otro, “se evidencian considerables filtraciones en distintos ámbitos del gasto público, como la asistencia social y los subsidios a la energía”. Además, dicen, las ineficiencias en el gasto en salud y educación equivalen en promedio a 1% de PIB.
Más ‘culpables’ del escaso ahorro
El BID tampoco se olvida de la evasión fiscal, que califica como “un problema en dos frentes”. Reduce los ingresos impositivos y distorsiona los incentivos de las personas que cumplen en relación con las que no lo hacen. Según el informe, “cerca de la mitad de los ingresos por impuestos potenciales se pierden debido a la evasión”. Asimismo, no pasan por alto que muchos países imponen una alta carga tributaria a los contribuyentes que cumplen, “pero recaudan relativamente poco”, siendo ésta “la peor combinación posible para el ahorro”. Según datos del Banco Mundial, la carga tributaria para una compañía formal típica en América Latina llega a casi el 51% de las ganancias, frente al 28% en Asia emergente y cerca de un 41% en las economías avanzadas.
“Hay que elevar el ahorro como política de Estado”, defendió Cavallo, economista líder del BID
Finalmente, citan las distorsiones en los mercados financieros, como el elevado costo de supervisar el cumplimiento de los contratos o la falta de información sobre la calidad crediticia de los prestatarios potenciales. “Esto limita la capacidad de las firmas con buenos proyectos de inversión para invertir y crecer”, muestra el informe, añadiendo que el resultado es “una mala asignación de los recursos económicos y una menor productividad”. En este sentido, Eduardo Cavallo, economista líder del BID y co-autor de la publicación, destaca que “ahorrar por ahorrar no sirve para desarrollarse. Lo que vale es el ahorro vinculado a un aumento de productividad”.
Del “círculo vicioso al virtuoso”
En su opinión, todos los elementos citados, sitúan a América Latina en un “círculo vicioso” que hay que romper y convertirlo en un “círculo virtuoso”. Pero, ¿cómo? “Elevando el ahorro como política de Estado”, sentenció. “Es un tema urgente y debemos avanzar en ese camino. No es una responsabilidad de un gobierno, sino colectiva”. Por ello, plantean cinco metas:
- Los gobiernos deben crear un entorno favorable para el ahorro. No se puede esperar que los extranjeros inviertan a largo plazo en países donde sus propios ciudadanos no tienen la suficiente confianza para ahorrar.
- Los gobiernos pueden generar más ahorro gastando de manera eficiente. Esto, dicen, evita el tortuoso proceso de subir impuestos o recortar todos los gastos.
- La inclusión financiera exitosa requiere algo más que abrir nuevas cuentas bancarias. La apuesta debería ser por productos de ahorro a la medida de los clientes potenciales.
- Los reguladores de las jubilaciones, los supervisores y los administradores de fondos del sector público y privado deben colaborar para reparar los sistemas de retiro.
- Los ciudadanos deben desarrollar una cultura del ahorro. Dado que “hay demasiadas personas en la región que no consiguen ver los beneficios de economizar”, los expertos señalan que es fundamental comenzar a edades tempranas con una educación financiera.